We Have Issues// Bughead

❝Capítulo epílogo❞: What a shame

"No eres la única que tiene problemas.

Ambos los tenemos.

¿Y ellos? Tendrán que sobrevivir a los nuestros"

•• <<────≪•◦۞◦•≫────>> ••

📍Italia.

Un final nunca será menos final porque no tenga un final feliz. A veces hay que aceptar que no existe y que por mucha ficción que se le coloque, la verdad está y estará ahí.

Jughead recostó su cabeza en el pasto donde hacía unos años atrás había bailado con la rubia. Nunca creyó que la persona que más amaba sería la que lo rompiera en mil pedazos, pero tiene sentido, solo que uno no lo imagina así.

Sus ojos miraban el cielo que esta vez estaba despejado. Podía escuchar la música de Olivia resonar en la habitación de la pequeña casa en la cual vivían; en la cabaña donde Betty y él se habían casado.

Max y Amelie estaban formando sus vidas y definitivamente ya vivían en los cuartos de universidad que Jughead iba a visitarlos usualmente. Estaban en pareja, y se sintió verdaderamente feliz por ellos al verlos que otra persona les diera esa sonrisa que alguna vez su madre les dió.

Olivia era la que también estaba pronta a independizarse, pero esta le dolía mucho más de lo que Jughead creía.

—Papá—la niña que era jodidamente parecida a su madre se recostó a su lado. Jughead se mordió el labio aguantando el dolor que tenía dentro:—Estoy tan orgulloso de ustedes, O. Estoy jodidamente orgulloso pero... no saben la falta que me hace su madre—confesó por primera vez ante la niña de 17 años. Esta sintió su dolor.—Simplemente sigue siendo difícil.

Olivia sonrió ante el recuerdo de la niñez de su madre y miró divertida a su padre con melancolía, sin embargo a ese punto había vivido más sin ella que con ella.—Te aseguro que ella ahora te patearía el trasero por soltar esto.

Jughead soltó una carcajada con dolor, pero también ese recuerdo sano.—Posiblemente.

—Mira, recordé algo que es cierto: Muchas personas viven para los que se fueron y no para los que están. Tienes tu derecho a sufrir, pero no puede ser años consecutivos. Tienes tu derecho a estar dolido, pero... mamá hubiera querido que no te ahogues en dolor—los ojos de la niña también se cristalizaron.

Jughead asitió mirando a su hija—Es cierto todo eso, O. Pero es muy difícil si por mucho tiempo viviste por los que se fueron—se mordió la mejilla—. Fue tu madre la que me sacó del agujero en el que estaba.

—Entonces no la hagas sentir como la que volvió a hundirte—sonó como un ruego de la niña pidiéndole al padre que dejara a su madre descanzar en paz.

De lo contrario a lo que Jughead pensaba, Max y Amelie se acercaban sigilosamente por una calle cerrada. Lo tenían, después de años tenían enfrente al tipo que asesinó a su madre.

—Disculpen chicos, ¿los puedo ayudar?—le sonrió ilusamente.

—Si—Max asintió con una furia dentro de él—. De hecho, lo buscamos por eso.

El hombre pareció confundido—Tal vez no nos recuerda—habló Amelie—, pero asesinó de una forma cruel a mi madre—la cara del hombre se palideció y antes que pudiera decir algo, ambos hermanos dispararon cuatro veces; una por ellos mismo, y las otras dos por su padre y hermana menor—. Nuestra madre se pudo despedir con una bala en el pecho. Usted no podrá hacerlo con cuatro.

—Tengo familia— murmuró antes de caer al suelo.

—Qué lástima—.Habló Max— Problemas tenemos todos.