Opportunity 1/2.

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♡Creí que podía confiar en ti...♡
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...

Siempre le dijeron que no confiara en él, es que diablos, sabía que no tenía que confiar en él, sus amigos se lo decían siempre, ellos eran su familia y se lo repetían constantemente, pero lo amaba, maldición que si lo amaba.

Pero ahora mismo no podía verle a los ojos, sentía que las lágrimas que estaban siendo contenidas en sus ojos saldrían sin filtros si tan siquiera le miraba, y no quería eso, no podía permitirse eso, no, no podía.

-Ey- la voz del menor se escucho a su lado, Wooyoung se había sentado junto a él mientras jugaba nervioso con sus dedos de las manos, su cabeza doliendo por la resaca y su cabello desordenado, pero San no le miró ni respondió- ¿Dónde... Dónde Dormiste anoche?

Tuvo que apartar su mirada cuando los ojos lagrimosos y lastimados de San le miraron fijamente, sintiendo su corazón doler, el mayor solo soltó un suspiro mientras se levantaba sin decir nada, dejando el plato con su cereal en la cocina mientras iba directo a su habitación, donde se encerró bajo llave, los demás miembros viéndole sin decir nada.

Se levantó de ahí sintiéndose incómodo ante la atenta mirada de los demás chicos y caminó hasta la habitación del mayor, a su original habitación, tocó dos veces y al intentar abrir, se dio cuenta que el pasador ya había sido retirado, por ello, soltando un suspiro mientras se daba ánimos y fuerzas abrió la puerta e ingresó, encontrándose al mayor sentado en su cama con su peluche entre sus piernas, en ningún momento dirigiendole la mirada.

-Sannie... ¿Podemos hablar?- preguntó dudoso, colocando pasador cuando estuvo adentro. El mayor sin embargo no le contestó, ni siquiera le miró y eso lo hizo sentir peor, mucho más de lo que ya se sentía- Yo... Lo siento- murmuró- te juro que lo de anoche no fue a propósito, yo solo...- la mirada de San se topó finalmente con la suya y sus palabras quedaron atascadas en su garganta, sus ojos se dirigieron al suelo cuando vio la primera lágrima bajar por la mejilla del mayor, mordió su labio sintiendolo temblar, Dios, tenía tanto miedo en esos momentos, tanto.

-¿Podrías... Podrías salir de mi habitación?- preguntó San en voz baja, con su tono entrecortado tratando de no soltarse a llorar ahí mismo-

-Yo... No, Sannie, por favor no, hablemos- suplico sintiendo el pánico correr por sus venas- no era consciente de lo que estaba sucediendo, te juro que yo no quería... No estaba planeado, ni siquiera recuerdo lo de anoche pero...- murmuró sintiendo terror- Ni siquiera me gustó- aseguró con voz firme, una sonrisa que pareció más una mueca se plasmó en el rostro de San, quien negó ante sus palabras.

-Puede gustarte, es sexo- afirmó con un suspiro, tragando el nudo que estaba atorado en su garganta y no le dejaba hablar correctamente, carraspeo- es obvio que va a gustarte... Es sexo- repitió esta vez con más seguridad- solo... Me hubiera gustado que me avisaras antes que no te esperara en tu habitación, me sentí como un tonto saliendo de ahí en plena madrugada cuando entraste con esa chica- explicó.

-Sannie no- pidió el menor, la primera lagrima bajando por su mejilla mientras daba un paso más cerca del mayor quien a cambio se encogió más en su lugar, afirmando a su peluche entre sus brazos con fuerza, buscando refugio y fuerzas, se detuvo a mitad del camino no queriendo incomodarlo más de lo que ya lo hacía- ella no era tú, te juro que no dejé de pensar en ti en ningún momento, solo pensaba en ti, aunque no recuerde nada se que solo pude pensar en ti- aseguró.

𝕆𝕟𝕖 𝕊𝕙𝕠𝕥𝕤: 𝔄𝔪𝔦𝔠𝔲𝔰 𝔞𝔡 𝔄𝔯𝔞𝔰.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora