57

1.3K 238 166
                                    

N/A:

No sé por qué siento que han pasado semanas desde la última vez que publiqué un capítulo, pero solo fue la semana pasada. Han pasado muchas cosas en estos días, y a pesar de que tenía una idea del capítulo, me sentía un poco abrumado y no llegaba a poder terminarlo. estos capítulos serán un tipo de transición para lo que viene después, y siempre me cuesta trabajo ese tipo de capítulos, solo espero poder hacerlos bien. 

Gracias por leer Espresso y por dejar siempre sus comentarios, en verdad me alegran muchísimo y me motivan a seguir. Ya casi llegamos al año desde que empecé a publicar de nuevo, y espero que cuando llegue esa fecha ya estemos más cerca del final. ¡Los amo!


Las primeras semanas de clases son muy atareadas. Los maestros no dejan de bombardearlos de información sobre el examen de Nivel AS, ocasionando cierto estrés entre los estudiantes. Remus tiene que organizarse muy bien para poder dar sus tutorías, las cuales han incrementado, hacer sus deberes, estudiar y tratar de pasar tiempo con sus amigos, aunque esto último parece ser lo menos importante.

Al igual que Remus, Sirius y James se encuentran bastante ocupados con los entrenamientos para la nacional, y los chicos se encuentran con los nervios a flor de piel. Así que Remus solo puede ver a Sirius durante clases y después del entrenamiento cuando este lo lleva a su casa. El chico empieza a lucir bastante cansado y a quedarse dormido mientras los maestros explican los temas. En más de una ocasión Remus ha insistido en irse solo a casa para que así Sirius no tenga que dar tantas vueltas para llegar a la suya, pero, obstinado como mula, Sirius siempre se niega. Su argumento es: "Quiero aprovechar el más mínimo segundo para poder estar a tu lado. Y Remus no tiene manera de cómo objetar eso.

Es un miércoles después de que Remus termine todas las actividades de su día, que le llega un mensaje de Sirius. Le pide lo espere en los vestidores de hombre del equipo de Rugby ya que ha dejado su motocicleta en la parte trasera de la escuela y es más rápido llegar a ella desde ahí. Así que, con paso lento y algo cansado, Remus camina hasta el punto de reunión.

Está sentado en una de las bancas más cercanas a los vestidores cuando escucha que alguien lo llama por su apellido. Es una voz nueva, grave y que trata de ser amigable. Remus levanta la vista y se encuentra con un chico alto y musculoso rodeado de otros un tanto parecidos a él. Todos tiene el cabello húmedo y lucen como si acabasen de terminar de bañarse.

—¿Esperas a Sirius? — El tono del chico aparenta casualidad. Sería más creíble si los demás muchachos que lo rodean no tuvieran unas expresiones hostiles en sus rostros. Remus no está muy seguro de que responder. La pregunta le ha tomado un poco por sorpresa, pero sabe que no es casualidad que se le haya sido formulada.

—Sí. — Con un tono neutro y tajante, Remus no da oportunidad a seguir con la conversación. Ve la expresión frustrada del chico y también un poco de indecisión. Uno de los muchachos que está detrás de él le golpea ligeramente el hombro y este suspira derrotado. Se rasca la cabeza antes de hablar.

—Seré directo. Hay rumores sobre Sirius recorriendo la escuela. Todos vimos cuando bailaste con él. No queremos esa reputación para el equipo de Rugby. — Los años de práctica que ha tenido Remus para controlar cómo exterioriza sus emociones le dan frutos en ese momento. Su rostro es sereno y tranquilo. Su mente es caos, desastre, está fuera de control. Es cierto que los rumores en Erin College son lo que más se escuchan por los pasillos. Sin embargo, Remus no ha oído nada respecto a Sirius o sobre esa noche. Lo cual lo considera un poco extraño ya que, a pesar de que no se entromete en chismes, son lo primero que le llegan. Su primera conclusión es que el chico que tiene en frente le está mintiendo. Lo observa detenidamente. Lo mira directo a los ojos. Entonces, habla de nuevo. — Hemos tratado de que dejen de esparcirse, pero que estés con Sirius no ayuda mucho. —. Es ahí que Remus sabe que dice la verdad. No hay titubeos en la voz; es honesta y demasiado sincera. Es algo que Remus no hubiese esperado.

Hay un silencio que resulta incómodo para los presentes. Remus ha bajado la mirada, piensa en la información que se le ha dado y la procesa. Hay una ligera opresión en su pecho. Diferentes escenarios asaltan su mente, y en todos ellos Sirius se termina alejando de él. Ha tenido suficientes pruebas para saber que eso nunca pasaría, mas no puede evitarlo. ¿Qué le haría el equipo de Rugby a Sirius si se creyese tuviera una relación con un hombre? Remus ha visto con sus propios ojos todo el esfuerzo y el empeño que Sirius invierte en ese deporte. Lo ha visto brillar con el deseo inmenso de ganar las nacionales. Ha visto esa expresión de entusiasmo y emoción cada que le cuenta a Remus sobre los muchos partidos en los que ha participado. Sirius ama el Rugby y es algo contra lo que Remus no podría competir jamás.

—Sirius y yo solo somos amigos. — Está consciente que esa afirmación no servirá de mucho, y no es estúpido como para no comprender lo que los otros chicos quieren darle a entender. Es demasiado ingenuo para creer que tal vez con esa será suficiente.

—Solo aléjate de él, marica. — Es uno de los chicos de atrás quien dice eso. El muchacho que se ha estado dirigiendo a Remus se voltea para decirle algo, pero no es su voz la que se escucha.

—¿Qué dijiste, Craig? — Todos los presentes se sobresaltan. La voz de Sirius es salvaje, y, cuando Remus lo mira, hay furia en sus ojos.

El mencionado trata de formular una oración coherente, pero lo único que puede hacer es tartamudear palabras sin sentido. Sirius se acerca a ellos pisando fuerte, con las manos dentro de su chamarra y una amenaza de muerte en su mirada. Remus se pone de pie de inmediato. Se dirige a Sirius antes de que él llegue con sus compañeros de equipo. Se interpone entre una posible desgracia.

—¿Por qué están molestando a Remus? — Sirius se ha detenido, pero eso no le impide gritar la pregunta. El chico que ha estado representando a los demás es el que responde.

—No lo estamos molestando. Solo queremos dejar un par de cosas en claro.

—¿Cuáles? No tienes derecho a meterte en mi vida privada solo porque eres el capitán.

—Están diciendo que eres gay, Sirius. — Sirius se mantiene en silencio, algo extraño en él. Remus siente que su corazón da un brinco inesperado al escuchar esas palabras. Ha tenido la vista fija en Sirius todo ese rato, mas no puede evitarlo y la desvía de inmediato. Su pecho se siente oprimido de nuevo, es una sensación más intensa que la que tuve hace unos minutos. Sirius está justo a su lado y lo siente tan lejos; se aleja con cada segundo que pasa sin que diga una palabra. Remus siempre lo supo. Nunca tuvo dudas de que ese momento llegaría. Sirius no es gay. Sirius nunca ha sido ni será gay. Creía estar preparado para el rechazo, pero no esperaba que fuese tan pronto.

—¿Y? Si Remus es mi novio no es asunto de ustedes. — Es la mano grande y fuerte de Sirius quien toma a Remus del hombro y lo pega a su cuerpo. Este siente el calor que desprende el chico, escucha el latido rápido de su corazón. —Consíganse una vida. — Dicho esto, Sirius da media vuelta junto con Remus y caminan en dirección opuesta al equipo de rugby.

Remus no está seguro de lo que ha pasado. No dice nada. No encuentra las palabras. No se encuentra a sí mismo. No encuentra el piso por el que camina porque flota. Flota y se pierde en donde nadie sabe quién es, ni siquiera él. 

EspressoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora