Deudas por cobrar
~ Aarón ~Solté el humo con parsimonia observando el amanecer sentado en el capo del auto estacionado frente a la casa de mis padres. Era una réplica exacta de mi Ferrari, él mío se encontraba en Los Ángeles pero técnicamente el que había tomado sin avisar era el mismo. A ambos de cierta forma les había tomado cariño.
Sentí que alguien se acercaba y supe de quién se trataba sin voltear, me había visto salir apresurado la noche anterior perseguido por Vivianna, a la que dejé varada en medio del jardín delantero cuando ya no pudo seguir a pie el coche. Lamenté que Taylor tuviera que encargarse de los gritos de aquella loca mujer porque estuve seguro que no eran poca cosa.
—No quiero saber nada de Vivianna Lessmes,—supuse que se avecinaba un reproche por lo cual preferí ahorrárselo—así que te pido por favor que no la menciones Taylor.—musité viendo la colilla del cigarrillo entre mis dedos.
«Pareces una chimenea» su voz burlona apareció en mi mente y me hizo sonreír como idiota. Aún la tenía tan grabada a fuego en mi memoria, en mi corazón, que recordar detalles me hacía mostrarme como un chiquillo enamorado. Y una parte de mí, la que avanzaba con el pasar del tiempo, dolía al hacerme entender que ya no la tenía conmigo, que no era más el centro de su universo, que mi ángel se convirtió en un demonio, que después de tantos años lo más probable era que la había perdido.
Aunque luego volvía a retomar la fe al pensar en la noche pasada, cuando volví a tocarla, a besarla, a sentirla tan mía que era imposible que su cuerpo se desvaneciera como arena entre mis dedos. Albergaba una tonta esperanza de que aún podía suceder algo, que tras el rencor de Julietha seguía habitando ya sea un mínimo cariño del que hasta el último momento me aferraría tanto como si mi vida dependiera de ello.
—¿Qué tal te fue? ¿Pudiste verla?—preguntó Taylor caminando hasta detenerse a mi lado y apoyó una mano en mi hombro, supo en qué pensaba sin que dijera nada—Porque pensé que ibas a donde sea que ella estuviera.
—Y así fue. Hice mucho más que tan solo verla entre las sombras, Taylor.—lo encaré y en su rostro relució la confusión—Somos unos malditos tercos, orgullosos e impulsivos.—me silencié y luego en mi mente se reproducía el momento exacto en donde sus labios se movían al ritmo de los míos.—Terminé besándola.
Lo entendió todo en mis ojos. Y acrecentó el maldito miedo que se formaba en mi garganta como un nudo imposible de desatar.
—Fue una locura, sí,—reconoció impasible—pero su reacción te demostró lo que ella siente. Si te respondió, ella aún guarda rencor y se mostró claramente en la subasta, pero tras esas capas oscuras se oculta un sentimiento tan puro igual al que tú tienes por ella; aunque si te apartó al segundo, ya no hay nada que hacer, hijo, simplemente entender y respetar que Julietha consiguió dejar todo atrás.
Me negaba a entender. A creer en algo tan coherente como lo era la superación después de una ruptura amorosa, era lo más probable, era lo que debía haber pasado...pero no quería entender. Al contrario, moría por entrever en su mirada, leer entre líneas, perderme entre los recovecos del cariño que me tenía con tal de encontrar algún resto que me indicara que aún no todo estaba perdido.
—Quiere, lo intenta, lo vi en su mirada, Taylor, ella desea con todas sus fuerzas olvidarme;—me dolió aceptar ello—pero no puede y sé que mi cercanía hará que solo se confunda más. Y yo no quiero ser un problema en su vida, no merece que le siga haciendo daño. Nunca se lo ha merecido. Nunca debí meterme con ella. Lo sabía y a pesar de ser consciente fui un maldito egoísta.
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Contigo hasta el infinito (INFINITO #2)
RomanceUna parte de ella se rompió hace tres años y él es quien conserva los pequeños trozos que le hacen falta. Reconstruirse no fue un camino fácil y los muros de hielo congelaron su corazón, su vida había dado una vuelta completa, sus sueños se estaban...