Chapter 35

588 62 77
                                    

Esa noche James Potter se removía en su cama, dormido, en un sueño donde se encontraba en un lugar familiar. Podía sentir incluso el olor a pastel de arándano y el favorito de Sirius, pie de limón. También escuchó el sonido de los trastes moviéndose.

Caminó hacia la cocina y unos ojos castaños se posaron sobre él, luego una sonrisa afable y dulce le recibieron. Conocía cada arruga, cada cabello y aquella expresión, una que no veía desde hacía años.

- Oh mi pequeño James, te has levantado. ¿Quieres desayunar?

James miró sus manos y tocó su rostro. No era un pequeño, pero sabía que Euphemia siempre lo llamaba así. Se sentó frente a ella y se dedicó a mirarla, a memorizar nuevamente cada pequeño detalle.

- ¿Que tanto me miras, cariño? Se que cada vez me veo mas vieja - sonrió y James negó.

- Claro que no mamá, estás hermosísima como siempre - soltó con voz quebradiza y ella tomó su rostro con ambas manos escrutandole.

- ¿Te sucede algo? Estás diferente esta mañana - Euphemia besó su frente y movió el mechón de cabello que cubría su frente - ¿Se despertó ya?

- ¿Quién?

- Tu sabes quién, ¿no durmieron juntos? - alzó sus cejas la mujer.

James pensó en dos posibles opciones, la primera era Lily. Quizás en ese sueño eran novios y Euphemia lo sabía, una versión alterna donde Lily y él convivían juntos en su casa como novios, quizás antes del séptimo año. La otra opción era Sirius. Ese perro sarnoso siempre se metía en su cama cuando eran jovenes.

- Mia, ¡buenos días! Ese pastel huele delicioso - soltó una voz que se le hacía familiar. Cuando giró se encontró unos labios que le besaron rápido para luego revolver su cabello  - ¿Dormiste bien James?

Aquellos ojos grises le hicieron sentir un vuelco en el corazón y de pronto, el simple pensamiento de Lily se desvaneció. Ella dio un beso a la mejilla de Euphemia y probó la crema del pastel ganándose un pellizco amistoso de la mujer, haciéndola saltar.

- Oh Mia, ya se porque Fleamont se ha casado contigo. Tienes unas manos de oro.

Había unas pequeñas diferencias en ella. Lyra  no tenía las diminutas pecas en su nariz, sus labios eran mas gruesos, como los de Sirius y su acento definitivamente no era el de siempre.

- Bueno, cuando tu y mi James se casen...

- Mia nadie se casaría con el adefecio de James  - sonrió y luego le lanzó un guiño al muchacho - Solo lo haría para que me enseñes los secretos de tu deliciosa comida.

Aquello estaba mal. Amaba a Lily. Se habia casado con ella. ¿Por qué Lyra estaba en aquel sueño? ¿Por qué se sentía de esa forma hacia ella? No podía dejar de verla ni dejar de pensar en sus ojos. Algo estaba incorrecto en todo eso.

- Lyra - llamó James y ella fijó su mirada - ¿Donde están tus padres?

- Agh. James. No hablamos de Walburga ni Orion. Mis padres están muertos para mi - soltó tajante - ¿Que te ha dado hoy? En serio estás extraño.

¿Acaso Lyra ocupaba el lugar de Sirius en aquel sueño? Sintió que el aire le faltaba y se levantó corriendo hacia el espejo de la sala. Ahogó un grito. Era él mismo pero en su frente llevaba una cicatriz, la misma de Harry.

- No. No.No - James estaba alterado y de pronto Euphemia y Lyra se acercaron a él - ¡Esto esta mal!

- ¡James! Hijo, ¿está todo bien? Te ves...

Los Merodeadores - Desafiando al DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora