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¿Qué piensas?—preguntó Wonwoo a Soonyoung, quien se mordía el labio mientras miraba con dudas su teléfono.

Es que... Quisiera mandarle un mensaje a Jihoon—comentó Soonyoung—pero no sé si hacerlo.

¿Qué le quieres decir?—preguntó Jun ahora.

Soonyoung soltó un suspiro—no lo sé, no tengo un tema de conversación... Sólo quiero hablar con él.

Se encontraban en la habitación de Soonyoung, con este recostado en su cama y Jun y Wonwoo sentados en la alfombra.

Entonces hazlo—comentó Wonwoo.

¿Y si se asusta?—preguntó Soonyoung.

Va a salir contigo el viernes, ¿qué tiene de malo que le mandes un mensaje?—comentó Jun.

No quiero molestarlo...—dijo Soonyoung.

Jun soltó un suspiro—entonces deja ya tu celular y ven aquí para hacer la tarea.





Jihoon estaba nervioso, el tiempo había pasado volando y ya era viernes.

Llegó al salón y se sentó en su lugar, sorpresivamente estaba vacío.

Luego de unos momentos llegó Soonyoung, mostrandole a Jihoon una amplia sonrisa.

Buenos días, Jihoon—dijo animado el mayor.

Jihoon sintió su cara arder—buenos días.

Soonyoung estaba a punto de decirle algo a Jihoon, pero sus demás compañeros comenzaron a llegar al salón y después el maestro así que su conversación no pudo seguir.






Las clases terminaron, Jun y Wonwoo se despidieron de Soonyoung.

Bien—dijo Soonyoung, tratando de sonar tranquilo—¿nos vamos?

Jihoon asintió, aferrándose fuertemente a las tiras de su mochila.

Salieron juntos de la escuela y emprendieron su camino al cine, no estaba muy lejos, a unos 10 minutos.

Llegaron a su destino y Soonyoung se acercó a la taquilla para comprar los boletos, al obtenerlos regresó con Jihoon.

¿Quieres comer algo?—preguntó el mayor.

Si—dijo Jihoon por lo bajo—voy a comprar un hot-

¿Vas a comprar?—preguntó Soonyoung, extrañado—yo te pedí que vinieras conmigo, yo invito.

Jihoon negó rápidamente con la cabeza—ya compraste los boletos, con eso es suficiente, yo-

Soonyoung puso su dedo indice sobre los labios de Jihoon para evitar que siguiera hablando, el menor se sonrojó y se quedó callado.

Bien—dijo Soonyoung, apartando su dedo de los labios de Jihoon—espera aquí por favor, voy a traer tu hotdog.

Cuando Soonyoung se alejó, Jihoon soltó el aire que había estado aguantando y trató de tranquilizarse, su corazón latía fuertemente.

Después de pocos minutos vio como Soonyoung volvía, con una sonrisa enorme y cargando una bandeja que estaba repleta.

Había tres hotdogs, nachos, un montón de dulces, dos cajas grandes de palomitas y dos vasos de refresco.

Jihoon no pudo evitar una sonrisa.






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