Capítulo 24 {4º Parte}

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Capítulo 24


Cuarta Parte

En un principio, el contacto era suave. Nuestros labios se acariciaban y nuestras respiraciones se sincronizaban en una.

En mi interior, sentía un estallido de emoción mezclado con el calor que me provocaba el tacto de Camila. Ahora entendía todo. Ahora el puzzle de mi vida comenzaba a encajar. Camila era la pieza fundamental.

Nunca había sentido nada parecido por ninguna chica. Todo era tan nuevo y especial para mí que me sentía abrumado y torpe, a pesar de mi experiencia.

Ella era mi oportunidad. Mi nueva oportunidad.

Camila se acercó, sin detener aquel beso, hasta sentarse en mis piernas. Con sus brazos, rodeó mi cuello para estrecharse más a mí. Como si necesitase más, se aferró a mí y comenzó a besarme con ansiedad. Sus labios suaves, comenzaron a ser muchos más cálidos. Nuestras lenguas se encontraron y comenzaron a enredarse en un baile que provocaba una adicción sobrenatural.

Tardé en darme cuenta que le estaba devolviendo el beso con las mismas ansias. La estreché hacía mí con fuerza haciendo que Camila expulsara un jadeo por aquel contacto. Nuestras respiraciones ya no estaban tan sincronizadas como antes y parecía que nuestros pulmones estaban a punto de colapsar. Comenzaba a sentir demasiado calor y mi rostro ardía.

Un carraspeo quiso llamar nuestra atención, pero yo no quería separarme de ella. No quería salir de este sueño tan placentero. 

Era Camila la que se separó lentamente y con su mano intentó arreglarse el carmín corrido. Yo era incapaz de mirarla y miré hacia un lado avergonzado. Ella se levantó de mis piernas y se arregló el vestido antes de encarar a la persona que nos había interrumpido.

- Yo por mí os dejaba... - comenzó a decir una chica. – Pero están en un sitio público y la gente comienza a fisgonear.

- Perdona Jaz, yo... - titubeó Camila

Yo me remuevo inquieto.

- Eh cariño, no tenes que disculparte y menos conmigo. – le dijo la chica. – Al revés, me pone muy contenta por vosotros... Ya era hora

- No... No... No te creas que... - dijo atropelladamente Camila señalándome. Ella tenía los labios hinchados y ese pequeño detalle me puso como loco. – Nosotros no somos nada

Esa confesión supuso una ligera grieta en mi corazón.

- Mejor... Os dejo a solas.  – interrumpí al notar la incomodidad de Camila. 

Con mis manos, volteé la dirección de mis sillas de ruedas y avance por la sala yendo hacia el baño. Necesitaba estar solo y asimilar todo lo que había ocurrido. 

Una vez en el baño, me apoyé en la repisa que había junto a un espejo enorme. Sopesé todo lo que había pasado y no llegué a ser consciente de todo aquello. Alcé mi cabeza y veo mi imagen en el espejo.

Sonreí. Sonreí porque era feliz. Sonreí porque eso que sentía no era un capricho como temía. Sonreí porque sentía que, por primera vez, tengo sentimientos hacia una chica. ¡Y vaya chica!

Estaba pletórico.

Quisiera gritar y decir a los cuatro vientos que estaba feliz y que, por primera vez, sentía que todo iba bien. Me sentía seguro y gracias a ella.

Aplaudí en aquel solitario baño.

Era lo mejor que me podría haber pasado y estaba seguro que no iba a desaprovechar aquella oportunidad. Camila era la mujer que esperaba y yo soy el hombre que necesitaba ella. Se lo demostraría cada día.

Cuando me sentí lo suficientemente relajado, respiré profundamente y salí en busca de Camila. Sorteaba a los presentes, ya pasados de copas, cuando atisbé a los lejos a Camila.

El alma se me cayó a los pies cuando la vi bailar con un chico. No era el médico de la discordia, ni tan siquiera Coco.

¿Quién demonios era ese tío? ¿Acaso Camila es un imán para los hombres?

Me sentí el hombre más estúpido de aquel lugar. ¿A quién pretendía engañar? Camila nunca se fijaría en mí y el acercamiento que tuvimos fue tan solo producto del alcohol. Camila no me deseaba. Ni tan siquiera estaba interesada en mí. Ya se lo dejó bien claro a su amiga. 

- Hola Benjamín – saludó de nuevo la chica que interrumpió nuestro beso. – ¿Buscas a Camila?

- No,- dije sin mirarla. -  ya la encontré – añadí.

La chica miró en la dirección por la que yo miraba.

- ¡Ah! Es Esteban... - me explicó. – Un pesado y Cami no sabe decir que no. Es el sobrino del Doctor Suárez.

No necesitaba explicaciones. No tenía intención de interesarme por aquella escena. Era fácil. Camila era una chica guapa y nuestro acercamiento solo fue producto del alcohol. Cada vez estaba más convencido de ello.

Me despedí de la amiga de Camila y pedí a un camarero que llamase un remis.

Esperé fuera, pues no quería cruzarme con Camila. Ni tan siquiera quería despedirme. A fin de cuentas, no se daría cuenta que me había marchado. Estaba bastante entretenida. 

- ¿Qué haces acá?

Era la chica morena que conocí antes, la compañera de laburo de Camila.

- Martina ¿no? – intenté recordar su nombre

- La misma – verificó. - ¿Te vas?

- Sí, estoy cansado. – le mentí.

- Vaya...

El remis paró justamente frente nuestra. De él, bajo un hombre mayor, nos saludó e hizo ademán de ayudarme a entrar al auto.

- No se preocupe señor, lo hago yo. Laburo de ello – sonrió con gentileza.

Martina me ayudó a entrar en el auto con bastante agilidad. Después, se encargó de desmontar mi silla de ruedas y guardarla en el auto.

- Oye, ¿te importaría compartir el remis? – me preguntó.

Yo negué.

Ella se sentó al lado mío y el auto se puso en marcha. Durante el trayecto a la casa de Martina, conversamos de temas aleatorios. Sinceramente, me ayudó a olvidarme por unos momentos de Camila y todo lo referente a ella.

A los quince minutos, el auto se paró en una pequeña y modesta casa. Martina hizo lo propio por pagar el viaje, pero le negué el gesto.

- Gracias Benja – dijo avergonzada. – Ha sido un placer conocerte.

- Igualmente – le dije.

Tomó su bolso que permanecía en medio de ambos y abrió la puerta del auto para irse. Sin embargo, algo la hizo parar.

- Te va a parecer algo brusco... - comenzó a decir. - Pero... ¿Te apetece tomar algo en mi casa?



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Hola a todo el mundo. 

Hoy se me ha hecho tarde, pero es que he terminado muy tarde de trabajar. 

Gracias por cada comentario y que os guste tanto la historia. De verdad, que me alegra muchisimo y me hace muchisima ilusion todo vuestro apoyo. 

Espero que os haya gustado. Ya os dije que estos dos son una montaña rusa de emociones pero.... Lo importante que ya hubo acercamiento. 

Un besazo enorme y cuidaros

❤❤❤

♡ VIVIR O MORIR ♡ 《Benjamila》   ☆ ☆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora