♡ VIVIR O MORIR ♡ 《Benjamila》 ☆ ☆

Capítulo 59

¡¡Nuevo capítulo!! 

Igual de bonito que el anterior, a mi parecer. 

Lo primero de todo es agradeceros enormemente el apoyo al anterior capítulo que fue tan tan especial. Sin lugar a dudas, fue la mejor decisión que pude tomar al dejar que Liten pusiera un cachito de ella en Vivir o Morir. Gracias por el apoyo que le disteis y gracias por ser un grupo de amigas/os tan cojonudo. Os quiero millones. ❤

Espero que os guste y lo disfrutéis tanto como cuando lo escribí. 

Quedan poquitos capítulos, si no me equivoco creo que 3 o 4. Así que disfrutadlo. Este también es larguito. 

Un besazo enorme y cuidaros. 

🖤🖤🖤🖤

Capítulo 59

- Benja, alias Grey, no entiendo por qué llevo más de media hora con los ojos tapados sentada en el sofá de tu casa – se quejó Micaela de brazos cruzados.

Benjamín y yo nos miramos extrañados.

- ¿Cómo sabes que estás...? – dudé del poder de mi amiga

- Pues porque Luisana y vos son malísimas para hacer sorpresas – dijo con una clara evidencia. – Esta mañana llegó a casa, asaltó mi intimidad con Coquis, me dejó con las ganas del quiqui mañanero, me secuestra y me lleva hasta acá... El olor inconfundible del perfume de machomen de Benjamín es más que evidente. – sonrió pícara.

Abrí los ojos asombrada. Benjamín rió con superioridad, le dí un codazo molesta.

- Bueno, pues ya que no se deja sorprender, doña listilla, va a quedarse usted acá hasta que se me plazca. – le contesté

- Eso es lo mismo que decir a que llegue Lu y nos lleve a otro lugar. – se encogió de hombros. – Entiendo vuestros intentos de sorprenderme, pero tengo una alta capacidad para detectar sorpresas. No se preocupen, cuando lleguemos al lugar donde me celebren la despedida de soltera reaccionaré igual de ilusionada y emocionada. – sonrió de nuevo.

Grité de la desesperación y me marché del living antes que me sacara de mis casillas.

Benjamín seguía mis pasos a la vez que reía de la actitud de mi amiga. Micaela nos llamaba del living suplicándole que no la dejásemos sola. Ahora que se joda, pensé.

- Mica está más que preparada para sorpresas – ironizó jocoso sentándose en el taburete alto de la cocina. Rosana me preparaba otra manzanilla. Ahora era lo único que aliviaba un poco mi estómago. Porque sí, habían vuelto las náuseas y la idea de estar embarazada ya no me suponía algo loco. - ¿Otra más? – preguntó medio molesto señalando la taza que me ofrecía Rosana. – Así que soy yo el que desvarío y veo cosas que no son. – rebatió recordándome lo que hace unos días atrás, tras la espantosa noche que pasamos junto a las niñas, me cuestionó y yo no supe darle otra respuesta más que decir eso.

- ¿Otra vez vamos a empezar? – le pregunté igual de molesta.

Benjamín bufó y se levantó dispuesto a desaparecer de allá.

Entendía que estaba preocupado y que mi actitud no era la correcta, pero sabía perfectamente que un bebé no entraba en los planes de él. Ni tan siquiera sé si estaba lo suficientemente preparada para ello. Benjamín y yo habíamos tenido muchos altibajos por el camino y, aunque ahora estábamos en nuestro mejor momento, aún faltaba mucho por conocernos y un bebé era muy precipitado.