Marque I.

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(ESPECIAL 100 CAPÍTULOS: 1/3)

♡Él tenía la marca del diablo en su piel.♡

Todo estaba oscuro pero sus pies seguían andando, una pequeña luz a lo lejos, demasiado lejos era lo único que realmente lo hacía seguir avanzando, no sabe en qué momento fue que comenzó a correr, no lo sabe pero notaba su desespero, gotas de sudor bajaban por su rostro y su respiración siendo cada vez más irregular, apresuraba su paso, ya no caminaba sino que ahora corría con la mayor velocidad que tenía, pero no era suficiente, para él no era suficiente y sin saberlo lágrimas bajaban por sus orbes debido al miedo y desesperación, estaba cerca, tan cerca de llegar a aquella luz que tanto le llamaba pero algo sostuvo su cuello con fuerza y se detuvo en seco, paralizado ante aquellos dedos envolviendo su piel, sintió una larga y húmeda lengua deslizarse por la zona y su cuerpo tembló ante la sensación, una suave risita se escucho sobre su oído y aunque quiso girar no pudo, la luz pronto desapareció y el agarre sobre su cuello también, cayó al suelo de rodillas y sostuvo su cuello sintiendolo arder, dolía mucho.

Y entonces despertó agitado, sentándose en la cama con rapidez mientras miraba a su alrededor, todo seguía oscuro pero la pequeña y resplandeciente luz de la luna entraba por sus ventanas, había sido una pesadilla, pero entonces, ¿Por qué su cuello realmente dolía?

Llevó una mano a la zona viendo como sangre bajaba de esta, asustado se levantó y corrió hasta el baño, encendiendo la luz y deteniéndose frente al espejo mientras bajaba el cuello de su pijama color naranja y observaba la sangre bajar, había una cortada, era en línea recta por todo el largo de su cuello, no era lo suficientemente profunda pero si ardía demasiado, la acarició y el pánico lo abarcó cuando pequeños flashes de su pesadilla aparecieron frente a sus ojos en ese momento, esa zona era la misma donde había sentido aquella lengua, temeroso y dudoso, giro un poco más su cuello y fue entonces que lo vio, los dedos estaban plasmados también sobre su piel, preso del pánico, corrió nuevamente hacia su cama y tomó en sus manos aquella cruz que su madre le había dejado hace unas semanas que sus sueños iban siendo cada vez más terroríficos y seguidos, se cubrió en su totalidad con sus mantas y comenzó a rezar el padre nuestro.

-Padre nuestro que estás en los cielos... Santificado sea tu nombre...- un fuerte viento entró por su ventana, la cual estaba cerrada y ahogo el grito en su garganta, su manta se levantó dejando descubiertos sus pies y cerró sus ojos con fuerza, no queriendo ver aquello que lo estaba atormentando, continuó la oración hasta que el viento se detuvo, fue entonces que la calma llegó a él pero nuevamente, esa noche tampoco pudo dormir.

A la mañana siguiente, una bufanda enorme de color púrpura decoraba su cuello, la cicatriz enorme se veía a distancia y realmente no sabría como explicárselo a sus padres cuando preguntasen por ella, por eso, cubrirla había sido su mejor opción.

-Cariño, ¿Dormiste bien?- preguntó su madre con preocupación al verlo sentarse con ellos, grandes bolsas bajo sus ojos que demostraban lo cansado que estaba.

-Si mamá, lo hice- mintió pese a ello, no podía arriesgarse a que su madre supiera de lo que pasó la noche anterior, porque realmente el tampoco sabía que había sucedido.

-Cariño, te noto cansado- explicó la mujer mayor con una mueca de preocupación en su rostro, mirando a su esposo y a su hija queriendo confirmar que no era exageración y todos veían su aspecto demacrado- ¿Sigues teniendo pesadillas, amor?- preguntó entonces, recordando ese detalle que su hijo le había contado hace algún tiempo.

-Un poco...- murmuró en respuesta, dudando si había sido correcto ser sincero o no.

-Deberías llevarlo a misa- hablo finalmente su padre, viéndole con preocupación mientras dejaba el periódico sobre la mesa- posiblemente exista algún ser que le esté atormentando- razonó él y su esposa asintió, de acuerdo con sus palabras.

𝕆𝕟𝕖 𝕊𝕙𝕠𝕥𝕤: 𝔄𝔪𝔦𝔠𝔲𝔰 𝔞𝔡 𝔄𝔯𝔞𝔰.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora