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Los periodos escolares son con base a los de Inglaterra. He estado investigando y al parecer ellos solo cursan dos años de lo que vendría siendo el bachillerato en México (desconozco de los demás países). Por lo que leí, el "bachillerato" no es obligatorio, y en su lugar también pueden cursar un tipo de carrera técnica. Tengo entendido que el año se divide en trimestres, o tres períodos: otoño, invierno y primavera. Si alguien sabe más sobre el tema, o puede darme más información, estaría muy agradecida. Gracias por leer Espresso, esta historia por fin está empezando a tomar forma. ¡Besos a todxs!


Con el paso de los días, Sirius descubre más cosas sobre Remus. Aprovecha el tiempo de su descanso para hacerle un sin fin de preguntas y encontrar que Remus ama el chocolate, aunque el blanco es su menos favorito; le apasiona la lectura y se ha leído más de dos libros de 300 páginas en un mismo día; siempre lee los libros de las películas que ve, si esta tiene uno, y escribe las diferencias y similitudes entre ambos; los fines de semana, cuando está en periodo escolar, los aprovecha para repasar lo visto en la semana junto con Lily ya sea en su casa o en la de ella; no le gustan los lugares obscuros; su comida extranjera favorita es la mexicana, a pesar de que le teme a la comida picante; no le gusta el deporte por que siempre termina lastimado, pero le gusta mucho ver partidos de baloncesto; su hora favorita del día es el crepúsculo puesto que es cuando el día y la noche se encuentran y para él es una metáfora muy hermosa; todos los días le prepara el desayuno a su mamá para que esta pueda descansar un poco más...

Las cosas que Remus no le ha dicho y Sirius ha tenido que descubrir por si mismo, las ha obtenido de las pocas veces que salen a algún lugar después de trabajar. A donde más van es a comprar malteadas. Remus las ama, a pesar de que no lo dice en voz alta. Sirius ya sabe de memoria la expresión que Remus pone cuando va a darle el primer trago a su bebida: parpadea varias veces, se relame los labios y le da un pequeño sorbo, para después dar otro muy largo y siempre terminar con una ligera sonrisa. A Sirius le gustaría poder saber más sobre cómo hace Remus las cosas. Le gustaría poder verlo leer, o escribir notas sobre las películas, cuando esté viendo un partido de baloncesto, o estudiando. Sirius quiere invadir su espacio personal, no solo físicamente. Hay tantas cosas que aún no sabe y una gran necesidad por saberlas todas lo invade tan fuerte que siente explotará en cualquier momento. La situación podría ser un poquito mejor si Remus no fuera tan reservado. Ha sido difícil poder sacar toda esa información; desvelar al Remus escondido bajo capas y capas de protección. Sirius aún no ha caído en la locura porque sabe que el resultado será más que gratificante.



Es un domingo a mediados de agosto que Sirius le llama a Remus y le pregunta qué está haciendo. Es uno de los pocos domingos en los que no han planeado salir, y Sirius necesita su dosis de Remus diaria o podría sufrir de síndrome de abstinencia. Al parecer Lupin está con su amiga la pelirroja en una de las plazas comerciales de la ciudad. Sirius no ha sido invitado, y le importa en lo más mínimo no ser bienvenido. Pregunta el nombre de la plaza y diez minutos después ya está de camino a ella. En un alto antes de llegar a u destino, Sirius siente un ligero aceleramiento en su ritmo cardíaco. Su cuerpo se llena de una emoción imprevista y no es hasta que ve a Remus, alto y desgarbado, que esa energía desaparece; respira hondo y hay tranquilidad dentro de él.

Sirius los saluda, con una sonrisa amplia que denota más alegría de la que le gustaría mostrar. Remus le responde con una suave curvatura de sus labios, y Lily lo ignora por completo. Su ceño se frunce y mira a Remus un poco molesta.

—No me dijiste que habías invitado a tu amigo — Lily hace énfasis en la última palabra, como si supiera que a Sirius le incómoda. Los ojos verdes y penetrantes de la chica son tan intensos que a Sirius se le dificulta mantenerle la mirada. Nada que un Black no pueda soportar.

—Hola para ti también, Lily.

—Evans. — Lo corrige de inmediato. Remus roda los ojos, aunque luce un tanto divertido de la situación.

Los tres chicos se ponen en marcha y se dirigen a una de las librerías que hay en el centro comercial. Al parecer el silencio es común entre Remus y Evans, y Sirius lo aprovecha para acaparar la atención del chico. Nunca ha sido tan buen conversador como James, así que dice lo primero que se le viene a la mente, lo cual desencadena en una de sus conversaciones habituales: Sirius hace ruido mientras Remus escucha. Una de las cosas que ha descubierto sobre Remus, y que a Sirius le fascina, es que, no importa lo que alguien esté diciendo, Remus siempre le pondrá toda su atención. Sirius incluso llega a creer que todo el ruido que dice es en verdad interesante teniendo esa mirada puesta en él. Es un gesto del que Remus parece no estar consciente de tener. Para Sirius es su pequeño secreto.

Después de haber pasado horas viendo libros que no compraron, Evans propone ir a comer algo. Su actitud sigue renuente ante Sirius, aunque a este no le interesa. Lo curioso es que Evans no le desagrada, e incluso cree podrían llegar a llevarse bien. Al parecer también necesita tiempo como su amigo para conocerse bien.

—Por cierto, Remus, ¿ya te inscribiste? — Sirius mira a Evans sin comprender a lo que se está refiriendo. En cambio, Remus asiente ligeramente con la cabeza para luego añadir:

—Terminé el trámite el viernes.

—¿De qué hablan? — Evans dirige su verde y hostil mirada hacia Sirius. Hace una mueca de molestia antes de responder.

—La escuela, obviamente.

—¿Tú vas a cursar el bachillerato, Sirius? — El mencionado abre la boca, estupefacto. Es en ese momento que Sirius se despierta del sueño en el que ha estado viviendo y cae en la realidad de que solamente le quedan dos semanas más junto a Remus.  

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