Conversaciones

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- Cassiopeia, deja mi cabello.

Al levantó su mirada hacia la joven quien sonrió de una forma en que se le marcaron ambos hoyuelos en la mejilla, cosa que le pareció tremendamente tierna aunque no sé lo diría en voz alta.

- Necesitas un corte, tienes el cabello de los Potter definitivamente - dijo mientras se lanzaba a su lado en el gran sofá de la casa de James y Lily Potter - Eh Al, mamá adora ver qué siempre lo llevas puesto.

Instintivamente, el joven tocó su pecho dónde solo se mostraba la cadena, con el dije oculto sintiéndole frío y resguardado como siempre.

- Se que todos te lo dicen siempre, pero, te pareces mucho a él - habló Cassiopeia con una voz dulce mientras recostaba su cabeza en el hombro de Al quien le tomó la mano y besó suavemente su dorso - lo digo en serio.

- ¿A papá? - suspiró mientras sentía como asentía - No es como si fuese tan sencillo seguirle el paso.

- Él nunca ha querido eso, tú lo sabes. Solo quiere que seas tu mismo, puedo verlo.

- Oh sí, se que puedes. Se que realmente puedes, pero, no puedo evitarlo de vez en cuando Cassie, siempre ha sido la persona que quiero llegar a ser algún día - dijo para soltar un largo suspiro - Evitemos la parte de derrotar al mayor mago perverso de todos los tiempos, pero, solo...quiero ser tan bueno como él, tan valiente. Un día quedarme con una chica linda y tener una familia que atesorar.

- Eso es muy tierno Al, estoy segura que lo tendrás - Cassiopeia besó su mejilla y se quedó sonriente hasta que pareció recordar algo que puso su semblante triste - ¿Recuerdas la cena de navidad en la que estaban todos en Grimmauld Place? Desearía volver a ese momento y no hablo de usar el artefacto, hablo de simplemente volver a sentirme en casa de nuevo. Eh, Al, ¿que hay de Minerva? ¿Por qué me ha escrito pidiendo que sea la intermediaria? Te recuerdo que no tengo el don de cambiar mi forma a una lechuza y no es que quiera hacerlo.

- He terminado con Minerva - suspiró Al mientras se levantaba y Cassiopeia le perseguía con la boca a medio abrir - Cassiopeia no me mires de esa forma.

- Pero...pero...¡¿Que carajos?! ¿En qué mierda pensabas Al? Joder, ella te ama, más de lo que tú puedes ver o creer. ¡Bien que lo sé yo! - le gritó mientras el empujaba - Joder si que eres tremendo idiota.

- ¡CASSIOPEIA! - reclamó Al con el rostro lleno de sorpresa y rabia - ¡Lo dices como si hubiese sido sencillo para mí!

- Pues ve y arregla las cosas, pedazo de idiota. Joder Al, siempre has sido un romántico de primera, no la jodas ahora, no ahora. Minerva no necesita que tú...

- ¡Hay cosas mas importantes en que pensar, Cassiopeia! - le miró con aquellos ojos verdes centelleando hacia ella.

- ¿Que ella no lo es? Es tan importante para ti Al, que quieres alejarla pensando que así estará más segura. Puedo decirte que no es así, ella tiene miedo, miedo como todos nosotros y te puedo decir muy bien lo que causa el miedo Al - por un instante, el muchacho observó a los ojos de Cassiopeia y vio como estos se oscurecían - así que no seas el idiota que eres ahora y habla con ella antes que te arrepientas de algo o juro por Merlín que usaré toda mi magia para hacerte recapacitar.

Al vio la determinación en los ojos de Cassiopeia, la misma que conocía de primera mano en otro rostro y que le hizo gruñir por lo bajo.

- Lo pensaré, ¿te parece?

- Te recuerdo que puedo hacer que lo hagas, aunque sabes que nunca usaría mis poderes en ti - le guiñó - ¿Crees que podemos sentarnos de nuevo? No quiero que la abuela Annie con su oído súper potente haya escuchado todo y quiera averiguar, recibirás un sermón de su parte aunque no lo quieras - Cassiopeia sintió el cuerpo aún tensó de Al mientras lo arrastraba de nuevo al sofá y lo sentaba junto a él - Escucha Al, siento ser dura contigo, sabes que no soy la del mal carácter aquí, pero...te adoro y odiaría que seas infeliz por tu propia causa, además, haces feliz a Minerva y se que ella se muere por ti, no es que no me rompa el corazón que por su culpa yo ya no tenga toda tu atención pero, en serio Al, no cometas el error de alejarla porque tienes miedo.

Los Merodeadores - Desafiando al DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora