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Sirius y Cassiopeia se habían encargado de llevar a Lyra muy a su pesar a la habitación principal mientras que Ginny le miraba preocupada junto a Hermione. Tenía la túnica algo destrozada y una heridas visibles que parecía empezaban a cicatrizar mientras Cassiopeia aplicaba algo de poción en ellas. 

- ¿Desde cuándo son las nuevas inquisidores? - preguntó Lyra de mal humor hacia Ginny y la castaña, mientras Al se acercaba hacia Sirius - Tu, quita esa cara. No eres mi padre Al.

- Pues no se dónde te ha quedado la sensatez - gruñó él - Mira lo que te ha hecho.

- Es mi problema no tuyo, pequeño entrometido - siseó ahogando un quejido cuando una de las heridas empezó a escocer - ¡Maldita sea! ¡Joder!

- Mamá, ese lenguaje...

- No te quejes, que has salido idéntica a mi - gruñó Lyra hacia su hija - ¿Que hacen todos aquí? ¿Debo recitales el concepto de privacidad? Llevo media túnica hecha un asco y me he jodido la maldita espalda.

- Quedarte sola con Harry en ese estado no ha sido nada prudente Lyra - soltó de pronto una voz que le hizo rodar sus ojos.

- Apolo, por Circe. Deja de joder mi paciencia tu también.

- ¿Que es todo eso de unir a la orden? No me parece que...

- Aquí vamos - soltó Cassiopeia por lo bajo mientras se acercaba hacia Apolo - No creo que hagas que mamá cambie de parecer - sonrió con dulzura mientras acariciaba su espalda - tu más que nadie debería saber que cuando algo se le mete entre ceja y ceja no se lo puedes sacar.

- Cosa que has sacado tu también - sonrió levemente el hombre de ojos verdes - Debiste enviar el aviso a la hermandad. Harry no es la persona que conocemos, se ha convertido en algo que no podemos detener fácilmente, además llevamos más de medio año en esto y por más que lo intentes, el hombre que conocemos cada vez se aleja más de poder recuperarle.

- ¡Es muy fácil para ti decirlo! ¡No te importa! - gruñó Al mientras que Cassiopeia le miraba con furia.

- ¡No te atrevas! - le desafió - Cuida lo que  piensas o te arrepentirás.

Al soltó un gruñido mientras miraba hacia Cassiopeia quien permanecía al lado de Apolo.

- Debemos calmarnos todos, y el mensaje va dirigido a ti señor yo grito más que todos Potter - terció Sirius mientras se sentaba al lado de su madre - ¿Cómo has podido escapar? ¿Dijo algo útil?

- Harry...fue él por un momento. Se resistió a hechizarme y aproveché ese instante para...

- ¡Era el momento de terminar con ese monstruo! - saltó Apolo y Al no se pudo resistir a darle un puñetazo. Acto seguido, Sirius le tomó de los brazos y le tiró lejos mientras que Ginny y Hermione le miraban con lágrimas en los ojos a medida que Al respiraba entrecortado.

- ¡Suéltame Sirius! Suéltame o te juro que a ti también te partiré la cara - gritó con fuerza.

- ¡Bien! ¿Quieres un duelo muggle? Porque bien que te puedo dejar como un maldito esperpento, Al. Joder. No eres el único que se preocupa, ¿Lo sabes? Deja de actuar como si eres el único al cual le interesa lo que pueda pasar - escupió con ira el pelinegro.

- Al, mírame - Lyra le tomó del rostro y él se calmó. Aquellos ojos grises eran un sin fin de sentimientos y le recordaba a Cassiopeia, esos abrazos cálidos y las canciones suaves todas las mañanas - No dejaré que tu padre muera. Lo juro solemnemente. Tienes mi palabra y sabes muy bien que siempre cumplo lo que prometo.

Sirius y Cassiopeia se miraron mientras que Al asentía lentamente, como si aquel toque de Lyra fuese un bálsamo tranquilizante. Quizás había algo más allá, una conexión que les permitía entenderse de una manera que ninguno estaba dispuesto a descifrar.

- Debemos poner en alerta a todos nuestros autores - soltó Hermione con firmeza - Tiene la mente de Harry, conoce todo nuestro plan de seguridad, nuestras estrategias. Por Merlín, me arrepiento de haberle enviado a aquella misión. Si no hubiese...

- No es tu culpa. Nadie sabía lo que podría pasar - le tranquilizó Lyra - nadie sabía cómo podía afectarle. Lo resolveremos. Es lo que hacemos siempre, ¿no? Desentrañar las cosas jodidas del mundo mágico.

- ¿Que hay del plan de unir a la Orden? - habló Ginny - ¿Se mantiene?

- Por supuesto, uniré de nuevo a la Orden. Ginny, Hermione, necesito que avisen a los antiguos miembros del ED, yo hablaré con la hermandad. Esto es un caso complicado - suspiró para luego mirar a Sirius - Hijo, necesito que vayas con tu abuela Annie, pídele que ubique a la tribu de Seferus Ubunta y le dejé en sobreaviso.

- ¿Sobreaviso de qué? - preguntó él sin saber a qué se refería.

- Ella lo sabrá - respondió tajante - Cassiopeia, nada de usar tus otros poderes en lo absoluto. De ahora en adelante, está casa se convierte momentáneamente en el nuevo cuartel de la Orden hasta que encontremos un lugar más seguro.

Lyra se levantó y suspiró, con un movimiento de su mano, su túnica cambio por una limpia y elegante de color tinto, su cabello estaba recogido en una colega alta cayendo elegantemente sobre su espalda.

- ¿A dónde piensas ir? - preguntó Sirius algo aturdido mirando a todos en la habitación, todos menos Cassiopeia parecían sorprendidos.

- Hermione y yo debemos dar el alerta al Profeta. La comunidad mágica debe estar en alerta, proteger a sus hijos - dijo solemnemente - Hermione, ¿lista para traicionar al Wizengamot? Estoy segura que tu cargo como Ministra estará en juego.

- De nada me sirve ser Ministra de Magia en un mundo mágico que se desmorona - soltó firme - Iré por mi túnica.

Lily quien había estado todo ese tiempo en silencio, se acercó hacia Lyra y le abrazó con toda la fuerza que tenía. La pelinegra le miró durante unos segundos y se separó con la certeza de que aquellos ojos verdes le perseguirían constantemente en el camino, todo el largo camino.

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Los Merodeadores - Desafiando al DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora