Capítulo 46

11 1 0
                                    

Es obvio que ahora no voy a dormir. Pero tampoco quiero moverme si no es necesario. Prefiero evitar el dolor.

Tome mi móvil debajo de mi almohada para revisar quien estaba interrumpiendo mi hora de descanso y "meditación".

Tres llamadas perdidas.
Cuatro mensajes.

Vaya, me siento importante.

Desbloqueo el móvil y me sorprende un poco ver qué las llamadas no eran de Adonai, sino de Oriana y otra de ¿Daniel?, Sí.

Luego llamo a Oriana para saber que quería. Pero primero voy a revisar los mensajes, porque no sé, me dan curiosidad.

Desconocido: «¿Me extrañas?, Porque yo a ti sí»

No es necesario indagar mucho para saber quién es. Justo ahora, que oportuno escribirme. Aunque igual en visto se va a quedar, para prevenir muchas cosas, como involucrarme de más con el y sus líos.

Adonai Esposito: «Ori me dijo que te sentías mal. ¿Estás bien? ¿Por qué no me avisaste a mí?»

Gracias Oriana. Ahora tengo que dar el doble de explicaciones.

Oriana: «¿Qué tal estás? ¿Te tomaste las pastillas?»

Oriana: « Adonai no paraba de preguntar por ti, siento haberle dicho que te sentías mal»

Prefiero llamarla en vez de escribir. No me molesta lo que le dijo a Adonai, todo bien con tal de que no dijera la razón de mi malestar.

Marqué su número y luego de un par de tonos, escuché su voz chillona al otro lado de la línea.

— Hasta que por fin.

— Estoy muriendo, e intentaba dormir. Gracias por interrumpir mi sueño — mi sarcasmo es un poco fuerte para los que no lo entienden. Lo bueno es que ella sabe cómo soy, y no se molesta.

— ¿Tan mal te sientes? Creo que nunca llegue a verte durmiendo una siesta, o acostada sin hacer nada. Eso debe ser digno de ver.

— Estoy muriendo del dolor, y ni hablar del mareo y las náuseas. Y para tu decepción, no puedes verme en ese estado.

— ¿Quieres venir mañana? Digo, para que te distraigas y así tienes compañía — ¿Todo bien? Ok, no me molesta, pero aún sorprende está 'amistad' que tenemos.

— No creo, pero igual mañana te digo. ¿Qué le dijiste a Adonai?

— Te habías tardado mucho. Nada,me preguntó por ti y solo le dije que te sentías un poco mal por todo lo que tomaste ayer.

— Cariño, la única que se tomó hasta el agua de los floreros fuiste tú. Pero da igual, es suficiente eso.

— ¿Le vas a contar la verdad cierto? — preguntó un poco ¿Asustada? Quizá, no sé decir su estado de ánimo ahora.

— Supongo que sí, es mi amigo. Pero aún no, a pesar de que ya no hay vuelta atrás no quiero que intente cambiar mi decisión.

— Parece que no lo conocieras. Dudo que quiera hacer eso. Además, creo que él también tiene algo que contarte — esto de los chismes me agrada. No había vivido esto con nadie porque no tenía amigas.

— ¿A sí? ¿Algo cómo qué? — pregunté curiosa.

— Mmm, no lo sé. Solo puedo decirte que el bombón que sale con él está entrando en este momento en casa muy feliz con mi hermanito.

— ¿David? Creí que ya no tenían nada — mi voz de tristeza me delató, y ella no va a parar hasta descubir el motivo.

— ¿Te afecta en algo que aún salgan? — indagó fingiendo ser discreta —. ¿Acaso no sabías que es gay?

Mejor vida (II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora