- ¿Y por qué me has llamado a mí en vez de a Felipe?
Coco intentaba mantener el mismo ritmo de caminata que establecí. Físicamente estaba mejor que nunca. Mis piernas apenas se resentían y la resistencia era aún mayor. Había establecido una serie de rutinas planificadas por Micaela, mi actual fisio, que me permitían, además, poder acudir a mi entrenador personal y trabajar el físico que había descuidado desde que tuve el accidente y quedé postrado en una silla de ruedas.
Me sentía mejor que nunca y tras la noticia de Felipe sobre el caso de la productora me sentía con las fuerzas suficientes para poder hacer todo lo que me propusiera. ¡Y eso es lo que iba a hacer!
- Felipe tiene mucho trabajo – dije recorriendo la calle casi al trote. – Además, te he hecho un favor sacándote del restaurante. Parecía que la decisión de las chicas para elegir el menú de la boda iba para largo.
- Eso es cierto – dijo fatigado. – La verdad que pensaba que lo hacías por pasar tiempo juntos. – dijo en casi un susurro.
- No dramatices, aún recuerdo lo que me hiciste
- ¿Cuándo dejaras de lado el pasado?
- Algún día, pero aun no llegó – le contesté. – ¡Acá es!
Paré en secó frente a un edificio y Coco estuvo a punto de tropezar con sus propios pies. Miró el edificio mohoso y de muy mal aspecto que teníamos frente nuestro. La verdad que quien viviese allá es porque otra opción no tendría ¡Daba asco!
- ¿Qué hacemos acá? Somos carne fresca en este lugar para que nos asalten– miró a su alrededor con temor.
- No seas marica – le dí un manotazo animándole a entrar.
El olor a humedad era notorio en el recibidor de aquel edificio. Los engranajes oxidados del elevador no prestaban demasiada confianza en su buen funcionamiento, así que opté por subir las escaleras hasta la quinta planta que me llevaría a la única esperanza para mi futuro.
- No jodas Benja – se quejó Coco mirándome como subía las escaleras. – Me llevas durante todo el camino con la lengua afuera y ahora pretendes que suba cinco plantas ¿me quieres matar?
- No seas huevón – me limité a decir. – Ni pienso subirme a ese elevador que está diciendo a gritos que lo jubilen
Enseguida las pisadas pesadas de mi amigo me hacían cerciorar que había admitido lo evidente y me había hecho caso. Susurraba maldiciones y eso me hacía recordar tiempos atrás. ¿Cómo no iba a perdonar al cabezón? Lo había echado muchísimo de menos, a decir verdad.
Llegamos a la quinta planta de aquel edificio y me dirigí a una de las desgastadas puertas de aquellos departamentos. Coco me miraba extrañado sin saber aún que hacíamos allá. Pegué con mis nudillos y esperé.
- ¿Seguro que es acá? – preguntó Coco al pasar varios minutos sin obtener respuesta.
Insistí y esta vez casi que aporreé la puerta. Desde el interior, escuché los pasos vagos e inconfundibles de la persona que buscaba. Sonreí a Coco y éste encogió los hombros sin saber muy bien qué pasaba.
La puerta se abrió y el chico rubio apareció ante nuestros ojos totalmente despeinado y somnoliento.
- No me jodas – musitó al verme con tan solo abrir uno de sus ojos.
- Buenos días campeón – me abrí paso y entre en su casa.
El departamento era todo un caos. El orden brillaba por su ausencia y la limpieza estaba bastante ausente en aquel hogar. El olor a humedad del edificio también era perenne en el diminuto apartamento y las goteras daban un ambiente húmedo muy desagradable.
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♡ VIVIR O MORIR ♡ 《Benjamila》 ☆ ☆
Hayran KurguUn cantante del pop-rock Una enfermera Una familia rota Una investigación Miedos Maltrato Adicciones Egoísmo Amor Muerte. ¿Crees en las segundas oportunidades? Vivir o Morir es un Fan Fiction inspirado en los actores de la serie de Rebelde Way: Ben...