Lazo de sangre

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Cassiopeia se despertó sobresaltada para encontrar unos ojos grises que le miraron aliviados y sobretodo llenos de preocupación. Tomó sus rostro y besó su frente de la forma más delicada que pudo, ella tomó sus manos para luego aferrarse a su cuello sintiendo el alivio que aquello le dejaba.

- Zeus, ¿dónde está? - preguntó ella alterada - ¿Dónde está Al?

- Se ha ido a buscarle, yo no...no he podido...

- Sirius - gruñó ella - ¿Que sucede?

El joven de cabello oscuro pareció de pronto derrumbarse y dejarse caer sobre su propio peso y entonces, Cassiopeia lo entendió. Cómo pudo se puso en pie y reconoció dónde se encontraba, estaba en Grimmauld Place, incluso cuando su madre habia pedido expresamente no volver allí. Abajo estaba James junto a su tío Leo quien le miró de una forma triste,   corriendo hacia ella.

- Cass, deberías estar acostada - soltó casi en de forma reprensiva y ella solo le miró con sus mismos ojos grises - Cariño...

- Zeus...¿dónde está? Yo...

Leo miró hacia donde estaba James y este solo bajó su mirada, para luego limpiarse el rostro con las lágrimas que poco a poco se asomaban. Cassiopeia lo comprendió, Zeus se había sacrificado en su lugar y aquello le hizo caer sobre sus rodillas y sentir como poco a poco algo dentro de ella parecía hundirse. No podía escuchar sus propios gritos, quizás tampoco sentía nada a su alrededor. Sintió unas manos suaves que tomaron su rostro y limpiaron sus lágrimas, pero nada de eso le importaba.

- Lily ha ido a avisarle a sus padres, dudo que la noticia la tomen bien los miembros de la Hermandad - soltó Leo luego de un suspiro.

- ¿Dónde está Minnie? - hablo con una voz ronca la joven pelinegra haciendo que todos le mirasen.

- Está en la habitación de Sirius, no ha parado de llorar. Además, Al y ella han tenido una discusión porque no le ha dejado acompañarle - explicó Rose a su lado - Al se ha estado culpando de la muerte de Zeus, Cassie. Ha sacado su peor lado a relucir para que le dejáramos en paz y se ha ido pese a todo el riesgo a buscar su cuerpo.

- No ha sido su culpa, Rosie, ha sido mía - sollozó la pelinegra - Solo ha sido mi culpa, debí...

- Zeus no se habría quedado tranquilo sino te protegía, ha sido su decisión estar junto a ti y ha corrido el riesgo - instó Rose aunque ella también tenía los ojos hinchados - Todos le vamos a extrañar, pero no habrá sido en vano, lo prometo.

Sirius se sentó a su lado y tomó a su hermana acunandole como a una pequeña. James miraba la escena junto a Annabelle, ajeno a todo. Parecía que había pasado un largo tiempo, cuando la puerta se abrió repentinamente, haciendo que todos apuntasen con la varita directamente. Al tenía el rostro manchado de sangre y en sus brazos llevaba el cuerpo de Zeus, tan pálido que parecía un espectro.

Minerva quien estaba bajando las escaleras, observó el rostro lleno de ira de Al y sobretodo, el dolor que parecía esconder tras él. El joven Potter dejo el cuerpo delicadamente sobre la alfombra y se arrodilló junto a él en completo silencio, casi sin expresión alguna. Sirius se acomodó junto a él y permaneció allí mientras que cerraba los ojos de quién había sido su mejor amigo en vida y lloró sobre su cuerpo.

- Debemos acabar con esto - soltó Al por primera vez en todo ese tiempo y fijo sus ojos verdes en los de Cassiopeia quien supo inmediatamente a qué se refería. Minerva le tomó la mano y le arrastro hasta la cocina mientras él se soltaba con fuerza y ella le miraba indignada.

- Al, no puedes estar hablando en serio - dijo incrédula - No puedes...es tu padre.

- No estoy hablando de eso, no podría. Amo a papá tanto como puedas imaginarte pero...hay peores riesgos que correr - dijo sin mirarle. Minerva le tomó el rostro y fijo sus ojos en los de él quien trataba de evitarle - Minerva, solo déjame en paz.

- ¿Dejarte en paz? ¿Dejarte? ¿Es eso lo que deseas? ¡Mírame! - exigió ella con los ojos abnegados en lágrimas - Hemos sido mejores amigos, desde que podemos recordar. Jamás te he dejado solo, nunca lo he hecho y nunca lo haré pero tu...solo me alejas últimamente. ¿Que acaso no me consideras fuerte para poder con esto? ¡Es una guerra Al! ¡Una en la que debemos apoyarnos!

- ¡Entiende Minerva que pudiste ser tu esta noche! ¡He estado perdiendo mucho últimamente como para también perderte a ti! - gritó para quedarse sin aire y dejar caer las lágrimas si compasión alguna - No podría darme el lujo de perder a más nadie y...se suponía que debía cuidarlos, que debía ser yo el responsable de Cassiopeia. Zeus...

- Zeus amaba a Cass y tú lo sabes mejor que nadie, Al. ¿Habrias logrado separarle de ella? - inquirió con fuerza mientras él parecía quedarse sin respuesta - Nadie podía prever esto, Al. Deja de culparte por esto, deja de hacerlo.

Ella se acercó y le besó con apremio, casi como si necesitase de su contacto para sobrevivir. El muchacho tomó su cintura y le mantuvo tan cerca como fuese posible para luego, juntar su frente con la de ella y permanecer así lo que le parecieron segundos.

- Papá intentará llegar a Cassie, intentará hacerse de su poder y no puedo permitirlo, él no es realmente quien todos creen. Debo llevarla a un lugar más seguro - susurró y ella le miró comprendiendo.

- ¿Crees que sea seguro llevarla al pasado? Podrías arruinar tu propio futuro.

- Ya está hecho una mierda, Minnie. Es un riesgo que estoy dispuesto a correr. Es algo que debo hacer.

- ¿Que pasa si no naces? ¿Que pasará si evitas algo realmente importante? Podrías alterar algo sumamente crucial y...¿Que pasa si tú y yo nunca nos conocemos? Al, no puedes hacer esto. Sirius él...

- Sirius lo sabe. Sirius entiende la gravedad de todo esto y aunque lo considera una locura, está de acuerdo. Si papá toma a Cass, no solo estarán en juego nuestras vidas sino las de todo el mundo mágico e incluso la de muchos muggles - Al se separó de ella y le observó mientras ella solo se mantenía allí, inserte frente a él - Se que me entiendes, nadie más lo hace mejor que tú, Minerva - de pronto una idea cruzo su mente aunque sabía que Sirius le asesinaría luego - Ven conmigo.

- ¿Ir contigo? Al yo...mi familia...me necesitan. Después de...de esto...

- Entiendo - el muchacho le miró y sonrió con tristeza - Tu y yo estamos hechos de la misma madera, ¿no es lo que siempre dices? Nunca dejarías a tu familia atrás, yo tampoco lo haría.

Ambos permanecieron mirándose uno al otro, tratando de decir cosas que jamás podrían decir en voz alta. Al se acercó a ella y besó sus labios con dulzura, sabiendo que no le haría cambiar de parecer y eso le dolía aunque le conocía demasiado bien.

- Al - le llamó cuando él se dió media vuelta para irse, aunque no devolvió su vista hacia ella - ¿Recuerdas lo que dijo tu madre cuando nos hicimos novios? Tu y yo, estamos destinados a estar juntos de una u otra forma. Todos lo sabían menos nosotros y creo, que de cualquier forma, encontraremos la forma de estar juntos, sea como sea. Ella nunca se equivoca.

Al decidió no girarse, si lo hacía, jamás tomaría la decisión de hacer lo que debía. Con un último suspiro retomó su paso, con el pensamiento de aquellos minutos con Minerva, de su primer beso y de las tardes con ella riendo en los jardines de Hogwarts. Pero ahora, había que cumplir una misión pese a lo que el destino le deparase.

❤️✨

Los Merodeadores - Desafiando al DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora