♡ VIVIR O MORIR ♡ 《Benjamila》 ☆ ☆

Capítulo 60 {1º Parte}

¡¡Hola!!

Hoy os sorprendo con un nuevo capítulo. Iba a esperar un poquitín más porque tengo que terminar el capítulo de Por ti, pero es que estoy super emocionada por el apoyo que le dais a esta historia que os lo tenía que agradecer de alguna manera y qué mejor que con un capítulo nuevo. 

De verdad que no os miento cuando digo que me emocionan cada uno de vuestros comentarios y que me sorprendo aún por tanto apoyo. El capítulo anterior ha sido el más comentado de lo que llevamos de historia y no sé como agradeceros tanto. Siento que esta historia no es solo especial para mí sino que también lo es para la mayoría de ustedes y eso me hace muy feliz. 

Os dejo un nuevo capítulo, cargadito de muchas cosas interesantes. Estoy deseando leer vuestras impresiones en cuanto finalicéis su lectura. 

Siento recordaros que queda nada para finalizar la historia. Estoy preparando algo muy bonito que necesita tiempo, así que si la semana que viene me ven muy desaparecida es porque estoy trabajando en ello... Así que os pido un pelín de paciencia, please. La espera creo que merecerá la pena. 

Un besote enorme mis amores y cuidaros. 

Ahí va el nuevo capítulo. 

Capítulo 60

Primera Parte

El repiqueteo insistente de los dedos de Camila en el frío metal de la silla de aquella sala de espera era señal de los nervios que sufría al inminente momento que debía afrontar.

Sin duda, no era la única que estaba nerviosa.

La noticia de su embarazo me pilló por sorpresa. Al comienzo, fue difícil de creer y por un instante sentí un atisbo de miedo. La inseguridad se apoderó de mí. Era lógico ¿no? Soy Benjamín Rojas, aquel tipo solitario, mujeriego, egocéntrico y, en ocasiones, un tanto machista que había apartado en un momento de su vida toda relación con las personas que más quería hasta que llegó ella. Sí, porque en más de una ocasión lo dije. Camila fue mi salvavidas. Llegó a mi vida como una brisa de aire fresco y me enseñó a vivir una vida plena donde las inseguridades y miedos eran compartidas y no se escondían en ese cajón mugroso que yo mismo había creado tiempo atrás.

Sin embargo, era evidente que aún había un resquicio del Benjamín que dejé atrás y salía a relucir en aquellos momentos donde más vulnerable me sentía. Por ese motivo, sentí miedo. No quería que ese Benjamín reapareciera y que mi hijo sufriera por él.

¿Sería capaz de criar a un bebé? Un bebé era una responsabilidad muy grande y se necesitaba una alta capacidad de madurez que no sé si había logrado alcanzar. Pero ese miedo desapareció al ver el miedo en el rostro de Camila. No, no podía dejar que pensara que su embarazo era una equivocación. No debía permitir que pensara de ese modo. Todo lo que venía de ella estaba bien. Estaba bien para mí, para ella y para ambos. Sí, un bebe no era un error. Todo lo contrario. Era lo mejor que nos podía suceder a ambos. Lo mejor que podía sucederme: tener un hijo con la mujer que amo. Formar una familia con ella era lo máximo que podía aspirar en la vida y tenía la oportunidad de hacerlo realidad. No había miedos. Era imposible tener miedo si iba a estar junto a ella, caminando de su mano en esta nueva etapa que se nos presentaba.

Acaricié la pierna de Camila y ella me miró con ojos asustados. Le sonreí en un intento de tranquilizarla.

- ¿Camila Bordonaba? – preguntó una enfermera sosteniendo el cuaderno que tenía en sus manos.

- Soy yo – contestó ella de un respingo.

- Pueden acompañarme – sonrió la enfermera.

Camila agarró mi mano con fuerza y seguimos a la enferma hacia la consulta del ginecólogo. El hombre, de unos cincuenta años, realizó las preguntas protocolarias para conocer la causa de la consulta. Los minutos que le llevó al doctor recoger todos los datos en el ordenador se me antojaron eternos. Ahora era yo el que no podía retener el nerviosismo. Sin duda, se estaba haciendo de rogar más de lo necesario.