♡ VIVIR O MORIR ♡ 《Benjamila》 ☆ ☆

Capítulo 50 { 3º Parte}

Holas mis lectores

Antes de nada debo agradeceros tantísimo por todos los comentarios del capítulo anterior. Fue muy especial para mí escribir ese capítulo pero creo que ha sido más especial después ... Cuando he notado el respeto, cariño y la comprensión de cada unx de vosotrxs. Sin duda, somos una gran familia y me siento muy agradecida por todo lo que me dan. 

Me alegro de haber compartido un trocito más de mi vida porque gracias a ello os he conocido un poquito más. Me ha hecho mucha ilusión que muchas de vosotras son compis de profesión (lo bueno abunda) y también me ha hecho mucha ilusión que compartan las mismas inquietudes que tengo yo. Como dicen, educando en la tolerancia y en el respeto vamos a poder cambiar este mundo tan complicado. 

 Gracias de verdad. 

Ahora les dejo este capítulo, igual de especial. Espero si o sí vuestros comentarios porque, aunque no quiero adelantaros nada, lo merecen jajaja

Un besazo enorme y nos leemos pronto. 

Cuidaros 

❤❤❤❤

Tercera parte

Camila danzaba como un animalillo en libertad en la entrada de mi casa. Octavio la miraba chistoso a la par de asombrado y yo solo me limitaba a tapar el rostro totalmente desesperado.

La verdad que su actitud no ayudaba a poner distancia entre ambos porque eso era lo que había decidido de manera definitiva al escuchar aquella conversación con mi hermana. Escuchar a Camila hablar así de mí fue muy doloroso. Fue doloroso saber la imagen que tenía de mí. Que no había importado nada todo lo que había hecho por ella, solo se agarraba a todos mis errores como excusa perfecta para asegurarse que lo nuestro ya fue. Y yo me había prometido hacérsela fácil. Obviamente iba a continuar peleándola por hacer justicia en cuanto a lo del periódico y la productora, pero en cuanto se solucionase aquel problema, me retiraría de ella. Estaba más que decidido en cuanto salí de la casa de Felipe en busca de mi hermana.

¿Cómo llegué a reencontrarme con ella en aquel bar? Todo fue por pura insistencia de mis amigos. Sabían que yo era el único en encontrarla y el único que podía conseguir que Camila volviera a casa. Lo conseguí, pero no esperaba que Camila fuese tan cabezota en volver a mi casa. No estaba de ánimo de soportar otra de sus borracheras, las cuales solía desinhibirse por completo. No nos hacía bien a ninguno de los dos.

- Agarro la chaqueta y la llevaré personalmente a casa de Micaela – anuncié mis intenciones a Octavio.

Me encaminé hacia el despacho con Camila pisándome los talones. Daba saltitos alrededor mía mientras yo tomaba la chaqueta del perchero. Estaba claro que hablaría con Micaela para que llevase a Camila a un lugar que le trataran su problema con la bebida.

- ¿Dónde vamos? – preguntó ella con demasiada alegría. Estaba histérica.

- A casa de tu amiga Micaela – me limité a decir a la vez que volvía de nuevo a la entrada de casa. Octavio me esperaba con las llaves del coche en la mano. Sin embargo, Camila se adelantó y tomó las llaves al vuelo.

- ¡Mías! – rió como una niña pequeña.

- Camila por favor. Es tarde, quiero descansar y vos también deberías hacerlo.

- Dale, vámonos – agarró mi mano y tiró de mí hacia las escaleras. Pude escuchar la risa de Octavio. Tampoco ayudaba su actitud.

- No Camila. – la paré y, por un instante, su rostro se vio serio. Pero solo fue un instante porque volvió a estallar a carcajadas. – Vamos con Micaela, estará preocupada.