Chapter 52

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Sirius debía haberlo previsto. Lyra era tan parecida a Walburga en maneras en las que él jamás pensó capaz. Había una parte en su hija que era enteramente Black y eso en parte le dejaba un sabor amargo y lleno de incertidumbre. Temía en el fondo, que la parte mas oscura de su sangre saliera a relucir en ella, aunque debía admitir que Lyra le dejaba perplejo, atónito y sobretodo con un sentimiento de orgullo y emoción que nunca pensó sentir por alguien de su misma sangre.

De cierta forma, Lyra había heredado la innata arrogancia y elegancia de los Black, sobretodo en la manera que tenía de levantar la mirada y observar todo en el lugar, la forma de sonreír de medio lado como si supiera algo que los demás no. Sirius recordó de pronto lo hermosa que le parecía su madre cuando era solo un niño, cuan fantástica le parecía la manera que tenía de meterse a todos en el bolsillo y que hicieran cuanto ella deseara. Sirius le ofreció el brazo y atravesaron aquel callejón ante la mirada curiosa de unos que parecían determinados a averiguar quienes eran.

- ¿Nervioso? - preguntó Lyra y Sirius le miró sorprendido - Eres un Black, papá. No tienes porqué temer de que estemos aquí.

Aquello le había dejado perplejo sin embargo se atrevió a preguntarle tan bajo como pudo.

- ¿Eso que quiere decir, nena?

- Todos piensan que somos oscuridad papá, pero tenemos tanta luz que estoy segura que acabaríamos con todo en este lugar. Tenemos eso a nuestro favor.

Quizás, las palabras de Lyra habían sonado a algo que habría dicho Walburga, pero de sus labios y aquella expresión segura de sí misma, le hizo sentir a Sirius como si ser un Black ya no era parte de un oscuro pasado, sino de algo mucho mas grande de lo que podía pensar.

- Suenas como Walburga.

- Pues si le quitas lo amargada y purista, tiene algunas cosas buenas, Sirius - dijo con una sonrisita divertida que le contagió - Eres increíblemente parecido a ella, papá. Quizás un día te des cuenta que eso no es tan malo después de todo y no necesitas perdonarla para ello.

- ¿Quienes son? - dijo una voz frente a ellos saltando de pronto - Jamás los había visto por aquí, oh...espera, ¿Black?

- Vaya, vaya. Mira a quien tenemos aquí - dijo Sirius - Thompson. ¿Que no te envié a Azkaban?

- Salí bajo palabra maldito engendro - siseó - ¿Vienes a coger con niñitas al Ethereum? ¡Vaya que veo que tus años de escuela no han terminado!

Sirius hizo el amago de golpearlo pero Lyra le detuvo y bajó su capucha mirándole fijamente. El hombre se echó hacia atras y soltó un gemido asustado.

- Emeterius Thompsom, ¿no es así? - preguntó ella acercándose peligrosamente.

- ¿Wa-Walburga Black? - preguntó atemorizado.

- No, pero veo que le tienes miedo. Mi abuela estará encantada de saberlo - sonrió arrogantemente - De hecho, te agradará la noticia de que estas frente a su nieta predilecta. La única de hecho. Espera - Lyra alzó una ceja mientras con su varita iluminaba el rostro del hombre - ¿Es miedo lo que veo en tus ojos? No vengo a asustarte, pero ciertamente si te atreves a tentar mi paciencia, puede que termine pareciendome mas a Orion que a Walburga si sabes a que me refiero.

El pelinegro se quedó viendole y echo un vistazo luego hacia donde se suponía estaba Harry. ¿Que quería decir Lyra con aquello?

- ¿E-es tu hija? - preguntó Thompson hacia Sirius.

- Es obvio. ¿Crees que alguien con sejemante rostro puede ser familia de cualquiera? - soltó con algo de molestia - ¿Dónde puedo encontrar al dueño de este circo?

Los Merodeadores - Desafiando al DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora