❝Capítulo noventa y dos❞: Jug, stop

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 "No eres la única que tiene problemas

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"No eres la única que tiene problemas.

Ambos los tenemos.

¿Y ellos? Tendrán que sobrevivir a los nuestros"

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📍 Philadelphia , PA

A veces lo peor que puede ocurrir con una decisión, es notar que la ida hacia atrás costará más que seguir adelante. Carajos, eso si era un gran problema, y más cuando las cosas se abruman en la mente.

Cada plan, cada decisión que Jughead tomó fue sin idea alguna que en tiempo luego, tendría a dos hijos—con uno en camino— en su vida. Los riesgos, miedos y esfuerzos que uno conlleva en sangre al saber que cuando llegue a la casa tendrá a dos niños corriendo a abrazarlo o esperando salir a caminar, esa sensación de ausencia, el dolor de la imaginación. Cada decisión que Jughead tomó en el pasado lo hizo con una misma mirada: desde la soledad; cuando uno está solo, no tiene nada que perder, ni a nadie, incluyéndose a uno mismo, quien se considera perdido hace mucho tiempo.

Jughead, para—murmuró la rubia quien tenía a Jughead besándola por el cuello, moviendo sus labios de arriba y abajo, mientras sus caderas se balanceaban y rozaban en ella, entrando y saliendo.—Jughead—susurró mientras hacía una mueca de molestia, con leve dolor—¡Jug, basta. Me lastimas! —soltó empujándolo un poco.

Este se separó y levantó su cabeza, haciendo contacto con ella.—Carajos—se levantó de la cama rápidamente mientras que la rubia tiraba su cabeza hacia atrás, cerrando sus ojos y soltando suspiros de queja.—Dios, mierda—murmuró desesperado mientras pestañeó, quedándose, por primera vez en mucho tiempo, sin idea de que hacer.—¿Necesitas un médico? ¿Estás bien?—fue a tocarle el brazo pero esta se corrió.

¿Qué te acaba de pasar, Jug?—preguntó confundida mientras se sentaba, tocando su vientre que ya estaba abultado.

Se llevó una mano al pecho mientras la miraba de arriba a abajo—Betty, ¿Estás bien?

Ey, ey—la rubia tomó su mano mientras este acarició la palma, cerrando los ojos—Estoy bien, pero... tú no.

Se llevó las manos a la frente—No sé, simplemente me olvidé. Es como si... no lo sé—no era fácil de describir un trance, y mucho menos intentar comprender por qué carajos terminó haciendo eso de forma un poco más violenta. Tal vez la actitud no fue tan violenta, pero dada las circunstancias fue innecesario y causó malestar en Betty.—Lo siento—este se colocó el bóxer y el pijama para salir de la habitación sin decir más.

La rubia suspiró mientras se miraba hacia el espejo de adelante. Se apoyó en sus manos para recostarse hacia atrás y cerrar sus ojos, esperando que Jughead volviera. Se durmió, pero a las tres y media de la mañana cuando se removió se dio cuenta que seguía sin estar. Susupiró adormilada mientras se levantaba, arrastrando sus pies descalzos por el frío piso de cerámica. La luz portátil de la sala iluminó el sofá donde Jughead se había dormido.

We Have Issues// BugheadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora