Capítulo 24 {1º Parte}

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Capítulo 24 


Primera parte

Octavio anudaba mi corbata.

Miraba mi reflejo en el espejo. 

El traje que había elegido junto a mi hermana era eclipsado por la silla metálica en la que estaba sentado. Era una pesadilla continua el amanecer cada día sentado en ella. El no poder moverme. El no ser lo suficientemente autónomo. Lo suficientemente independiente.

Cada minuto que transcurría durante el día, me arrepentía de la decisión de aceptar la invitación de Camila. Era un error. Iba a ser un cuadro verme en aquel lugar con una chica fabulosa y no ser capaz de dar ni un solo paso.

Aunque, no todo iba tan mal. 

Esta mañana, al despertar, Octavio y yo nos llevamos una sorpresa muy grata. Esperaba que Octavio preparase todo lo necesario para el baño, cuando, por impulso, quise levantarme de la silla. Con esfuerzo, conseguí ponerme en pie y mantenerme lo necesario. Octavio se emocionó bastante al ver mi logro y yo no cabía en mí de la felicidad. Nos fundimos en un abrazo. Apenas el día anterior había hablado por teléfono con mi amigo Felipe y le transmitía mis inseguridades sobre mi discapacidad y la evolución de esta. 

Estaba emocionado y quería encontrarme con Camila y darle esa magnífica noticia.

- ¿Nervioso? – me preguntó Octavio muy concentrado en acomodarme la corbata en el cuello de la camisa.

- Un poco – admití sin quitar la vista del espejo.

- Todo va a salir bien. – me dio unas palmadas en el pecho. – No pensaba que tuvieras este buen porte eh – rió el hombre.

- Bueno... Estás delante del gran Benjamín Rojas – vacilé 

Octavio rió. Nuestra relación iba cambiando por días. Cada día eramos mucho más cómplices. 

- ¿Crees que habrá periodistas?- me interesé por un momento. 

La respuesta era obvia.

Había permanecido durante semanas encerrado en casa. Desde que se supo mi estado de salud, los periodistas eran hienas a la hora de conseguir la mejor fotografía. Por eso, había decidido enjaularme en mi casa.

Hoy, después de muchos días, volvía a salir y, aunque solo fuese un congreso sobre medicina, no me extrañaría que alguien se fuera de la lengua.

- No lo sé Benjamín – se encogió de hombros – Aunque no pienses en eso. Solamente disfruta, sobre todo disfruta de la compañía – me guiñó el ojo.

El timbre de casa sonó y ambos nos miramos. 

Había llegado.

Con cuidado, Octavio me bajó hasta la planta baja y me posicionó frente a la puerta. Antes de abrir, Octavio quiso asegurarse que estaba preparado levantando su dedo pulgar. Yo asentí, pero para nada seguro. Abrió la puerta y apareció ella.

Me quedé sin aliento y todas las dudas que me habían atormentado durante el día se disiparon.

Camila se veía espectacular con ese vestido. Era un vestido verde agua halter y de escote americano con botonadura en la parte central del pecho hasta llegar a la cintura. La cintura fina de Camila se acentuaba con un lazo de gasa. El bajo de la falta del vestido terminaba con un pequeño volante fruncido que dejaba ver sus delgadas piernas.

Su maquillaje sutil y las ondas en su melena suelta le daba un aspecto tan juvenil que me sentí, por un momento, insuficiente para ella. Estaba espectacular. Transmitía una frescura desorbitada.

♡ VIVIR O MORIR ♡ 《Benjamila》   ☆ ☆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora