Capítulo 66

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~ Julietha ~
Eclipse.

Toqué una vez más a la puerta donde me habían dicho que se estaba hospedando Elliot, pero nadie respondía. Lo volví a intentar terca y me quedé tiesa en mi lugar al por fin dignarse a abrirme.

—¿Quien mierda insiste tanto?—preguntaron y yo di un paso atrás. Vio que quizás su intervención fue bastante grotesca y sonrió apenado, algo que realmente me causó escalofríos, ya que alguien como él jamás podría lucir así.—Oh, veo que eres tú, Julietha.

—¿Está no era la habitación de Elliot?—interrogué y él negó saliendo de su habitación unos pasos señalándome hacia la derecha una puerta con los mismos números que esa pero combinados.

—Es la de allá.—indicó y yo me di la vuelta lo más rápido que pude.—La verdad no pensé que llegarían tan lejos.

Me retuvo en mi lugar. Iván con tan solo una toalla rodeando sus caderas, el cabello húmedo y poca gentileza en sus palabras me tomaron desprevenida al verlo a unos escasos centímetros detrás de mí.

—¿A qué te refieres?—pregunté y alzó mi mano izquierda por mi muñeca.

—¿Promesas de amor?—miró el infinito en vez del anillo de compromiso de Elliot y pasó después a mi cuello de donde guindaba mi cadena con el mismo símbolo—¿O le ganó a Graham y ya eres una Ruiz más por contrato?

—No sé de qué hablas.—me zafé con tosquedad apartando su contacto frívolo.—Me voy. Y espero no tener que verte nunca más, Iván.

—Lo harás.—me aseguró tranquilo—Por tu culpa ya voy perdiendo a dos hijos míos. Y eso no lo voy a olvidar jamás.

¿Dos? ¿Susie había tenido dos hijos de Iván?

No fue mi culpa.—aclaré.—Yo no la ayudé a escapar. Fuiste tú quien la orilló a ello.

Recordé su rostro de desesperación con Annie y como ella se negó sin importarle ni siquiera el pequeño niño que su amiga cargaba en brazos. Si yo hubiera estado en su lugar, tendría un motivo más para odiarme porque si habría ayudado a Susie para que escapara de sus perversiones. No pude dar un paso más porque mi nombre volvió a resonar a mis espaldas.

—Julietha.—lo sentí caos de abalanzárseme por la espalda, de cierta aun influía cierto miedo en mí que traté de disimular.

—¿Qué?—no podía ignorarlo por más que quisiera.

—¿Cómo estás tan segura que Aarón lo hizo por amor y no para demostrarle a su padre que puede hacer lo que le salga de las pelotas?—me hizo dudar—¿Acaso no sabes que también pretendía casarse con Natalie? ¿Y sabes por qué?

Se acercó lo suficiente para soltar su veneno en mis narices. Lo inhumano se desprendía por cada uno de sus poros. Era un ser despreciable y era consciente de que lo pensaba, pero no le importaba. Iván no tenía nada que perder y por eso no tenía límites.

—No, Iván. No sé porque.—me aferré a mi bolso y no me empequeñecí más.

—Porque le iba a demostrar a su padre que se equivocaba con respecto a su relación, quería casarse para que Cristobal no los separara, ¿no te parece familiar esa historia?—sonrió maquiavélico y mi firmeza tambaleó un poco, pero fue una victoria para él—¿Qué vas a decirme? ¿Qué contigo es diferente? No lo es, mi princesa.—acarició mi rostro levantando mi barbilla sonriendo de oreja a oreja a sabiendas que sus palabras se incrustaron en mi mente, presionando en mis inseguridades—Eres una chica más del montón, simple, vulnerable e ingenua, con la que él se encaprichó porque fuiste difícil de tener. Todo lo bueno es prohibido, Juls.

Contigo hasta el infinito (INFINITO #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora