𝕆𝕟𝕖 𝕊𝕙𝕠𝕥𝕤: 𝔄𝔪𝔦𝔠𝔲𝔰 𝔞𝔡 𝔄𝔯𝔞𝔰.

Vampire.

♡Juguemos en el bosque mientras el lobo no está...♡

...

Sus ojos se abrían con pesar, entrecerrados tratando de adaptarse a la muy inexistente luz de la luna que ingresaba por el agujero del techo, inspeccionó con su mirada a su alrededor dándose cuenta donde estaba, había caído en la cueva del lobo.

La casa era pequeña, sus paredes pintadas de un color totalmente negro podrido, la pintura de esta cayéndose poco a poco, en el suelo una alfombra de color rojo desgastado con mucha pelusa de gato blanco y negro, el polvo viéndose volar junto al viento a través del aire que se lograba diferenciar por la luna, sus manos encadenadas a la silla en donde estaba sentado, sus piernas sin embargo se encontraban libres, decidió observar un poco más, viendo cómo a su alrededor habían 4 sillas más con 4 personas sobre estas, dos chicas y dos chicos, una silla mucho más lejana que las demás, había una chica más que no dejaba de llorar y sus manos no dejaban de sangrar a través de las esposas que la encadenaban a la silla, gritaba y suplicaba pidiendo ayuda de manera insistente pero a la vez consciente que nadie iría allí a ayudarla, porque nadie entraba a la cueva del lobo si él no lo quería.

-A... Ayuda- suplico cuando sus ojos se encontraron, reconoció a Yeeun mirarlo con súplica y muchas lágrimas cayendo de sus ojos, solo suspiro y cerró sus ojos con fuerza cuando vio como el cuerpo de la rubia era jalado con fuerza hacia el exterior y seguido de ello los múltiples gritos de dolor y auxilio, acompañado de gruñidos de placer, la estaban devorando.

Se tomó el tiempo de observar nuevamente a su alrededor tratando de reconocer a los demás que le acompañaban, Eunbi y Dahyun estaban alejadas de él, ambas inconscientes sobre la silla en la que estaban encadenadas, Eunwoo trataba de despertar a su novia pero era en vano, el golpe en la cabeza de Dahyun era señal que apenas y sobreviria unos minutos más, adelante de él vio a su mejor amigo Yeosang inconsciente de igual manera, una gran herida atravesando su costilla y mucha sangre bañando la muy mal cuidada alfombra, logrando que el rojo de la sangre se mezclara con el rojo de la alfombra, no debió parecerle hermoso el constrante de colores pero de alguna manera lo hizo.

-Tss... Yeo- le llamó con voz baja tratando de despertarle- Yeo, despierta maldita sea- pidió un poco más fuerte, frustrado por no recibir respuesta, su mejor amigo entonces comenzó a abrir los ojos de manera lenta y con una expresión de dolor inmensa en su rostro, tratando de reaccionar- Yeo, atrás- le indicó, su mejor amigo volteo su rostro y le vio, dedicándole una sonrisa de alivio al verlo ahí.

-Duele...- se quejo señalando con su mentón su propio estómago, donde la sangre no dejaba de salir, un puchero en sus labios y lágrimas secas en sus ojos, no tenía fuerzas para llorar.

-Saldremos de esta, tranquilo- le prometió- solo no te alteres... Ellos sienten tu miedo- recordó con voz baja.

-¿E-Ellos?- preguntó entonces Yeosang con sorpresa, el pánico comenzando a abatirlo- ¿Quienes... Quienes son ellos?-

-Los lobos- susurro en voz demasiado baja seguro que si Yeo no hubiera aprendido a leerle los labios no sabría de quien hablaba.

-¿Ellos... Nos encontraron?- preguntó no queriendo escuchar una respuesta, asintió.

-Creo que había uno de ellos entre nosotros- pensó sus palabras- Yeeun fue la primera en morir- razonó recordando la imagen de su amiga desaparecer ante sus ojos.