Capítulo 6

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~ Aarón ~
Alejamos a personas que amamos

Mantuve la expresión relajada envolviendo la cintura de Vivianna con mi brazo mientras sostenía una copa de champaña en el vestíbulo de lo que era el nuevo teatro que acababa de ser inaugurado.

El dueño era el esposo de Iris Sanvicente, la mejor amiga de Vivianna y me obligó a venir debido a la farsa que ambos teníamos o al menos así era como yo lo veía.

En contra de mis deseos, me mantuve al lado de la pelinegra en lo que Robert hablaba con la prensa, y demás personas entraban por la puerta giratoria, todos con abrigos, bolsas, en sí prendas costosas y derrochando lujo por donde pasaban.

Nunca había sido tan consciente de mi propio mundo como lo era ahora, de lo falso que parecía todo a mi alrededor. Las miradas que reprobaban o aceptaban las conductas del resto, condicionándolas de esa manera, las sonrisas por delante para criticar por la espalda.

Bebí de mi copa asintiendo y hablando lo mínimo, Vivianna parecía complacida, y maldije por no haberme negado al ver a mi amigos cruzando las puertas, Fernanda junto a Adrian entraban justo en ese momento, seguidos de Dominik.

Tenía mi excusa perfecta para haberle dicho que no a Vivianna—el escándalo que montó en el gimnasio—,aunque bueno, eso provocó que Miley la vetara y le prohibiera el ingreso, ya no la vería nunca más por allí, eso había sido en la mañana y tras ello, le había perdido el rastro a la pelinegra así que debía prepararme para lo que sea que haya hecho en ese tiempo de desaparición en mi radar.

Aunque la mayor parte del día está bajo mi control, no puedo ignorar el poder que tiene por su apellido ni lo fácil que consigue todo con un aleteo de pestañas.

Los tres entraron riendo, Dominik parecía la más apagada de los tres, más cohibida y con menos alegría de la que solía llevar hacia años, y me jodia saber el motivo, el mismo por el que ella y Jhonatan se encontraban separados, teniendo que ignorar lo que sienten por el otro.

La rubia llevaba un vestido de color rojo sangre con un maquillaje oscuro que enmarcaba sus ojos verdes, Dominik se había hecho una coleta baja, lo que resaltaba en ella no era la sombra en sus ojos sino su delineado y lucía más casual, vestido largo negro, chaqueta de mezclilla y tenis blancos, y como siempre los hombres vistiendo sencillo, Adrian solo había planchado su traje gris favorito.

Dominik fue quien me sorprendió mirándonos y codeó a Fernanda disimuladamente, los tres se miraron entre sí, yo dejé de hacer el papel de aislado del grupo de los populares y tras disculparme me acerqué a ellos.

Joder. Eran mis amigos, podía socializar con ellos y las capas de rudeza no se caerían.

Dejé mi copa en el azafate de un mesero que pasó cerca y ya tan solo me faltaba dos pasos para llegar al trío dinámico.

—No pensé que se pasarían por aquí.—dije en forma de saludo.

Ninguno habló. Mierda. ¿Por qué se sentía como si no fueran mis amigos? Dominik observó a Fer, igual que Adrian. ¿Ella era la cabecilla de la pandilla ahora o qué? ¿Tenían que pedir permiso para saludar?

—Me debes un maldito café, idiota.—susurró Fernanda suavizando el gesto de poker que traía cuando me vio delante de ella, dando un paso para luego rodear mi cuello.—No te desaparezcas más, por favor. Me preocupas.

Contigo hasta el infinito (INFINITO #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora