-Elizabeth, bastante bien que se te da ignorarme las llamadas luego de siete años. Además, ¿no es loco que tenga que exponerme ante el FBI por ti?
Tras la finalización del instituto ella escapó lejos de él con una sola finalidad; alejarse de su burb...
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"No eres la única que tiene problemas.
Ambos los tenemos.
¿Y ellos? Tendrán que sobrevivir a los nuestros"
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📍 Philadelphia , PA
—Traje cena—habló Emma entrando al apartamento que hace unas semanas, parecía ser de ella y Cheryl ante la presencia constante de la rubia.
—Ems—sonrió la pelirroja para caminar hacia ella y depositar un beso en sus labios. Emma se regocijó ante la forma que había sido recibida.—¿Película y cena?—preguntó tomando la comida caliente.
—Claro que si. ¿Me aguantas hasta que me bañe? Elige tú una.
—Claro—sonrió para dar un corto beso mientras que Emma se dirigía a buscar su ropa y entrar a la ducha. La pelirroja acomodó todo y encendió la televisión, con intensión de agilizar todo el proceso.
Minutos más tarde, Emma salió con su pijama y su moño hecho para que no se mojara en la ducha mientras veía a la pelirroja con su pijama de dos partes violeta y con la tela grande. Siempre le pareció incómodo, pero nadie cuestionaba el estilo de la pelirroja.
—¿Película elegida?—preguntó sentándose al lado mientras apoyaba su mano en el muslo de esta, aferrandose entre sus manos las cuales fueron enlazadas a la misma vez que Cheryl presionaba la película y Emma tomaba la comida. Ya era tan usual aquello, que lo habían tomado de rutina. La respuesta fue corta, pero Emma recostó su cabeza en el hombro de la pelirroja.
—Por favor amor, no ensucies mi pijama mientras comes.
—Te lo quitaré de todas formas—la pelirroja la miró mientras Emma le daba una mirada divertida, cortando con sus dientes exageradamente el trozo de pizza—. No me mires como si ya no lo supieras. Tengo ansiedad sexual.
—¿Ansiedad de sexo? ¿Qué se supone que es eso?—, preguntó incrédulamente divertida Cheryl. A veces, solo por momentos, se asombraba de lo ridícula contestación que Emma podría dar pero no le disgustaba, era una dinámica divertida; no era ni ironía, ni verdad. Eran inventos.
—Pues, considéralo como si me pusiera nerviosa y no dejara de pensar que pasaría cuando estemos en la cama.
—Cheers, baby—murmuró la pelirroja divertida mientras golpeaba la copa de Emma con la pelirroja, sabiendo con previo aviso lo que vendría en la noche. Y para cuando la rubia entendió que a ninguna le estaba importando la película y que la situación se estaba haciendo aburrida, tomó la mano de la pelirroja para ponerla en su hombro, haciendo que la siga. Al llegar al dormitorio, Cheryl se quitó sus pantuflas cuyo diseño era exagerado pero, nuevamente, era el estilo que portaba.
