Capítulo 14

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Hola a todo el mundo. 

Hoy es miércoles día de Vivir o Morir. Hoy capítulo dificil, muy dificil. Lo dicho seguimos disfrutando de esta montaña rusa. Espero que os guste o al menos os remueva algo. 

Muchas gracias por cada mensaje, cada comentario, cada voto y visualizacion. Sois lo más. ¡Os quiero un montón de verdad! 

Nos leemos el viernes

Un beso enorme y cuidaros

MUACKKK

❤❤❤❤❤



Capítulo 14

Los desayunos de Allegra y Mia estaban preparados y puestos en la mesa. Solo quedaba despertarlas. La odisea de todas las mañanas. Miro el reloj colgado en la pared, aun les podía dar un margen de quince minutos antes de despertarlas.

Doy un sorbo a mi café a la vez que veo las noticias en Facebook. No hay nada importante que ver y paso con mi dedo rápidamente cada una de las publicaciones del tablón. En ese instante, aparece en la pantalla del celular una llamada. Era él. Miré de nuevo el reloj. Era demasiado temprano. ¿Qué querría? Descolgué el teléfono y escuché su voz. Mi piel se erizó. Llegaba dentro de una hora. Había llegado antes de su viaje. Estaba malhumorado.

Una vez que terminó la llamada, no lo pensé dos veces y subí las escaleras a toda prisa para despertar a mis hijas.

- Niñas, tenemos que marcharnos – entré en la habitación bruscamente. Abrí las persianas y destapé a cada una de ellas. Escuché los sollozos de ambas, pero no podía entretenerme para acunarlas y atenderlas. Abrí el placar y saqué un par de pantalones y camisetas. Mía se desperezaba ya de pie, pero Allegra seguía dormida en la cama– Vamos Allegra.

Comencé a vestir a ambas a la vez que miraba de seguido el reloj. Las peiné y les puse los zapatos mientras aún seguían adormiladas. Les pedí que bajaran las escaleras mientras les preparaba la maleta para el colegio. Vi la hora. No me iba a dar tiempo.

Mi corazón palpitaba a toda prisa. Deseché la idea de llevarlas al colegio. No quería que él las recogiera. Pensé y pensé andando de un lado hacia otro. Mi madre no podía quedarse con ellas, pues había vuelto a laburar como abogada. No quería hacerle sentir culpable y que tampoco sospechase nada. Solo me quedaba una opción.

Maldije al pensarlo, pero no me quedaba otra. Las llevaría con mi hermano. Sería la última persona en la que pediría ayuda, pero no tenía más remedio. De nuevo, cogí las mochilas y metí los indispensable para unas niñas de tres años. Bajé a toda prisa las escaleras con las mochilas al hombro. Mia y Allegra bostezaban de sueño a la vez que comían el desayuno que les había preparado en la cocina.

- Chicas nos tenemos que ir – les dije. – Agarrad el desayuno y lo toman por el camino.

- ¿Dónde vamos mami? – dijo Mia bostezando siguiendo a su madre.

- A casa del tío Benja – les dije abriendo con el mando a distancia el auto. – Subid chicas.

- ¡Bien! - exclamó Allegra más espabilada – Me encanta el tito Benja.

Yo le sonreí. Sin duda era la mejor opción en ese mismo momento. Arranqué el coche y en menos de veinte minutos llegamos a la urbanización donde vivía mi hermano. Avancé por el complejo y estacioné frente a su casa. Las niñas salieron entusiasmadas del auto en dirección al portón de la casa de mi hermano.

Me posicioné frente a aquel portón pensando en lo que iba a ocurrir. Pensando en todo lo que había ocurrido y me ocurre. Estaba asustada. Mucho. Todo se estaba escapando de mis manos y no sabía cómo pararlo. Lo único que tenía claro es que mis hijas tenían que estar bien.

♡ VIVIR O MORIR ♡ 《Benjamila》   ☆ ☆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora