𝕆𝕟𝕖 𝕊𝕙𝕠𝕥𝕤: 𝔄𝔪𝔦𝔠𝔲𝔰 𝔞𝔡 𝔄𝔯𝔞𝔰.

Day 22: Sex In: Desk.

♡Wooyoung Bottom.♡

-Las luces se apagarán en 5 minutos, si continúan dentro del edificio comiencen a buscar la salida, repito, las luces se apagarán en 5 minutos, si continúan dentro del edificio comenzar a buscar la salida-

La voz en el alta voz lo hizo suspirar con cansancio, observaba a su alrededor y todo su piso está a oscuras excepto por unos escritorios por acá y por allá en la que habían olvidado apagar la luz y por supuesto, su escritorio donde él aún estaba buscando aquellos archivos que por distraído perdió.

Se levantó del suelo y tomó su celular para ir A buscar al de seguridad y pedirle dejara con luces su ala pero por supuesto, en lo que le costaba encontrar al hombre las luces ya estaban apagadas y no fue nada difícil para él deducir que se había quedado encerrado en el edificio, de nuevo.

Suspirando con queja encendió la linterna de su celular y regresó a su pasillo donde encontró la carpeta negra que tantas vueltas lo tenía dando bajo el basurero, haciendo memoria recordó que en la mañana llegaba tarde e iba con sus manos cargadas de café y papeles, bien, pudo caerse en ese momento y algún otro trabajador con sus mismas prisas lo empujó, como sea, ya lo había encontrado.

Se agachó y lo sacó, el celular en su cuello y barbilla para sostenerlo y alumbrar, revisando que fuera el correcto y estuviera completo sonrió satisfecho al verlo entero, regresó a su escritorio y abrió su maletin dejándolo ahí para no perderlo de nuevo, luego, con tranquilidad camino hasta la máquina dispensadora de su piso y sacó una bebida energizante y unas botanas para comenzar a comer mientras andaba por el edificio, anotando mentalmente ponerle una recarga a su celular cuando saliera por la mañana.

Revisaba a través del cristal las oficinas de los jefes de área y debido a que estaba solo, fingía ser ellos solo por diversión, realmente casi nadie de los jefes le agradaba porque eran muy quejosos y querían que los empleados hicieran su trabajo, lo cual era injusto para él pero no podía reclamar porque seguía necesitando el trabajo y el dinero.

-Debes entregar esto para mañana a primera hora o serás despedido- repitió las palabras que su jefe le había dicho esa tarde a las 5:00 pm cuando su horario terminaba 5:15, ¿Le pareció injusto? En definitiva, ¿Pudo decir algo? Para nada, el señor lo odiaba también- uy, mirenne, soy jefe de área- bufo mirando con una mueca la oficina de este, metiendo una papa a su boca.

-Puedo decir que es de las mejores imitaciones que han hecho de G-hyung-

Esta seguro que su grito alcanzó notas que no estaba seguro era sano para sus cuerdas vocales, se giro asustado y se golpeó la cabeza contra el cristal, su bebida y papistas cayendo al suelo a su lado.

-Ouh, eran las últimas- se quejo mirando la bolsa con sus papas en el suelo- ¡San Hyung!- saludó con rapidez al ver al jefe de los jefes ahí.

Choi San, 28 años, gerente principal de mercadeo en el área de Seúl, soltero, guapo y pelirrosa, ama los animales y tiene una gata, es un amor y el mejor jefe del mundo aunque no sepa la existencia de más de la mitad de sus empleados.

-¿Estás bien?- le preguntó con una sonrisa mientras extendía su brazo para ayudarle a ponerse de pie.

Lo tomó con gusto y asintió- si, creo que me dolió más ver mi refrigerio en el suelo que el golpe- admitió con sinceridad y San soltó una risita, oh, hizo reír al jefe, ¿Estaría mal pedirle un aumento de sueldo ahora o es muy pronto?

-¿Qué haces acá? El edificio está cerrado- señaló San a su alrededor como si no fuera obvio, observó como le pedía con su mano le siguiera y eso hizo.

-Me quedé encerrado- le comentó siguiendo los pasos del mayor, iba a su oficina. Iba a entrar a la oficina del jefe, ¿El aumento aún era muy pronto?