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Remus siente que está en un sueño. Es el día de su graduación y no puede creer que el salón en el que se va a llevar a cabo el evento sea tan hermoso y distinguido. Aunque no solo es el lugar. Los familiares de los compañeros de Remus están vestidos de una manera en la que Remus solo ha visto en películas. Es muy fácil poder distinguir quienes son los chicos becados. Remus y otros 3 estudiantes más son los que desentonan en aquel lugar brillante y glamuroso. Sin embargo, Remus se siente más orgulloso que nunca. Se ha graduado con mención honorífica, ha entrado a Oxford, en unos meses empezará su vida con Sirius, y su madre está con él, a su lado, hermosa y lo más elegante que la ha visto jamás. Hope se ve un poco nerviosa, aunque es algo común en ella. En todas las graduaciones de Remus ha sido así, lo cual sigue siendo un misterio para el chico. Remus la toma del hombro y le sonríe. Está a punto de comentar sobre sus anécdotas pasadas de graduación, tal vez así logre relajarse un poco, cuando un silencio repentino se lo impide.

Tanto los estudiantes como sus familiares se encuentran esperando en un lounge, repleto de pequeños bocadillos y asientos cómodos para que los invitados esperen a gusto a que la ceremonia empiece. Todavía faltan un par de graduados por asistir, entre ellos Sirius, lo cual es un poco extraño. Los primeros en llegar fueron Remus y Hope. Después llegó Peter y su familia, seguidos por James y sus padres. Y nadie más. Remus le preguntó a James por Sirius, y este le dijo sobre Sirius y su repentina decisión por quedarse en casa de los Black. Algo un poco raro, ya que, durante la comida de festejo, después del partido de rugby, Sirius no comentó nada al respecto. Ni siquiera durante la noche antes de despedirse por mensaje para irse a dormir. Así que, cuando todo el salón se queda en silencio, Remus tiene una corazonada de saber quién ha llegado.

Remus le da la espalda a la entrada, así que se gira para ver, por primera vez, a un hombre que indudablemente es el padre de Sirius. Se parece muy poco a su hijo, salvo en el porte, la postura y la elegancia nata que emanan. Junto al hombre hay una mujer, Walburga, la viva imagen de su hijo. La madre de Sirius se ve muy hermosa, de eso no hay duda. Aunque Remus siente que hay algo que no cuadra con la mujer. El rostro frío e hipócrita con el que la conoció, no es el mismo que muestra en este momento. Luce como si fuera la persona más amable del mundo, aunque no sonríe mucho. Tal vez es el contraste de miradas que hay entre los dos adultos. Orion tiene unos ojos extremadamente claros, no muy favorables con el rostro duro y serio que tiene. Y los ojos azul grisáceos de Walburga, pese a que son de un color "frío", se muestran gentiles.

Remus espera ver a Sirius detrás de Orion y Walburga. En su lugar, se encuentra con una versión más joven de su novio. Es la primera vez que Remus ve al hermano menor de Sirius. No recuerda su nombre, pero sí vagamente la conversación en la que Sirius hablaba sobre él. El niño podría ser un clon casi perfecto de Sirius, si no fuera por sus ojos indudablemente heredados de Orion, y el cabello corto muy moderno. La mirada de Remus se posa detrás del niño, y no ve a nadie más. La puerta por la que ha entrado la familia Black está cerrada, y Remus siente que el corazón se le encoge. Su mano se mueve instintivamente al bolsillo de su pantalón, en donde está su celular, dispuesto a sacarlo y llamar a Sirius las veces que fueran necesarias. Espera unos segundos antes de dejar que la incertidumbre se apodere de él. Solo unos segundos...y Sirius entra. La puerta se abre y Remus se queda sin aliento. Es la primera vez, en todo el tiempo que lleva conociendo a Sirius, que lo ve peinado. Tiene el cabello hacia atrás, muy bien acomodado, con un aspecto brillante, pulcro y endemoniadamente sexy. Remus ve el momento exacto en que sus compañeras de clase son incapaces de contener la expresión de su rostro, y no las culpa. Está seguro de que se ve igual que ellas, a punto de babear en cualquier momento. Sirius peinado de esa manera, más el traje elegante que trae puesto, debería ser ilegal por atentar contra el bienestar emocional de las personas.

El esfuerzo que hace Remus para concentrarse en algo más que el físico de Sirius es digno de un premio nobel. Sirius no se dirige de inmediato hacia él, camina primero hacia James, y luego hacia Peter. Remus está tan concentrado en su novio (¿cómo alguien puede ser así de bien parecido, por Dios?) que la vibración que siente en su mano, logra que Remus aparte, por fin, su vista de Sirius. Baja la mirada y se da cuenta que lleva apretando el botón de encender o apagar de su celular desde antes de que Sirius entrara al lounge. Le ha salido un mensaje de si desea a pagar el celular, y lo cancela. Lo guarda de nuevo en su bolsillo. Remus aprovecha esa distracción, y se fija en la actitud de su novio. Detrás de toda la elegancia y belleza que posee el chico, hay una gran molestia. El ceño fruncido, la boca apretada en una fina línea, los hombros muy rectos, las manos en puños...Sirius no solo está molesto, está furioso.

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