Chapter 5

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Walburga Black debía admitir una cosa, Annabelle Morgensten era decidida, fiera y sobretodo implacable, ahora entendía ciertamente de donde provenían algunas de las cualidades de Lyra. Annabelle defendía con uñas y garras a su hija, y ¿podía culparla?  Ella hacía mucho habia hecho lo mismo por Sirius y Regulus.

- Necesito un maldito trago - soltó Annabelle mientras estaban en la sala mayor sentados.

- Ah, ya veo que tienen en común Sirius y tu - soltó con veneno Walburga - Supongo que el gusto por la bebida además de una hija.

- Le sorprenderá saber, señora Black, que Sirius y yo tenemos en común también el desprecio por los Mortífagos, lo que me hace querer despreciarla a usted - replicó mientras tomaba un trago de un licor de color esmeralda.

- Nosotros ya no somos parte de los Mortífagos y ciertamente el Señor Tenebroso, no es alguien a quien querramos volver a servir - espetó con firmeza la mujer y Annabelle bufó - ¿Dudas de mi?

- Dudo de cualquiera, así que si se ofende poco me importa.

- Lyra confía en nosotros - dijo con orgullo y Annabelle bufó y soltó una risita.

- Mi hija siempre ha pecado de tener un buen corazón, cualquier causa perdida para ella no lo es. Para Lyra, no existe nada que no pueda resolverse - suspiró - Que ella confíe en ustedes no significa que yo deba hacerlo.

- Pero confías en tu hija - habló Orion.

- ¿Usted quiere darme lecciones de paternidad? ¿Sabe cuanto sufrió Sirius al dejar esa maldita casa? No, no lo sabe. Entonces le recomiendo, Orion Black, mantener la maldita boca cerrada - siseó con furia.

- Para odiar a Sirius, le defiende muy bien, madame Morgensten - terció Orion.

- Sirius mas que el padre de Lyra, fue mi mejor amigo. Eso no quiere decir que no pueda defenderle de ustedes si es que hay que hacerlo - dijo hacia Orion con furia.

- Annabelle, por favor. No debemos llevar esto a una discusión sin fin - Alphard se levantó y se dirigió hacia ella - Se cuanto amas a tu hija, pero, ¿no crees que con el hechizo de sangre esté mas segura en Grimmauld Place?

- ¡¿Grimmauld Place?! Ni hablar. Lo siento Alphard, en serio. No tengo nada en contra de ti, siempre fuiste muy bueno conmigo, pero no permitiré que mi hija esté en ese lugar. Sirius lo odiaba - explicó perdiendo la paciencia.

- Lyra no lo hace. Creeme, le gusta pasar tiempo allí. Podrías venir con ella...

- Alphard, ni muerta pisaré ese lugar - la rubia respiró y se dirigió a los demás miembros de la familia Black - He criado a Lyra, por todos estos años, le he cuidado. Es mi hija, aunque lleve la sangre de Sirius.

- Parece mas una Black, que una Thorngood, querida - habló Orion - estoy seguro que lo sabes de primera mano.

- ¡Oh si! Bien que lo se. Lyra es la réplica de Sirius en todo sentido, pero de cualquier manera jamás dejaré que ustedes se la lleven como si hablasemos de un animal de caza - espetó con el rostro rojo de furia.

- Lyra es la heredera de nuestra casa, te guste o no, obtendrá el lugar que le corresponde - Walburga se levantó y le miró con determinación - Debo decir, que en una situación distinta, realmente podría haber apreciado que el traidor de Sirius se emparejara con alguien como tu. Tienes temple, muchacha, una lástima que te relaciones con escorias como los Potter.

- Primero que todo, no me importa lo que piense, además usted menos que nadie puede hablar de la gente con la que me relacione o no - dijo con los brazos cruzados - le recuerdo señora Black, que usted se relacionó con los Carrow, los Lestrange y pare de contar los Mortífagos. Lo menos que quiero es que mi hija se vea envuelta en el mal nombre en que se metieron.

Los Merodeadores - Desafiando al DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora