Innocent Kisses.

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♡Sus labios se unían con demasiada inocencia.

San amaba a su mejor amigo, era su alma gemela, su soulmate, su otra mitad, su media naranja, su amor platónico, su crush, su amigo, su hermano, su familia, su refugio, su cordura y también su perdición, para San, Wooyoung era su todo, y sabía que el contrario pensaba lo mismo de él.

Lo conocía desde que estaban pequeños, casi podría decir que desde que ambos usaban pañales, se conocieron en la parvularia, con 6 y 7 años respectivamente, hicieron clic desde el primer momento, como si imanes eran adheridos a sus cuerpos y los atraerán constantemente, estaba de más decir que eran demasiados pequeños y no sabían nada de la vida, solamente que la compañía del otro les era agradable y de manera inconsciente siempre se buscaban al día siguiente para estar juntos, se sentaban juntos en clases (en las que mayormente hacían manualidades y dibujaban, dibujaban mucho), también en los recreos salían juntos y jugaban mucho, tenían más compañeros, más amigos con los que pasaban mucho tiempo, lo compartían mucho, pero mayormente eran ellos dos, podían estar rodeados de mucha gente pero ellos se seguirían buscando mutuamente, adheriendose como imanes, compartían sus alimentos y siempre se tomaban de la mano, a Wooyoung le gustaba tomar su pequeña manita.

-está helada, siempre está helada- se quejaba Wooyoung cuando tomaba su mano, siempre la trataba de quitar para que el menor no sintiera frío en sus deditos, pero Wooyoung en cambio sujetaba más su manita y la metía a la bolsa de su gran suéter, mientras que con la mano acariciaba su contorno con su dedo pulgar- mamá hace esto conmigo y siempre se me quita el frío- le explicaba el pequeño Woo y él solo lo dejaba hacerlo porque le gustaba que el menor lo cuidara.

Cuando cumplió 12 años, Wooyoung llegó a su casa a las 6 de la mañana y se tiro encima de él, quien aún dormía cómodamente en su cama acompañado de su pijama, se quejaba casi llorando por haber sido despertado y Wooyoung entonces giraria su cuerpo para abrazarlo y dejar un sonoro beso en su mejilla mientras le cantaba el feliz cumpleaños- Sannie Hyung despierte- pedía luego de ver que estaba cómodo en su cama y no tenía indicios de querer levantarse aún- le traje un regalo, vamooos~ quiero que lo abra- repetía Wooyoung sentándose en su regazo y tomar con sus manos sus hombros y sentarlo en la cama con un poco de dificultad, abrió sus ojos con pereza y mostrando su típico puchero mañanero mientras trataba de enfocar al menor, quien le dedicaba un reluciente sonrisa- Buenos días- le dijo el menor cuando vio que ya estaba aterrizando.

-Buenos días Woo- le saludo despeinando mucho más su cabello, viéndo su reloj para luego ver al pequeño que estaba entre sus piernas- aún es Temprano Woonie- se quejaria después- mi fiesta comienza a las 4- recordó.

-debo ser el primero siempre- recordó Wooyoung, sonriendo- ¿Lo fui?- preguntó con un brillito de esperanza en sus pequeños ojitos, San entonces se permitió soltar una suave risita y asintió, para abrazar al menor finalmente y dejarse caer en su cama con el menor sobre él, siendo acompañado de su linda risita.

-Lo fuiste- afirmó segundos después- durmamos un poco más- pidió sin soltar al menor quien alzaba un poco más su cabeza y miraba como ya tenía sus ojos cerrados.

-pero el regalo...- murmuró con un puchero en sus labios que el mayor no vio.

-lo abriré luego Woo, será el primero que abra- afirmó con su voz somñolienta nuevamente- ahora durmamos- pidió de nuevo.

-pero Hyung...

Entonces dejó un pequeño piquito en sus labios, sonriendo en grande al ver como el menor se había quedado callado- lo abriré luego, ¿Si?- repitió, Wooyoung entonces asintió y sonrió- durmamos- pidió y Wooyoung solo optó por acomodar su cabecita nuevamente en el pecho del mayor quien no lo había soltado, a ciegas y con sus piernas lograron colocar la colchita sobre sus cuerpos para no tener frío y finalmente quedarse dormidos. Cuando despertaron Wooyoung llevó su regalo a las manos del mayor evitando que tomará otro antes, aunque sea el de sus padres, causando que los mayores rieran por la acción y los dejaran solos en la habitación de su hijo, San sonrió y abrazo a su mejor amigo cuando el perrito de peluche estaba en sus manos -se llama Shiber- le comento Wooyoung explicándole lo que su madre le dijo, San sonrió nuevamente y dejó otro piquito en los labios del menor quien sonrió satisfecho por ello.

𝕆𝕟𝕖 𝕊𝕙𝕠𝕥𝕤: 𝔄𝔪𝔦𝔠𝔲𝔰 𝔞𝔡 𝔄𝔯𝔞𝔰.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora