Capítulo 41

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- ¿Y a dónde vamos? – preguntó Camila sin apartar la vista la ventanilla.

- Tengo que hacer una entrevista en vivo en el canal nacional, después una rueda de prensa y... - callé al ver a Camila en silencio.

Estos días con ella en Miami estaban siendo fantásticos. Ambos estábamos receptivos y estábamos viviendo momentos únicos. Charlábamos durante horas, se reía con mis bromas y hacíamos el amor cada día. Estamos en nuestro mejor momento.

No quiero formalizar nada, pero es bastante obvio que nuestra relación no era una relación pasajera y ¿para qué mentir?... Me encantaría proclamar a los cuatro vientos la mujer que tengo a mi lado, porque cada día que pasaba junto a ella me hacía asegurar la gran mujer que es.

Formalizar nuestra relación es dar un paso más, pero tengo muchas dudas al respecto. Recién acabamos de abrirnos el uno al otro y siento que podía ser muy precipitado. Tampoco quiero asustar a Camila con esa decisión, posiblemente ella no estuviese preparada.

Otra cuestión a tratar era el tema de ser una persona conocida. Macana, mi representante, me pidió que no hiciera público mis novedades amorosas. Según él, quería dar una nueva imagen y el hecho de que ya se me involucrara con una mujer iba a suponer que los fantasmas del pasado volviesen y no creyeran al renovado Benjamín Rojas. Me ofertó la posibilidad de una relación bajo el absoluto secretismo, pero a mi no me gusta esa idea. Por una vez me había enamorado de una chica de verdad y quería disfrutar de lo que ello conllevaba sin miedos a que un paparazzi o una transa del pasado arruinase todo. Macana fue muy concienzudo en ello y justificó su idea con mil y una razones llevando a convencerme a un noventa por ciento. Según mi representante, Camila era nueva en el mundo del famoseo y también podría parecerle algo violento ya que, en ocasiones, podrían irrumpir en su intimidad. Conocía a Camila y sabía lo reservada que era para sus temas personales, en eso Macana tenía razón.

Ahora me encontraba en la tesitura de querer seguir mi relación con Camila, pero con la condición de que para el público ambos manteníamos una relación meramente profesional: ella como doctora y yo como cantante.

- ¿Y? – la voz de Camila instándome a continuar mis explicaciones hicieron que volviera a la realidad. – Te quedaste colgado ¿anda todo bien?

- S-si – titubeé

Asintió con una sonrisa y tiró de la manija de la puerta para salir del auto.

- En realidad, no – me apresuré a decir. Ella se extrañó y, de nuevo, cerró la puerta. Agradecí su gesto, así podía ganar algo de intimidad. – Quería que hablásemos

- Benja te están esperando – sonrió. – O sea, yo encantada de hablar con vos y perdernos esas entrevistas tan aburridas... - se burló. – Pero es tu trabajo.

Mi trabajo.

Le importaba mi trabajo.

Parecía que comprendía mi mundo, o al menos era empática con ello. ¿No?

- ¿Te gusta mi trabajo?

Camila soltó una risotada. Enarqué una ceja al no entender ese ataque de risa.

- Cariño, si me gustase tu trabajo te hubiera desbancado en la lista de éxitos. – se burló dándome un toquecito en el hombro. – Estarías frente a la Beyoncé argentina, bebé – ironizó moviendo sus hombros rítmicamente

Mordí mi labio inferior y no pude evitar besarla. Amaba todo ella, hasta que bromeara con mi trabajo. No me importaba en absoluto.

- Eh, dejemos el encuentro romántico para otro momento. – se separó del beso. – Si es que consigues tiempo para mí.

♡ VIVIR O MORIR ♡ 《Benjamila》   ☆ ☆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora