Capítulo 60

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~ Julietha ~
Consuelo

Quise fundirme entre aquellas sábanas, cerrar los ojos mientras murmuraba que no quería sentir más ese dolor y tal vez, alguna fuerza del más allá se apodaría de mí, abriendo un portal y embutiendo dentro, dejándome varada en medio del espacio-tiempo o si tenía más suerte, consumiría mi existencia.

No supe cuanto tiempo estuve sollozando entre los brazos de Aarón hasta que ello pasó a ser parte de mis recuerdos y caí rendida en algún momento. Al despertar, él ya no estaba a mi lado pero el dolor se había instalado en mi pecho de manera perenne. Ya no derramaba lágrima alguna y pensé que quizás se debía al hecho de que me había quedado seca por dentro, tenía los brazos envolviendo mi vientre en una posición fetal, perdida en las motas de suciedad casi imperceptibles en la ventana de la habitación.

La noche pasada al escuchar las palabras de la enfermera tratando de explicarme qué sucedió quise arroja lo primero que tuviera cerca, una parte de mí se desgarró al punto de dejarme sin reacción cuando me pidió que alterarme no me ayudaría en las siguientes horas en las que necesitaba seguir en reposo. En ese transcurso de tiempo los aguijones en mi vientre continuaron pero ese dolor no se comparaba en nada con el que sentía en el pecho, mi corazón se había echo polvo al entender que acababa de perder a mi bebé.

La misma enfermera que parecía un pájaro mal agüero, ya que su presencia se debía a que traía solo traía malas noticias, se hizo aprecio en mí delante arrastrando una de esas bandejas de comida de hospital. Lo aborrecía desde niña, ya que probar bocado entre esas paredes rodeada del olor a desinfectante y medicamentos me hacía pensar que estaba ingiriendo ello.

A regañadientes me incorporé, ya sabía que mi rostro estaba pálido, hacía a penas nada me levante al pequeño baño y me tomé mi tiempo observando mi rostro carente de emociones y vida en el espejo encima del lavado. Seguía teniendo un ligero sangrado y los dolores habían disminuido pero no desaparecían aún.

Me explicaron que todo era parte del proceso, que mi cuerpo estaba eliminado ese conjunto de células que no pudo adherirse bien para seguir creciendo en mi útero. No notaron lo fríos que habían sido al decir ello hasta que pedí que se fueran y me volví a meter entre las sábanas blancas con motas rojizas que se camuflaban mientras más me moviera en ellas.

Sentía la boca seca y mis labios estaban a punto de comenzar a partirse por culpa de una deshidratación severa. No había probado bocado desde ayer por la tarde, que a penas y almorcé. No tenía apetito. No tenía ganas de nada ni tampoco fuerzas, salvo para recordar que debía respirar, que era una caída que me dejaría una gran herida pero de la que me levantaría...como siempre. Aunque decidí que esta vez sería a mi ritmo, cuando yo creyera que fuera el momento, no me obligaría a ser  fuerte, a correr cuando ni siquiera podía mantener el equilibrio dando unos pasos.

La enfermera lo dejó allí, no me dijo nada y en el fondo se lo agradecí. Había unas tostadas untadas en mermelada, una manzana verde y una gelatina de fresa, además de un zumo de naranja y un vaso de agua, que fue lo único que toqué, di unos sorbos y hasta eso me pareció que antes de ser servida pasó por un largo proceso de esterilización. Luego de acabar lo dejé en la bandeja y la aparté volviendo a desconectarme del mundo. Quería irme a casa cuanto antes, quería encerrarme en alguna habitación o esconderme en algún lugar seguro, lo que fuese, pero quería sentirme cómoda en una cama que reconociese como mía, no entre paredes que sentía que se cernían sobre mí cada que cerraba los ojos.

Pude pasar una hora en tranquilidad. Pude pensar en los sucesos de a noche. Pude rememorar la voz de Aarón diciéndome que superaríamos esto juntos y que no me dejaría sola, sin embargo, no lo veía por ningún lado y eso de cierta forma me trajo alivio, ya que no quería mirarlo a la cara, no sabía cómo, si ya de por si estaba destruida, verlo me provocaba irritabilidad, culpa, impotencia y frustración...aunque mentiría si en esa mezcla no añadiría también consuelo y reconforte.

Contigo hasta el infinito (INFINITO #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora