𝕆𝕟𝕖 𝕊𝕙𝕠𝕥𝕤: 𝔄𝔪𝔦𝔠𝔲𝔰 𝔞𝔡 𝔄𝔯𝔞𝔰.

Cigarro.

♡Todo sabía mejor viniendo de la boca de San.♡

El cigarro era malo, hacía daño a los pulmones y su olor era insoportable, por ello Wooyoung no comprendía como las personas podían fumar.

Por eso siempre que le tocaba pasar por esa zona donde los chicos se reunían para fumar y hacer actos ilegales, cubría sus oídos con sus cascos y ponía la música a un nivel exageradamente fuerte, se colocaba sus enormes lentes de color casi transparente o por veces optaba por colocar sobre su cabeza una gorra que cubriera sus ojos, para evitar que el humo llegara a ellos ya que eran muy sensibles, y lo que jamás faltaba era su mascarilla, tenía muchas y de distintos colores y estilos ya que le gustaba combinarlas con su atuendo, por eso, ese día iba caminando con su boina negra y su mascarilla negra puesta, los cascos blancos en sus oídos sonaban demasiado fuerte como para saber si alguien le hablaba. Observó a los chicos que aspiraban un polvo que no le interesaba saber que era por sus narices, varios de ellos tenían a chicas en sus regazos, casi follandolas en público, había otra zona un poco alejada donde se encontraban los que estaban fumando, y esa zona era la que más rápido pasaba.

Conocía a los chicos y chicas que estaban ahí, la mayoría eran compañeros de su universidad y otra gran parte eran vecinos, por ello no tenía miedo de pasar por la zona, simplemente el olor era lo que hacía que se mantuviera muy distante de esas personas.

Camino a paso rápido y saludo con una inclinación leve de cabeza a aquellos que alzaban su mano hacia él en forma de saludo, por veces odiaba haber elegido el apartamento más alejado en esa zona, cuando se mudo para entrar a la Universidad le pareció una buena idea, no quedaba lejos y por ello podría levantarse un poco más tarde y aún así caminar hasta ella, habían varios chicos en el vecindario, lo que le hacía creer que era una zona segura, y lo mejor de todo era que su apartamento estaba alejado del de los demás, cosa que lo había enamorado cuando vio el apartamento por primera vez, ya que solía oír música demasiado fuerte y era muy ruidoso, sus amigos tampoco eran de esas personas que conocían el respeto a los vecinos, al contrario, eran muy ruidosos, demasiado, y siempre aseguraban que dentro del apartamento podrían hacer todo el ruido que quisieran, porque estaban en el interior de este y que los vecinos se jodieran.

-Woo, ven- rodó sus ojos ignorando el llamado que su amigo Mingi le había hecho y fingió que no escucho nada, subiendole discretamente más volumen a su reproductor de música.

Amaba a Mingi, amaba a todos sus amigos en realidad, pero cuando ellos fumaban o bebían, los quería pero lejos de él. Sintió una mano sujetar su codo y brinco en su sitio asustado por el repentino toque, se giro para ver quien le había tocado y se sorprendió al ver a Yunho ahí, se suponía estaba en Daegu con su familia, sin quitar la expresión de sorpresa en su rostro quito sus cascos y miró a su amigo.

-¿Qué haces aquí? ¿No te habías ido a Daegu por una semana?- preguntó directamente, realmente no comprendía que hacía su amigo ahí.

-Se suponía que si me iría- habló Yunho llevando una de sus manos a su cuello, masajeandolo un poco mientras que con su mano libre llevaba el cigarro a sus labios, inhalando el humo para dejarlo salir de su boca girando su cabeza para que este saliera del lado contrario al que su pequeño amigo estaba-- pero iba a estar Daesung y sabes que lo detesto, así que le pedí a Mingi que hablara con mis papás y dijera que teníamos alguna actividad en la Universidad o algo y me quedaría con él, fue más fácil de lo que creí la verdad--admitió terminando de narrar con una sonrisa en sus labios, asintió ante la explicación y dejó escapar un suspiro que se perdió dentro de su mascarilla.

-me alegra que te hayas librado del idiota de Daesung, pero estás fumando y sabes que el olor a cigarro me da náuseas--recordó frunciendo su ceño- así que, me buscas cuando dejes de fumar, no te acerques a mi casa con ese olor, por favor--pidió serio, Yunho asintió regalandole una sonrisa de boca abierta mientras tiraba su cigarro al suelo y lo pateaba con su pie derecho, destruyendolo.