La nueva Orden

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Año 2025

Vísperas de Navidad

Lyra observaba el cielo esa noche que estaba particularmente despejado, aunque las estrellas parecían estar ocultas en algún lado dejándole pensar que definitivamente no había nada que le guiara. Sintió una mano en su hombro y no tuvo que girar para saber quién era, pues aquel gesto era único de él, un ligero apretón y reconfortarle hasta quedar a su lado en silencio durante unos segundos.

- Pensé que te quedarías con Rose esta noche - soltó Lyra mientras se giraba a mirar a su hijo mayor quien soltó un suspiro - Te recuerdo que soy una auror totalmente calificada, Sirius.

- Pues permíteme recordarte que soy tu hijo y me preocupo por ti, mamá. ¿Que acaso es un crimen? Envíame a Azkaban si acaso puedes - gruñó para luego mirarla con preocupación - Es navidad, no deberías estar aquí sola.

- No pensaba quedarme aquí para siempre, Sirius. Solo vine a pensar. Necesito pensar antes de seguir adelante con este plan - suspiró - ¿Dónde has dejado a Rosie?

- Con sus padres por supuesto quienes también están preocupados por ti. Por cierto, tu lacayo y fan número uno ha querido venir conmigo pero le he detenido.

- Sirius Arcturus - gruñó Lyra alzando una ceja hacia él quien reprimió una sonrisa - por amor a Morgana, no lo llames así.

- ¡Ah! Olvidaba que es tu preferiti - se burló Sirius mientras le guiñaba - ¿Que dirían en la academia si saben que Al Potter es tu favorito? Eso es falta de ética profesional madre.

- ¿Crees que también sería falta de ética dejar calvo a cierto rompedor de maldiciones que tengo al lado? Quizás se lo merezca por insolente - le siguió el juego la mujer mientras sonreía divertida - Al está muy bien calificado aunque se que no es lo que quería estudiar y lo ha hecho solo por algún capricho de su propio sentido del deber.

- Idéntico a su padre entonces. ¡Gracias a Merlín yo he sacado mi sentido de la aventura intacto! Sino seguro sería auror como tú, ¿no crees? - soltó dándole un codazo amistoso - Por cierto, no es una locura este plan, creo que es lo más sensato que puede hacerse.

Lyra observó a su hijo y vio que no había rastro de sarcasmo o de broma en su rostro que parecía mucho más maduro que antes, recordándole a aquella persona de la cual llevaba su nombre. Sirius suspiró y se posó frente a ella clavando sus ojos grises con tanta firmeza que la mujer se sintió intimidada.

- Conozco esa mirada muy bien Sirius, no por nada eres hijo de tu padre y la respuesta es un no - soltó Lyra con firmeza mientras mantenía su mirada en la de su hijo quien no dió un paso atrás.

- No estoy pidiendo tu permiso madre, te recuerdo que soy mayor de edad y que además pertenezco a la hermandad, ¿debo recordarte mi deber como miembro? ¿O quizás recordarte que soy tu hijo y no pienso abandonarte en esto?

La mujer sintió las lágrimas amenazar con salir pero les resistió, sin embargo Sirius le tomó de los hombros y le abrazó con fuerza mientras ella se aferraba a él como si de ello dependiera su vida.

- No quiero perderlos a ustedes también - dijo mientras se separaba y le miraba con ojos cristalinos - No podría resistir a eso, no podría Sirius.

Los Merodeadores - Desafiando al DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora