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Me disculpo de antemano por no haber publicado la semana pasado, pero esta semana tendrá dos capítulos (espero). Han pasado muchas cosas en mi vida personal durante estas semanas que me tienen un tanto atolondrado JAJAJAJAJ. No sé qué decir más que vayan rezando a lo que ustedes crean para que su humilde escritor no caiga en el torbellino del amor y termine dejando esta historia en el olvido JAJAJAJAJAJ (no es cierto, deseenme suerte, por fas xD)

Como siempre, gracias por leer Espresso y por todos los comentarios bellos que dejan. ¡Los amo! ❤


El rumor del novio de Sirius se esparce por el colegio con el paso de los días. Remus creía haberse acostumbrado a que las personas cuchichearan cada que entraba a algún aula, pero no está acostumbrado a las miradas nada discretas de desagrado y odio que le lanzan, sobre todo las mujeres. Ninguno de sus tres amigos ha comentado sobre el tema, sin embargo, les es difícil pasarlo por desapercibido; y más cuando Remus se ha visto afectado debido a ello. Primero fueron sus asesorías. No pasó más de un día para que todas las chicas que ayudaba con sus estudios dejaran de solicitar su apoyo. Una semana después, cayeron los hombres. Y, por si fuera poco, su casillero fue forzado y abierto; sus libros rayados y deshojados; sus libretas robadas y sus pertenencias maltratadas. Sirius se indignó tanto que no dudó ni un segundo en ir y armar un alboroto a la oficina del director. Este, como siempre, aseguró darle seguimiento al caso sin llegar a ningún resultado.

En más de una ocasión Remus le ha insistido a Sirius que desmienta sobre tener un "novio". En primer lugar, porque no tiene uno. Y, en segundo lugar, Remus no tiene problema con que el rumor solo le afecte a él, pero Sirius se ha estado viendo implicado y es algo que no puede ignorar con facilidad. El ambiente en sus entrenamientos de Rugby se tensa con cada día que pasa, y en más de una ocasión Sirius ha tenido que hacer su ejercicio solo por las disputas entre sus compañeros. James se encarga de tener a Remus lo más informado posible y de mantener una postura neutral para así poder seguir fungiendo de espía. Remus está seguro que si la situación no cambia, el desempeño de los chicos en las nacionales será deplorable. Pero Sirius, terco como mula, se niega a contradecir lo que el resto de la escuela cree. Así que Remus le hace prometer a Sirius que se comportará lo mejor posible, por el bien del campeonato. Sabe que no tiene ningún derecho de hacerle esa petición, y mucho menos de imponérsela, mas no sabe qué más hacer. Tanto sus amigos como Lily (quien ya está al tanto de todo) le insisten en que él no tiene la culpa de nada; aún así, Remus no puede evitar sentirse el responsable de todo lo que está sucediendo.

Es una tarde en la que el sol londinense empieza a tomar fuerza que Remus recibe un mensaje. Está estudiando con Lily, en la biblioteca de su escuela, y deciden tener un breve descanso de diez minutos. Remus enciende su celular y le sorprende mucho ver un número desconocido de su bandeja de WhatsApp. Abre el mensaje con curiosidad y es bombardeado por insultos y amenazas. No puede evitarlo y se sorprende. A su lado, Lily ve su expresión y se asoma para checar el teléfono. La expresión de la chica no es de sorpresa, sino de indignación.

—Deberías de mostrarle esos mensajes a tu director. — Comenta la chica en un tono imperativo. Remus reprime un suspiro.

—Pudo haber sido cualquiera, no necesariamente de la escuela.

—Remus por favor.

—Bloquearé el número. — La voz de Remus es tajante y da por terminada la conversación. Apaga su celular y no hace lo que ha dicho hasta que llega a su casa y ha recibido un par de ataques más.

Un par de días después, le llegan mensajes de texto. Son más cortos, aunque demasiado directos. Lily se da cuenta de nuevo del acoso que está recibiendo y le exige vuelva a bloquear el número. Remus no tiene idea de cómo hacerlo, y su amiga tampoco puesto que utiliza un celular completamente distinto. Sin poder mencionarle a Sirius nada de lo que está pasando, Remus se ve con la necesidad de pedirle ayuda a James para poder realizar el bloqueo. Le cuenta todo a su amigo y este escucha con el ceño muy fruncido. Al igual que Lily, solo que con un tono más amable, le dice que vaya con el director puesto que ya tiene una prueba un poco más tangible de lo que le está pasando. Remus insiste que podría ser cualquiera, e ir con el director implicaría que Sirius se terminara enterando de lo que está sucediendo y lo menos que Remus quiere es causarle otra molestia. Eso último no se lo dice a James. Pero se lo repite a sí mismo con mucha constancia.

Es unas semanas antes de que el examen de Nivel AS empiece que James llega con una información muy importante. Espera una oportunidad en la que Remus se encuentre solo y le dice ha escuchado.

—Fue uno de los chicos del equipo. — Habla en voz baja y apresurada, como si se tratase de un momento de vida o muerte. Remus lo escucha atento. — Dice que su novia se la pasa comprando celulares de prepago para Parkinson y que cuando le preguntó para qué hacía eso, ella le dijo que se trataba de una venganza.

—¿Sirius estaba ahí cuando dijo eso?

—Obviamente no. Los chicos ya no hablan cuando Sirius está cerca. — Ninguno de los dos dice algo. Remus observa las cejas de su amigo curvarse y poner una expresión muy triste. Ver a James en ese estado, hace que el corazón de Remus se estruje y su pecho se oprima. — No creí que fueran ese tipo de personas. Lo siento Remus. Debe ser difícil que te señalen por quien eres. — James pone una mano en el hombro de Remus y este puede sentir una empatía y bondad enormes recorrer hasta el último rincón de su cuerpo. No comprende por qué recibe tanta compasión y comprensión de alguien a quien solo le está causando problemas. Y eso lo hace sentir muchísimo peor. Es incapaz de devolver la cálida sonrisa que James le ha dado.

Esa misma tarde, durante sus sesiones de estudio con Lily, Remus le dice a su amiga todo lo que James le ha contado. Aunque no solo se limita a eso. No puede evitarlo y también habla sobre lo que su corazón grita. La vida le ha correspondido con unos amigos maravillosos, y lo único que hace Remus es arruinar la existencia de esos chicos. La expresión de James no deja de darle vueltas por su cabeza; la imagen de mental de Sirius alejándose de su equipo lo martilla sin descanso; ver al pobre de Peter suspirar por estrés cuando cree que nadie lo ve le pesa demasiado. Lily escucha a Remus en silencio. Siempre lo escucha. Lo peor es que no solo le causa problemas a sus nuevos amigos; Lily tiene que soportar escuchar sus quejas y lamentos. Remus es solo una molestia para las personas que ama y eso nunca cambiará.

Debido al buen clima que empieza a hacerse presente, y a la ansiedad que se ha acumulado en Remus no solo por lo que está pasando, sino por lo cerca que se encuentra el examen, este se ha hecho a la costumbre de ir, antes de encontrarse con Lily en la biblioteca. al jardín trasero de la escuela. Es un lugar muy hermoso y al que casi nadie nunca suele ir. Es el aroma de las flores y los diferentes colores lo que ayudan a Remus a relajarse, aunque sea solo un poco. Ese día camina con lentitud hacia el jardín. Aún faltan unos quince minutos para que llegue Lily, y Remus quiere tomarse su tiempo. Siente que ha estado muy acelerado en los últimos días, y no poder pasar tiempo de calidad con Sirius también ha hecho mella en él, aunque esto último no quiere admitirlo. No cree que tenga el derecho de tan siquiera pensar en eso. ¿Cómo, cuando lo único que ha hecho es causarle complicaciones?

A unos pasos de la entrada del jardín, Remus los ve primero. Su ritmocardiaco se acelera y se esconde por puro impulso detrás de uno de los pilaresdel colegio. Sirius y Parkinson se encuentran solo a un par de metros de él.

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