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Weno, qué les puedo decir, me agarró la inspiración mientras daba mi clase y aquí está. Espero les guste el capítulo y gracias por comentar. Ahora no sé cómo seguir con el siguiente xD

—Eres un desalmado, Remus Lupin. — El mencionado trata de poner la expresión de arrepentimiento más creíble que es capaz de hacer. — Un mes saliendo con el zopenco de Black y a penas me dices. — Los ojos verdes de Lily se entrecierran y miran acusadoramente a Remus.

—No tengo excusa, Lily. — Claro que las tiene, pero Remus no cree sea muy adecuado decirlas. Su amiga sigue enfurruñada y no la culpa. Después de todo lo que ha hecho por él lo menos que se merecía era decirle que había dado el primero paso justo en el mismo instante que decidió ir y besar a Sirius. La ligera paranoia y superstición de Remus se lo impidieron. Aunque su orgullo también estuvo presente. No quería quedar como un tonto si iba corriendo a decirle a Lily y Sirius se arrepentía después, lo cual, ahora, duda muchísimo.

Este mes para Remus ha sido uno de los mejores en su vida. Sirius es su novio, su amigo, su confidente, su cómplice... es todo lo que estaba seguro nadie podría llegar a ser. Los primeros días no fueran tan agradables, con ligeros vestigios de dudas e incertidumbres, pero ahora todo es mejor. Ha logrado conocer a Sirius un poco más, ver otra faceta de él, que, está seguro, ni el mismo Sirius conocía. Remus ha visto a Sirius hacer berrinches, lo ha visto enfurruñarse por querer pasar más tiempo juntos, lo ve actuar como un niño ansioso por cariño, y pedir ser consentido y mimado. Remus no puede sino quererlo más y más y más, seguro que en cualquier momento explotará de tanto amor por Sirius. En otro tiempo, Remus estaría muerto de miedo, temeroso de que en cualquier momento Sirius fuera a irse, pero ha sido el mismo Sirius quien ha apagado sus inseguridades. Con cada mensaje, cada llamada, cada pequeño detalle del chico, Remus se convence de que fue un tonto por haber dejado pasar tanto tiempo reprimiendo sus sentimientos. Sin embargo, no se arrepiente. Sabe que todo lo que hizo y no hizo lo condujeron al presente que está viviendo. Remus es feliz, y todo lo que ha vivido lo ha llevado a eso.

—Bueno. — Lily suaviza su mirada y una amplia sonrisa inunda su rostro. En un movimiento repentino, abraza a Remus y este puede sentir la bondad de su amiga en ese gesto. — Me alegro mucho por ti, Remus. — Los chicos se separan y se miran a los ojos. — Se nota lo feliz que estás en todo tu ser. — Remus baja la mirada, un poco avergonzado. El mes ha sido un sueño hecho realidad, pero eso no significa que todo haya sido perfecto. La escuela se está volviendo muy pesada, Remus ha vuelto a ser tutor, la situación sobre ser molestado por su sexualidad solo ha mejorado un poco, tiene menos tiempo para estudiar con Lily, y le gustaría poder tener más privacidad con Sirius.

—Gracias, Lily. — Remus también sonríe, ojalá existiera una palabra más fuerte para expresar toda la gratitud que siente.

—¿Ya cogieron? — Poco inusual en Lily, aunque nada nuevo. Es ahora Remus quien entrecierra los ojos.

—Te lo diré si me dices con quién has estado saliendo. — Pocas veces Lily pone esa expresión de sorpresa en la que sus ojos se abren demasiado y sus cejas se levantan hasta casi desaparecer bajo su pequeño flequillo. Sin embargo, no es cuánto logran abrirse, sino lo mucho que expresa esa mirada verde.

—¿De qué hablas? — A pesar de todo, Lily es un hueso duro de roer. No aceptará con tanta facilidad algo que le avergüence.

—Por favor, Lily. Todas las veces que te cancelé me dijiste que no había problema.

—¡Porque no lo había!

—Nunca me respondes así. Siempre me dices: Vale, pero recuperaremos las horas perdidas. — Remus agudiza la voz en un intento por imitar a su amiga. Lily trata de no reír ante el intento fallido de su amigo.

—Bueno, sé que regresaste a ser tutor y supuse que eso te absorbía mucho tiempo y que también te servía de repaso. — Lily trata de aparentar inocencia, sin mucho resultado. Remus conoce a su amiga. Sabe que la chica no perdonaría ni cinco minutos de no estudiar. No a menos que hiciera otra cosa durante ese tiempo.

—Vamos, Lil. Ya suéltalo. — Se miran durante unos segundos, los suficientes para que la chica se rinda y, con un suspiro de derrota, diga:

—Estoy estudiando con Potter. — Remus no se o ve venir. Esperaba todo menos eso. Antes de que pueda decir algo, Lily se apresura a añadir: — Más bien soy su tutora. Hago lo mismo que tú, prácticamente.

—¿Cómo? — Lily hace un puchero, un ligero color rojo sube por sus mejillas. Combina muy bien con su cabello.

—Bueno, no sé cómo ni por qué pero me empezó a seguir en Instagram, y luego me mandó solicitud de Facebook. Obviamente no la acepté, pero luego me envió un mensaje por Messenger, preguntando si podía ayudarlo a estudiar y que me pagaría por ello.

—¿Y?

—Pues que le dije que sí. — Remus piensa en James y en lo feliz que debe de estar. Y también pienso en lo mucho que se ha alejado de sus amigos en este mes. Está seguro que no es por Sirius, sino por la mala organización de su tiempo. Y también da casi por hecho de que tanto James como Lily querían mantenerlo en secreto, más bien Lily.

—Vaya. Me alegro. ¿Qué te parece James? — La reacción de Lily resulta muy curiosa para Remus. La mirada de la chica se suaviza, sus ojos miran más allá de Remus y se pierden en un punto invisible en el presente. Solo son unos segundos, los suficientes para ser descubierta. Luego frunce el ceño y la molestia se hace notable.

—Otro zopenco.



Antes de que su estudio con Lily termine, Remus recibe un mensaje de Sirius. El tono del texto es algo parco, mas Remus lo atribuye a que el chico también ha de estar terminando su entrenamiento.

Paso por ti en veinte minutos. Tenemos que hablar.

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