Capítulo 29 {1º Parte}

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Capítulo 29



Primera Parte

El piar de los pájaros me despertó de apoco. Mía dormía plácidamente en mi vientre. La pobre niña había pasado una muy mala noche. La fiebre la había dejado K.O.

Me reincorporé con cuidado intentando no despertar a la niña. Ladeé su cabeza hasta hacerla descansar en la almohada. Me levanté de la cama y estiré mis brazos a la vez que bostezaba. Giré sobre mis pies y me fijé en el sillón. Benjamín había permanecido toda la noche allí pendiente a Mía, junto a mí, hasta que el sueño nos venció a ambos.

Lo miré con ternura.

Tenía que ser sincera conmigo misma y tenía que admitir que estar junto a él me hacía bien. Hacía que mi vida fuese más fácil, que los problemas se me antojaban menos pesados si él estaba cerca mío. Me hacía sentir más fuerte y más segura.

Anoche, cuando sus ojos se clavaron en los míos y suplicó con desesperación que me quedara, fue imposible negarme. Tenía un poder desorbitado en mí y más cuando esos ojos azules casi transparentes se adentraban escarbando todo mi ser.

Durante la noche, no hablamos de nada trascendental. Él tomaba la distancia tras ese pequeño contacto. Supongo que sería porque se había arrepentido o porque a lo mejor su cabeza también estaba igual de atolondrada con esto que teníamos entre manos y que no se parecía a ni tan siquiera una relación de amigos.

Cada vez que lo miraba, un flashback aparecía por mi mente y recordaba aquel día sentada en el suelo de su habitación sosteniéndole inconsciente. Nunca me iba a perdonar eso. Haber sido uno de los motivos a que recayera en su adicción. Me hacía pensar que cada vez que las cosas llegaran a complicarse con respecto a nosotros, él tomaría ese camino. No era buena para él, pero no podía negar que él me hacía sentir tan plena que el simple hecho de no estar a su lado  me mataba por dentro.

En mi escapada intenté olvidarme de él y creí que poner distancia y tierra de por medio lo conseguiría. Sin embargo, me equivoqué. No fue suficiente esas tres semanas. No había ni una sola noche que no pensara en nuestro beso. Un beso que significó tanto para mí, que esclareció por un momento mis pensamientos y me permitió conocer que él era diferente a todo lo que había conocido.

¿Por qué las cosas eran tan complicadas?

Aún sumida en mis pensamientos, Benjamín se desperezó y abrió con lentitud los ojos para acostumbrarse a la claridad de la estancia. Yo miré hacia un lado disimuladamente. No quería que se cerciorarse que había estado ahí parada mirándole durante un largo tiempo como una estúpida.

- Buenos días – dijo con voz ronca.

Mordí mi labio inferior. Me encantaba el tono de su voz recién levantado.

- Buenos días.

- ¿Cómo está Mía?

Se incorporó un poco y comenzó a frotarse los ojos con ambas manos.

- Bien, descansando. – sonreí.

Él me miró y me regaló otra sonrisa. Aguanté la respiración al verlo tan bello recién despierto. 

- Creo que me voy a ir – le dije. 

No quería alargar mi estancia junto a él. Me ponía muy nerviosa. 

- Desayuna primero – sugirió él.

Se levantó de golpe y juntó sus manos con las mías. "Otro contacto más no, por favor", pensé. 

♡ VIVIR O MORIR ♡ 《Benjamila》   ☆ ☆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora