— Creo que el rojo te luce un poco más, resalta tu piel blanca y sin marcas — me aconsejó Oriana al elegir una camisa corta y de encajes que me gusta mucho —. ¿Cuál llevo?¿La falda negra o la roja? — ahora pregunta ella por su difícil elección.
Llevamos poco más de tres horas comprando cosas, la mayoría son regalos para las chicas del orfanato, se siente culpable porque no pueden venir a su cumpleaños y quiere darles muchos obsequios.
— ¿Por qué no llevar ambas? — dije divertida porque así lleva haciendo desde hace un rato. Yo solo llevo algo de ropa para la cena de hoy, y para usar mañana en el instituto.
— Tienes razón. Solo vamos por un par de zapatos para ti, que combinen con esa preciosa ropa que llevas y luego vamos a otro sitio.
Así hicimos, los escogí yo con su aprobación y me sentí muy bien. Distraída y feliz, sin pensar en nada, solo disfrutando de su alocada compañía, y de lo que ella quiere comprarme a mí. Es incómodo, sí. Pero prefiero ignorar eso. No puedo decir que en estas horas se convirtió en mi amiga dale alma, obvio no. Pero sí la he conocido mucho más que en todos estos dos tres años.
Salimos de la tienda cansadas de tanto estar de pie y ahora no sé a dónde quiera ir.
— ¿A dónde vamos ahora? — pregunté luego de sentarme en un asiento a un lado de la tienda
— Necesito comprar algunas cosas en una farmacia, y no tengo muy claro en dónde puede estar — dijo viendo a su alrededor buscando algo que le indique por dónde ir.
— Creo que en la planta de arriba hay una, aunque no estoy del todo segura.
— Vamos, y luego compramos algo de beber para refrescarnos y así charlar un poco más — ella está radiante, debo admitir que la veo mucho mejor que antes. Ya no tiene ojeras, su piel brilla al igual que su sonrisa. Después de todo no hice dale todo mal al meterla en la vida de los Esposito.
Caminamos hasta el ascensor porque no queremos ir por escaleras y la curiosidad pudo más conmigo.
— ¿Qué vas a comprar que no haya en tu casa perfecta? — a pesar de la ironía, ella entiende lo que quiero decir.
— Tomó anticonceptivos y papi no lo sabe, enloquecerá si se entera y pues... Ya sabes — no parece que le moleste que le pregunté sobre esto, pero no quiero indagar más —. ¿Me cuentas que pasó con tu súper novio? — no sé si debo hacerlo, pero, por qué no?
— Para resumir se volvió muy agresivo y llegó a pegarme, incluso me seguía. Hoy me enteré que lo busca la policía por varios crímenes y pues eso, ya no me sentía bien en ese entorno.
— Que fuerte todo. Y yo que pensaba que era el chico perfecto — dijo con asombro justo al entrar en la farmacia.
Pasamos por varios pasillos y luego ella pidió las pastillas en el mostrador, para mí sorpresa pidió las de un año entero, algo muy extraño tanto para la chica que le atiende como para mí.
Luego pasamos por otros pasillos y ella tomó algunas compresas y unos Tampax y fue como si algo dentro de mi se encendiera.
—¿ Te puedo preguntar algo? — dije con duda. Ella asintió mientras seguía tomando otra cosas — ¿Es normal no ser regular con la menstruación?
— Supongo que sí, pero no lo sé, depende de el tiempo que tarde en venir y eso. ¿Por qué?
— Porque no había caído en cuenta de que hace mucho no me viene — seguro es una tontería.
— ¿Hace cuánto? ¿Una semana? Cómo mucho ¿Dos? — ahora sí me está prestando atención, y dude en responder a eso.
— Poco más de un mes — dije en voz baja y mirando hacia otro lugar.
— Joder Camila — su cara se transformó a una mucho más seria —. A ver, supongo que ya has follado un montón de veces, eso no lo dudo. Pero,¿usaban protección?
— Eh, no. Pero él nunca se vino dentro ni nada — dije tranquila porque confiaba en Richard, y luego había dejado de dudar de todo eso. Ella respiro y continúo con su interrogatorio, justo en medio de un pasillo con gente alrededor.
—Ok, a ver — está nerviosa y me está poniendo de los nervios a mi también —. ¿Pero todo está bien no?, Nada de vomitos, ni mareos, ni cambios de humor, nada de eso, ¿cierto? — al ver mi cara de duda solo me tomó del brazo y me llevo a rastras junto a ella por varios pasillos más —. Suponiendo que tú silencio es un sí, llevaremos una de estas para confirmar.
— ¿Para confirmar qué? — pregunté lo obvio antes de ver la prueba de embarazo en su respectiva caja sellada —. No estoy embarazada Oriana, solo tengo un descontrol hormonal.
— Claro, pero igual la llevamos porque quiero estar tranquila — dijo sin importar mi tranquilidad y se acercó al otro mostrador para cancelar todo lo que ha tomado.
Salimos y al estar cerca de un baño otra vez me llevo a rastras con ella. Se hace insoportable que haga eso a todo momento.
—Muy bien, yo espero aquí y tú te haces eso. Luego vamos a tomar un refresco para calmar mis ánimos — busco la prueba y me empujó dentro de un cubículo para que entrara.
— No tengo ni idea de cómo usar esto — dije algo mucho más obvio que todo lo demás que dije antes.
— Sacas la prueba, la pones debajo del chorrito de orina y luego esperas unos minutos que esté el resultado. Vamos vamos, rápido — hice lo que me explicó y entré al baño, puse el aparato debajo del chorrito y lo hice a un lado para no ver —. ¿Y bien?
— No lo he visto — admití antes de salir con la prueba en mano —. ¿La ves tú por mí? — con quejas, pero lo hizo. Y mientras yo solo me miro en el espejo ella ve la prueba esperando y esperando.
— A ver, aquí dice que una rayita es no, y dos es sí — dijo leyendo las instrucciones —. Y aquí salen... Dos.
— ¿Estás de juego verdad? — dije con una opresión gigante en el pecho, como si el aire hubiera dejado de existir en este pequeño baño.
— No, mira — me enseñó el resultado y creo que hasta veo borroso —. Estás embarazada Camila.
— Definitivamente necesito fumar si no quiero que me dé algo — dije saliendo con algunas bolsas en mano, y ella detrás de mí.
Bajamos en el ascensor hasta el piso de comidas y salimos a la terraza para que ella pueda pedir su refresco y yo pueda armar mi porro para relajarme.
Estoy haciendo un desastre, las manos me tiemblan y me falta el aire. Aparte no sé cómo hacer esta cosa. Hago el intento pero no queda como debería. Puta mierda así se va a quedar porque no me interesa que parezca un caramelo.
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Mejor vida (II)
RandomLibro 2 de la trilogía"Vidas" Mi vida no era perfecta, pero era feliz así. Mi razón de seguir son mis hermanos, en un lugar donde no se vive, se sobrevive. Ella nos salvó, y nos condenó. "Un Ángel y un Demonio hecho mujer".