-Elizabeth, bastante bien que se te da ignorarme las llamadas luego de siete años. Además, ¿no es loco que tenga que exponerme ante el FBI por ti?
Tras la finalización del instituto ella escapó lejos de él con una sola finalidad; alejarse de su burb...
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"No eres la única que tiene problemas.
Ambos los tenemos.
¿Y ellos? Tendrán que sobrevivir a los nuestros"
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📍 Philadelphia , PA
Tras lo ocurrido tras esa discución la rubia solamente fue hacia su habitación. Pudo ver la puerta de sus hijos cerrada nuevamente pero esta no hizo nada más que entrar y cerrar su puerta.
Cheryl entró a la oficina de Jughead e hizo una mueca—Cuando te dije que vengas, no me refería a cagarla.
—Vete a la mierda, Cheryl. Tú y Elizabeth—molesto tomó su abrigo para salir, pero se dirigió a un bar el cual solía ir. Bajó de su auto y caminó dentro para pedir una ginebra.
Estaba molesto él también. No podía cambiar nada, no tenía la culpa. Y los niños podían estar enojados con él, pero tampoco le parecía justo. Él literalmente era un chico con el corazón roto que se negó a buscar algo sobre su ex novia, no quería saber de su vida, pero eso fue lo que le prohibió ver crecer a sus hijos hasta ese momento.
Pensar que se perdió el nacimiento, los cumpleaños, y todas esas cosas que para muchos padres son únicas, lo rompió . El tiempo no se podía devolver y eso era una mierda en muchas ocasiones.
—Una cerveza, por favor—este giró su cabeza para ver una chica sentándose en la banca de a su lado. Jughead la miró de arriba a abajo para dejar un billete en la barra y arrastrarlo.
—Yo invito—aseguró.
La chica lo miró con una ceja alzada—Que caballero de su parte.
—No eres de aquí—negó este al escucharla.
—Definitivamente no—Jughead tomó la cerveza de la chica para destaparla con su llave y se la tendió.
—Bastante descortés que no la hayan abierto.
—Pues un poco, pero gracias a ti puedo disfrutar de mi cerveza—esta la elevó para llevarla a los labios mientras Jughead la miraba.Todos sabemos lo que pasó. Un motel, sexo y gemidos.
Por otra parte, Lisa se encontraba en la piscina cuando ve a alguien caminar.—¿Quién carajos eres tú?—preguntó.
—Diría lo mismo. No eres Elizabeth... solo vine a ver a Jughead.
—Ah, debes ser uno de sus amigos—se relajó nuevamente en el agua.
