Los Merodeadores - Desafiando al Destino

Chapter 74

- ¿Por qué Andrómeda? - preguntó Sirius mientras caminaban desde el punto de aparición seguro hasta la casa de la mujer. Cassiopeia le miró de soslayo y alzó una ceja - Indudablemente eres como Lyra.

- Todos dicen eso - suspiró - pero ya desearía yo ser como ella.

- ¿Por qué lo dices? - intervino Apolo - Cada quien es como es y tú pareces ser muy inteligente.

La joven de cabello oscuro le miró y solo se encogió de hombros.

- Hay cosas más allá de la inteligencia y la belleza y si no es mucho decir, es algo que me has enseñado tu, Apolo DeVilliers - esta vez Sirius y Apolo intercambiaron una mirada, el primero había quedado preocupado y sobretodo algo aturdido. Una voz en su cabeza le recordó las posibilidades que existían y ya se encargaría de ver mejor a Cassiopeia y buscar algo en ella que le diera un indicio - Es extraño, estar en este tiempo. Sobretodo estar en Grimmauld Place. Se ve muy distinto - confesó ella.

- Vives en Grimmauld Place, ¿cierto? - ella asintió a la pregunta de Sirius - Eso significa que no conocías a Walburga y Orión hasta esta noche. Ellos nunca permitirían que alguien más viviera en esa casa mientras ellos respiren.

- Te sorprenderías. Además, te equivocas. Si los conocía y déjame decirte que siguen estando igual que siempre - sonrió ella hacia él - Sirius dice que todos tenemos un poco de ellos, puede que tenga razón. Mira a mamá, lo ha demostrado esta noche, por mi parte, yo creo que he sacado la tranquilidad de Orión para llevar las situaciones.

- Orion puede ser muy observador pero también muy cruel - le dijo Sirius a ella.

- Oh, eso ya lo se. Pero, deberías saber que las personas suelen ser de cierta forma porque el miedo las cambia, el amor o quizás otra emoción . ¿Que hay de ti abuelo? ¿Que acaso sigues siendo el mismo de hace unos años?

- Por Merlín, Cassiopeia. Tengo 38 años, no me llames abuelo. Puedes llamarme Sirius - se quejó para luego saltar un gran charco de lodo - quizás sea mejor Canuto.

- ¿Canuto? - ella soltó una risita y Apolo se giró a verle contagiado de aquella sonrisa que ciertamente le pareció adorable - Bien, te llamaré Canuto como en tus tiempos de la escuela, y si, se todo sobre ti - Cassiopeia soltó un quejido y se tocó el costado sintiendo como de pronto le faltaba el aire.

- ¿Estás bien? ¿Que te ha pasado? - Apolo le tomó del brazo gentilmente y le hizo mirarle - ¿Quieres que te ayude a caminar?

- N-no - tartamudeó sin mirarle - yo puedo sola - ella respiró profundo y continuó caminando hasta que llegaron a un camino que mostraba una pequeña y modesta casa - Es bueno ver qué algunas cosas nunca cambian. Siempre he venido aquí con Te...

Sirius se giró rápido y ella calló. Debía recordarse a sí misma tener el filtro de su boca activo antes de revelar demasiado. Para sorpresa del ojigris ella se les adelantó y corrió hacia la puerta para tocarla con prisa. Quien abrió fue una mujer ataviada en una bata de dormir y apuntandoles con la varita, ella le observó de arriba a abajo y entornó sus ojos para verle mejor.

- No eres Lyra, pero te le pareces demasiado - musitó sin dejar de posar su mirada en ella - Sirius...

- Ni siquiera yo sé que está pasando, Andy, pero esta mocosa ha pedido verte a ti - soltó Sirius con una ceja enarcada.

Cassiopeia se acercó a ella con una sonrisa amable y una expresión que le recordó a alguien muy familiar.

- Mamá siempre dice que la sangre es más espesa que el agua, porque de cualquier forma podríamos reconocerla en otros a pesar de nuestras diferencias - le dijo la joven pelinegra - ¿Podemos pasar? Creo que hace un poco de frío.