Mejor vida (II)

Capítulo 77

No me gusta levantarme tan temprano cuando no estoy acostumbrada, y menos si el día anterior me dormí tarde.

La cita en el taller textil es a primera hora, nuestros uniformes son hechos a medida entonces es necesario ir y tomar medidas de todo.

Por sorpresa estamos listos mucho antes que Jessie y aprovechamos para empezar a desayunar, queda poco tiempo para irnos y es mejor evitar que se enfade.

— Qué quieren de desayunar niños? — Nora es una mujer demasiado amable y cuidadosa, las cosas no las prepara ella, pero se encarga de supervisar hasta lo más mínimo en la mansión y la vida de todos.

— Un batido de fresa para mí por favor — pido con educación mientras me siento en el taburete de la mesa de la cocina.

Se fue ayer la abuela de Jessie y ya todos perdemos las formalidades.

— Yo quiero mmm tostadas con atún y queso — pide Nicolás con una sonrisa gigante —,por favor — termina su frase al ver mi cara de molestia por su mala educación.

Nora le informa al cocinero y este prepara con una rapidez impresionante lo que queremos. Supongo que un par de tostadas y un batido no debe de ser nada en comparación con la comida Gourmet que suelen servir aquí.

—Buenos días niños, recuerden que hoy son las medidas de los uniformes.

—Sí, por eso estamos despiertos desde temprano — respondí como saludo al escucharle repetir lo mismo de ayer, mientras todo mi batido.

—Eso me parece bien.Ser responsables con la hora de llegada da buena impresión.

Es lo que más repite, en todo momento nos dice lo mismo, una y otra vez. Creo que si no lo supiésemos no estaríamos listos desde mucho antes que ella.

Me deja impresionada el hecho de que vamos solos con Jessie en el auto y no nos lleva ningún conductor.

—Luego de todo vamos a donde una conocida, quiero que Camila le conozca, ¿quieren hacer algo más? — informa Jess cuando casi llegamos al taller textil, y me deja con la duda así sin más.

—No lo sé, ya veremos si hacemos otra cosa —responde Nicolás indiferente a lo que suceda a su alrededor.

En mi mente imaginaba el lugar como un galpón abandonado, sucio y con telas regadas por cada rincón. Pero es todo lo contrario, es un edificio muy bonito, iluminado y tan limpio que te puedes ver tu reflejo en el suelo.

Todo está organizado por secciones y me impresiona lo bonito que es todo.

—Buenos días señorita Lombardi, un placer tenerla por aquí después de tantos años — le saluda una mujer un poco mayor, con un rostro amable y sonrisa sincera.

—Aquí me tiene otra vez, pero como representante de mis hijos — son pocas las veces que Jess no se comporta borde e insoportable con otras personas lejanas a la familia, y es justo lo que sucede con esta señora, le responde con tanta amabilidad que asusta.

—Será todo un gusto, no se preocupe por nada — seguido de esto nos guía por un par de pasillos hasta llegar a un precioso estudio.

Tiene varios maniquíes con los uniformes, supongo; abre un cajón y saca cintas métricas, un par de cajas que no tengo ni idea de lo que contienen y cosas así.

Emmy camina de un lado a otro, toquetea disimuladamente los maniquíes y luego hace como si nada. Nicolás está sentado en una silla a nada de quedarse dormido, y yo nerviosa, esperando que termine para salir de aquí.