Capítulo 83

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Llega el día en el que suelo extrañarlos más que nunca.

El día en que nací sin saber qué quieres fueron mi pilar fundamental por años, se irían para siempre, dejándome sola a mi suerte con mis dos hermanos.

Hoy los extraño más que nunca porque recuerdo. Recuerdo cada detalle en mis cumpleaños, los abrazos de felicitación, las tartas de cumpleaños que ellos mismo hacían y decoraban y las salidas a los parques en donde corría junto con mi padre mientras mi madre nos peleaba porque era peligroso.

Me duele recordar y solo sentir miedo y algunas veces rencor porque me abandonaron. Siento casi siempre que me dejaron sola a mi suerte.

Mi padre era mi todo, y se fue. Mi madre me mantenía en pie, y también se fue.

Por años he intentado ser alguien en la vida de mis hermanos. Evite muchas veces que me adoptaran corriendo el riesgo de que a ellos si, para poder seguir a su lado. Me daba pánico que si me adoptaban, los iba a perder a ellos también.

No me importaba que el orfanato tuviera que dejarme a mi suerte al cumplir los 18, todo sería por algo mejor, la custodia total de mis hermanos al ser su familiar más directo.

Trabaje por meses, me convertí en alguien que no era solo por conseguir un sustento estable para ellos, porque siento que se los debo.

Ver a mi hermano es observar la sonrisa de papá, ver el cabello ondulado de Emmy es recordar cuando mi madre se peinada con tanta facilidad.

Extraño ser la niña de ellos, esa que con siete años solo pensaba en jugar con sus muñecas y salir a pasear por las tardes junto a mi padre, extraño la inocencia que me ausentaba del mundo real.

Si Jessie no nos hubiese adoptado, justo ahora sería el momento de llevarme a mis hermanos lejos, cuidarlos en un sitio mejor, cambiarlos de colegio a uno un poco más decente, ayudarles a crecer y a motivarse.

Pero ahora tengo todo y a la vez nada. Los tengo a ellos, tengo dinero y estabilidad, pero no tengo a mis pilares junto a mi, no tengo a las dos personas que me enseñaron a ser como soy, que me repetían una y otra vez que no debía rendirme porque siempre puedo lograrlo todo.

A pesar de que no me dieron lujos, ni todo esto, me enseñaron lo más importante, que la familia siempre está, aunque ya no permanezcan a mi lado físicamente, en mi mente, en mis recuerdos y en mi corazón siempre los tengo junto a mi.

El viento viente acompañado del sonido de las olas chocando contra las piedras del islote. Lo más relajante de estar aquí ahora, es que la nostalgia y el dolor se van junto con en mar. Y a pesar de que mis recuerdos vienen, se van sin tardar mucho más.

Me sorprende la presencia de Jessie poco después, y junto a sus buenos deseos y felicitaciones por mi cumpleaños, no puedo hacer más que darle una sonrisa débil.

Me pregunta lo que pasa y tardo un poco en responder, me quiero dar mi tiempo para canalizar todo lo que siento.

—Se me hace difícil no extrañar a mis padres.  No celebraba mi cumpleaños desde que mamá murió, y ahora lo hago como si fuera una estrella de cine — en parte es eso, y bueno, el resto —.Aunque me cueste aceptarlo,tú fuiste lo mejor que nos pasó. Pero sigo extrañando su presencia.

—Cariño ellos siempre están contigo. Siempre que tú los quieras presente en tu vida, estarán — la seguridad con la que lo dice me recuerda que ella me entiende, porque también perdió a sus padres —.Yo solo soy alguien que te quiere como la hija que no puede tener, y  espero que algún día me tomes como una segunda madre, porque desde el día que están conmigo ya ustedes son mis hijos.

Mejor vida (II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora