Capítulo 35

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Me desperté demasiado tarde, algo normal cuando había trasnochado tanto y, a pesar de la resaca, no podía sentirme mejor.

Comenzaba una nueva etapa.

Una nueva Camila. Una Camila que había dejado a un lado sus inseguridades y miedos para aferrarse a las oportunidades que le brindaba la vida. Un nuevo comienzo por el que apostaba por la premisa fundamental: Benjamín Rojas.

Admitía que estaba enganchada. Me gustaba. Me atraía. Me sentía cómoda con él. Todo era mejor cuando estaba junto a él. No iba a desaprovechar esta oportunidad e iba a seguir las directrices de mi corazón.

Anoche ocurrió algo tan especial. La atracción era evidente y no reparamos en ningún momento en el lugar donde nos encontrábamos. Era evidente que podíamos correr el peligro de que alguien nos viese o interrumpiese. Y justamente eso fue lo que pasó. Me avergonzaba aún al recordar a mi amiga reír divertida y cómo Benjamín y Coco discutían de manera incoherente. Para Coco, le habíamos supuesto un trauma y alegó que todo sería diferente cada vez que durmiera en aquella cama. Según él, se dormiría cada noche con nuestra imagen.

Después de aquel bochornoso momento, pedí a Jazmín que me llevara a casa. Benjamín quiso acompañarme, pero rechacé su oferta. Él estaba con Martina aquella noche y era poco caballeroso dejarla sola. Benjamín intentó declinar mi idea, pero accedió de mala gana a mi petición tras mi insistencia.

Suspiré y no pude evitar recordar todas las sensaciones que me produjo aquel encuentro con Benjamín. Su forma de mirarme, la delicadeza del primer beso que pasó a una pasión desenfrenada... Me encanta sin lugar a dudas y deseo estar con él. Ahora estoy más convencida que nunca.

Abrí la puerta y con sigilo me dirigí al cuarto de baño. Decidí darme una ducha fría para despertarme y comenzar el nuevo día. Me moría de ganas por verlo, así que no me entretuve demasiado. Salí de la ducha y me enrollé en la toalla blanca. Sequé con una toalla más pequeña mi pelo mojado y cuando vi oportuno salí de la habitación de aseo.

Observé la puerta de la habitación de Benjamín entreabierta y sonriente me acerqué a ella. Incliné mi cuerpo con sigilo para mirar en su interior, pero lo que vi hizo que mi sonrisa se desvaneciera. Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo y el buen ánimo con el que me había levantado se desvaneció.

Volteé enojada cuando me topé con un cuerpo duro. Alcé la mirada y ahí estaba él. Fruncí el ceño y acomodé mi toalla con brusquedad.

- Ah, eres tú – musité de mala gana.

- Buenos días ¿no? – me mostró sus blancos dientes tras su sonrisa

- Serán para ti- dije desganada.


La puerta se abrió de par en par y apareció una somnolienta Martina con el pelo alborotado. Llevaba puesta una camisa deportiva de Benjamín.

¿Podrías ser más tarada Camila?, mi voz interior retumbó enojada.

- En fin, ya estamos todos – levanté mis cejas. – Permiso.


Me hice a un lado y me dirigí directamente a mi habitación. Escuché unos pasos detrás de mí. Rezaba para que no fuese Benjamín porque no sabía si sería capaz de controlarme y no propinarle una cachetada.

- Cami – me paró posando su mano en mi hombro.


Me deshice con brusquedad de aquel contacto y me enfrenté a él seria.

♡ VIVIR O MORIR ♡ 《Benjamila》   ☆ ☆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora