20 de enero de 2023
- Ahí está – dio un toquecito al hombro de su amiga Micaela. De puntillas, busqué entre la multitud del aeropuerto- No, no es ella. – negué. – Ahí, ahí...
Mica me miraba de reojo totalmente abatida ante mis nervios. Después, de la gran noticia del casamiento de Micaela y, tras confirmarme lo que ya sabía que iba a ser la primera dama de honor, estuve muy atareada y entretenida con la organización y los preparativos para lo que sería la boda del año. Pero a pesar del cúmulo de tareas que se agolpaban en las próximas semanas, éstas no eran las causantes de mi estado casi hiperactivo.
Hoy llegaba Camila.
Después de dos largos años, iba a volver a verla y me moría de ganas por abrazarla y disculparme con ella. Fui una egoísta en su momento, tal vez por el temor que me acarreaba todo lo que me rodeaba, pero admitía que lo había hecho pésimo y sabía que le debía una disculpa.
- Luisana Rojas, por tus hijas... - se pellizcó el puente de la nariz la morena. – Cálmate o te calmo yo de una sentada.
Alcé las manos en son de paz.
Entre la marabunta de gente, apareció ella. Vestía un vestido azul turquesa con unas sandalias blancas. Su pelo estaba recogido en un moño perfectamente peinado ofreciéndole dureza en las facciones de su rostro.
Aquel gesto hizo que todas mis ansias por abrazarla y besarla se convirtiesen en un temor abrupto que me dejó estática en el lugar. Micaela, por el contrario, corrió en dirección a ella y ambas se estrecharon en un abrazo.
- Cami estás súper guapa. – escuché decir a Micaela.
- Y a vos te sienta muy bien el estar prometida – rió. – Porque seguirás prometida ¿no? El moreno no habrá reculado
- No y que ni se le ocurra... Lo dejo sin descendencia. – se burló.
Entrelacé mis dedos nerviosa, esperando mi turno el cual no llegaba. Por un momento, me sentí fuera de lugar hasta que los ojos marrones de Camila se posaron en mí.
Se acercó y me miró con seriedad. Me mordí el chascarrillo sin saber muy bien qué hacer, no era capaz de interpretar su actitud.
Las facciones de Camila se destensaron y la inmensa profundidad de sus ojos desapareció. En su lugar, abrió sus brazos invitándome al abrazo que hace semanas atrás estaba soñando.
La abracé con fuerzas, sintiendo su musculatura aún muy tensa. Apoyé mi barbilla en su hombro y pude ver a Micaela emocionada ante nuestro encuentro. No pude evitar que las lágrimas recorriesen mis mejillas.
- Venga va – me tranquilizó ella. – Esto parece un velatorio en vez de un reencuentro. – me separó de ella. - ¿Todo bien?
Solo asentí. No podía expresar ni una sola palabra. Todo el discurso que había pensado, preparado, meditado y ensayado la noche anterior frente al espejo de mi habitación, se había esfumado de mi memoria en el momento de verla. Me había aliviado el hecho de que ella hubiese tomado la iniciativa.
Tomamos un café en una cafetería cercana del aeropuerto. Camila nos contó su vida en Nueva York y cómo amaba su trabajo. Parecía feliz, pero solamente era eso apariencia.
Por más que ella quisiera negarlo, echaba de menos Buenos Aires y el calor de sus amigos.
- Te quedas en mi casa – advirtió Micaela a su amiga.
- Si, lo sé. – asintió.
- Chicas tengo que marcharme. Dejé a las niñas con mi herma... - noté la tensión de Camila y no finalicé la frase. – Debo recoger a las niñas, nos vemos mañana en la finca – les recordé obteniendo la afirmación de Micaela. Camila se extrañó.
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♡ VIVIR O MORIR ♡ 《Benjamila》 ☆ ☆
FanfictionUn cantante del pop-rock Una enfermera Una familia rota Una investigación Miedos Maltrato Adicciones Egoísmo Amor Muerte. ¿Crees en las segundas oportunidades? Vivir o Morir es un Fan Fiction inspirado en los actores de la serie de Rebelde Way: Ben...