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El mayor alcanzó a Jihoon, que iba saliendo de la escuela y caminó junto a él.

Ninguno de los dos dijo nada, llegaron al café que habían acordado y Soonyoung fue a pedir algo para comer, Jihoon fue a sentarse a una de las mesas.

Sacó sus libros, comenzando a trabajar rápidamente y después de unos momentos Soonyoung se sentó a su lado.

Oye, tranquilizate, tenemos toda la tarde para hacer el proyecto—dijo el mayor—primero hay que ver qué vamos a hacer cada uno.

Yo trabajaré desde la página 230 hasta la 247, tú con el resto—ordenó Jihoon.

Soonyoung rió con incredulidad—esto es un trabajo en "equipo", debiste haber pedido mi opinión.

Jihoon iba a hablar, pero fue interrumpido por el mesero—aquí está su pedido, dos muffins de plátano y dos chocolates.

Soonyoung agradeció, el mesero se fue y Jihoon puso cara de confusión.

Yo no pedí esto—dijo el menor.

Ya lo sé, yo lo pedí por ti, no puedo creer que no tengas hambre—informó Soonyoung—además es delicioso, quería que lo probaras.

Jihoon negó—no, gracias.

No te preocupes, yo invito—insistió.

No es por eso—dijo Jihoon, iba a volver a  hablar pero el mayor no lo dejó.

Ya lo pagué así que cometelo—dijo tomando el muffin y dándoselo a Jihoon, haciendo un puchero.

Jihoon se sorprendió por la actitud infantil de su compañero, pero al final accedió y lo tomó rodando los ojos.

El mayor lo miraba esperanzado, Jihoon sabía que si quería seguir con su trabajo tenía que probar aunque fuera un bocado de ese muffin y comió un poco.

¿Y?, ¿qué tal?—preguntó emocionado Soonyoung.

Está rico—dijo simplemente.

Soonyoung sonrió triunfante y se dispuso a comer su muffin, Jihoon no pudo evitar esbozar una pequeña sonrisa.

Terminaron de comer y comenzaron a trabajar, dividiéndose el trabajo como Jihoon lo había "recomendado".

¿Me prestas tu marcatextos?—preguntó Soonyoung.

Jihoon asintió—hay uno en mi-

Soonyoung no dejó a Jihoon terminar y tomó el marcatextos que este tenía en su mano, siguiendo con su trabajo como si nada.

Jihoon levantó una ceja, pero no dijo nada y alcanzó su lapicera, de donde sacó otro.

Estaban tan inmersos en su trabajo que no notaron que cierto chino y su novio los observaban desde el otro extremo de la cafetería, el chino levantó una ceja mirando la escena y de vez en cuando levantaba la revista que llevaba en las manos para tratar de "esconderse" tras de ella.



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No puedo dejar de escribir jsjsjsj gracias por leer ❤

NO - SoonHoon Donde viven las historias. Descúbrelo ahora