♡Él amaba llevarle la contraria a sus padres, pero su amor por ese chico no era por eso. ♡
-No pienso ir, mamá- aclaró por tercera vez ese día, era domingo y su reloj marcaba las 7 de la mañana, él tendría que estar durmiendo.
-Wooyoung, obedece por una vez en tu vida- pidió la mujer con cansancio, la molestia era palpable en su voz pero eso no le convenció.
-No iré, no puedes obligarme- recordó cubriendo su cuerpo con las mantas, negándose a levantarse y abrir la puerta de su habitación (la cual su madre estaba a poco de romper)
-Es una orden Jung, así que arreglate que en 20 minutos nos iremos- fue la última palabra de la mujer y entonces pataleo en su lugar, él jodidamente odiaba ir a misa los domingos, él no quería ir, detestaba ese lugar, detestaba madrugar y detestaba todo lo que implicará hacerlo madrugar un domingo en la mañana.
Y él no, por un demonio que no iría a estar sentado 4 horas en una banca dura que hacía su trasero doler (y no de la forma que le gustaba) mientras escuchaba a esa gente hablar de cosas que a él no le interesaban, todo le parecía tan falso e hipócritas, más que todo porque muchas veces había visto al padre robar dinero de las ofrendas o tocar de más a algún niño (el cual se había encargado de alejar del viejo ese con enaltaciones de santo), así que no, por nada del mundo iría a ese jodido lugar.
Por ello, se puso de pie y tomando ropa en su mochila, salió por la ventana de su habitación mientras miraba la hora de su celular y caminaba con tranquilidad, enviando un mensaje a su amigo Mingi diciéndole que iba a su casa y le dejara la llave afuera para que pudiera entrar.
-¡Jung Wooyoung, regresa en este mismo instante!- escucho el grito de su madre y solo volteo a verla con una risa burlona mientras alzaba su mano y se despedía, viéndola en la ventana de su habitación entrando en pánico por su desobediencia.
Él no le hacía caso a su madre.
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-Debes ir a la maldita empresa Jung, es mi última palabra, y cuidado decides escaparte otra vez- amenazó su padre con seriedad, simplemente callo mientras seguía llevando parte de su cena a su boca, por supuesto que no iría a esa jodida empresa y sus padres lo sabían, creyeron quizás que amenazandolo lograrían algo.
-No iré, buenas noches- fue lo único que dijo momentos después mientras se ponía de pie.
-Si no vas te quitaré el auto y el celular- amenazó el hombre con canas con seriedad, la vena en su frente pareciendo a punto de estallar.
Wooyoung bufo mientras tomaba las llaves del auto y las dejaba sobre la mesa con una sonrisa- no lo necesito, el celular lo compre con mi dinero así que no pueden quitármelo, ¿Estamos de acuerdo con eso, no?- preguntó con burla, dándose la vuelta mientras se dirigía a su habitación ignorando nuevamente los llamados molestos de sus padres.
