Capitulo 22 {2º Parte}

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Capítulo 22


Segunda Parte

- Creo que ya podemos finalizar la sesión por hoy – le dije reincorporándome. Tomé el aparato que le había puesto en las rodillas y comencé a guardarlo ante la atenta mirada de Benjamín. - ¿Pasa algo? – le pregunté al verlo tan callado pero expectante

- Nada – sonrió. – Oye, ¿te apetece comer con nosotros?

Su invitación me pilló por sorpresa. La Camila formal le diría que no, que su relación debía ser estrictamente profesional; pero reflexioné y recordé en la charla que tuve el día anterior con Jazmín. Esa Camila había traído más problemas e inseguridades que cualquier otra cosa. Además, la frase que siempre me decía Micaela taladró en mi cabeza: "Camila no podés vivir por y para el trabajo. Disfruta". Ambas llevaban razón. La vida me había dado muy malos momentos y debía darme una oportunidad a mí misma. Estaba a gusto con Benjamín y solo se trataba de una invitación para comer en su casa.

- Dale, hasta las cinco de la tarde no comienzo a laburar en la clínica – acepté y su rostro se iluminó.

Con ayuda de Octavio, salimos del gimnasio.

Mientras esperábamos a que Rosana terminase el menú, Benjamín me invitó a pasear por su jardín.

Nunca había estado ahí, pero era realmente hermoso. El pasto cortado homogéneamente y el color vivo de la flora creaban un ambiente de belleza y calma al lugar. El camino de piedra daba un contraste encantador al verde abundante. A lo lejos, una pequeña cabaña de color blanco descansaba en medio de dos grandes árboles centenarios.

- ¡Qué bonita! – exclamé cuando llegamos a la cabaña. En el descansillo de ésta, dos sillas de mimbre y una mesa decoraban el exterior.

- Entra – me invitó.

Le hice caso y entré en ella. Era pequeña y sencilla pero inmensamente acogedora. En el interior, había un sillón con una mesa baja. En frente, una chimenea de leña acogedora en las noches de invierno. Observé una de las paredes que estaba repletas de marcos de fotos. Eran fotografías de la infancia de Benjamín: aparecía su hermana, su madre y su padre.

- Es realmente bonita. – volteé ya que él permanecía en el umbral de la puerta.

- Si, hacía mucho tiempo que no entraba acá.

- ¿Por qué? – le pregunté sosteniendo aún una foto de Luisana y él de pequeños.

- Me recuerda lo mucho que me perdí – agachó la cabeza.

Apenada me acerqué a él, me arrodillé para quedarme a su altura y alcé su barbilla para que me mirara a los ojos. De nuevo, ese contacto visual me hizo estremecer. Mordí mi labio inferior evitando que notase mis nervios.

- No te martirices tanto. – le pedí. – No merece la pena estancarnos en el pasado. El pasado solo debe servir para coger impulso y seguir hacia adelante.

- Puede ser...

- Lo es – le dije. – Te lo digo yo que he permanecido postrada en mi pasado desde... - paré de hablar. Soy consciente que desde que perdí a mi hermano, me convencí que mi vida no tenía sentido alguno y que solo se trataba de continuar hasta que llegase mi hora. Porque sí, en muchas ocasiones quise acabar con todo. En muchas ocasiones quise acabar con mi vida porque la soledad me consumía. Fueron tiempos muy duros, pero tuve suerte de la gente con la que me rodeaba. El doctor Suárez y Micaela habían sido mi salvavidas en más de una ocasión.

♡ VIVIR O MORIR ♡ 《Benjamila》   ☆ ☆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora