Chapter 12

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- Bien, agrega mas asfódelo. Eso ocultará el olor.

- ¡¿Pero que carajos?! -la voz de Sirius resonó desde la entrada de la cocina mientras veía a Orion parado junto a Lyra y a Walburga sentada frente a ellos - ¿Que se supone que hacen ustedes dos aquí?

- Vinimos a ver a nuestra nieta. ¿Tienes problema con eso? - soltó Orion con una mirada desafiante.

- Ni intentes discutir con ellos, Sirius - apareció Annabelle de pronto - Recien iniciamos el mes y ya comenzamos con mal pie - le dijo rodando sus ojos y el ojigris suspiró.

- Mamá dijo que no había problema siempre y cuando no me secuestren - habló Lyra encogiéndose de hombros - además, el abuelo me está enseñando unos trucos muy útiles en pociones.

- Aja. ¡Cuidado trata de envenenarte!

- ¡Sirius! - riñeron Lyra y Walburga al mismo tiempo causando una sonrisa orgullosa de Orion.

- ¿Donde dejaron a Regulus?

- Esta buscando al tío Alphard - respondió la joven - al parecer quiere decirnos algo importante a los tres.

- ¿Ustedes saben de que trata? - se dirigió Sirius a Orion y este negó.

Annabelle y Sirius se miraron y se retiraron de la cocina para quedarse a solas en la biblioteca. Ambos se conocían lo suficiente para saber que pasaba por la cabeza del otro.

- No me gusta que Lyra esté tan cerca de tus padres - dijo Annabelle directamente.

- Pues a mi menos, ¿pero que quieres que haga? ¿Que los petrifique en Grimmauld Place? 

- No, pero...es super extraño. Orion para ser el ogro que siempre mencionabas, pareció ser muy cortés al pedirme que lo dejara entrar a ver a Lyra y pues antes que llegaras, tu madre ha tenido una conversación muy agradable con mi hija.

- Nuestra hija - corrigió haciendo que Annabelle rodara sus ojos - ¿De que hablaban?

- Walburga le ha traido unas hermosas joyas, de tu familia al parecer. Lyra ha querido devolverselas y tu madre se ha negado y le ha  pedido que no las rechazara, que eran sus favoritas y que quería que las conservara - comenzó mientras se cruzaba de brazos - También le ha regalado un libro, pero...es un libro para niños. Historias mágicas asombrosas.

La expresión en el rostro de Sirius se ensombreció y la rubia lo notó rapidamente.

- ¿Es un libro inadecuado?

- No, para nada. Pero, es extraño que Walburga se lo haya dado - suspiró el hombre - me pertenecía cuando era solo un niño. Walburga no siempre fue la irracional mujer en la que se convirtió, solía leernos a Regulus y a mi ese libro antes de dormir, era mi favorito.

Aquella confesión hizo que Annabelle se impresionara, ahora entendía.

- Eso explica lo que tu madre le ha dicho a Lyra. Cuando se lo entregó le pidió que lo conservara para sus hijos, que recordara siempre el valor de la sangre que corría poe sus venas y que esperaba fuese mucho mejor que ella - la rubia se mordió el labio y miró a Sirius - ¿Quieres saber mi opinión? Creo que de cierta forma, está arrepentida de lo que hizo contigo.

- ¿Walburga? Jamás se arrepiente de nada - bramó con molestia.

- ¿Por qué no puede hacerlo ahora? Desconfío de ellos tanto como tu, pero, ¿por qué estarían aquí? ¿Por qué simplemente no traicionarnos? Los he vigilado desde que llegaron y tu padre solo se la ha pasado dandole indicaciones en pociones y consejos.

- Me pregunto todos los días sus razones pero...

- Escucha, ¿no has pensado que a lo mejor Lyra les haya ablandado el corazón? Tu hija tiene ese efecto muchas veces. Además, Lyra sinceramente los quiere y por mas que quieras evitar que no los vea, será en vano. Porque ella es idéntica a ti y hará lo que crea mejor - Annabelle le dio una palmadita en el hombro - Orion parece muy orgulloso de ella, ¿sabes como me doy cuenta? Porque ha sido la misma mirada que te he visto cuando ella aparece frente a ti y no creo que eso sea algo que puedas fingir.

Los Merodeadores - Desafiando al DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora