Capítulo 55

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~ Julietha ~
La caída

No quería abrir los ojos, no quería despertar y ver que era otro día más sin la persona que tanto amaba, otro día más en donde debía guardar un secreto tan pesado que dolía, otro día más en donde mi corazón a penas y ya solo funcionaba para bombear sangre por todo mi cuerpo.

Pero fui obligada a levantarme en cuanto la primera arcada llegó, me dio tiempo suficiente para pararme de la cama e ir corriendo descalza hasta el baño, me arrodillé frente el retrete sosteniendo mi cabello y arrojando la cena de anoche.

Mi madre llegó en ese instante y me arrepentí de no haberme dado un segundo más para cerrar la puerta con pestillo. Me sostuvo el cabello y acaricio mi espalda mientras yo seguía vomitando. Acercó una toalla de manos para que pudiera limpiarme y apareció Santiago con un vaso con agua.

-¿El bebé te hace vomitar?-me preguntó curioso y yo asentí, él abrió mucho los ojos como tratando de insinuar algo más.-Creo que te está tratando de castigar por lo que estás haciendo.

Entrecerré mis ojos y mi madre lo reprendió, casi el se bebe el agua que había traído hasta que se dio cuenta cuando el vaso estaba a medio camino de su boca que era para mí.

-¿Por qué no me avisas? Casi me lo tomo. Ten.-me dio el vaso y yo me recosté contra la pared con mis piernas flexionadas. Bajé la tapa y mi madre jaló la cadena del retrete.

Respiré propugnado ya me sentía desorbitada con un ligero zumbido en la cabeza y sin tener un equilibrio en mi cuerpo, los síntomas cercanos a un...mareo. El pequeño me estaba atacando con todo, a pesar de que a quien me preguntase le prometía que lo cuidaría con mi vida, quizás como dijo Santiago me estaba reprendiendo por prometerle eso a todos menos a su propio padre. Estaba bien, necesitaba decírselo cuanto antes, al menos para que fuera consciente por lo que su hijo me estaba haciendo pasar. Era digno hijo suyo el que crecía en mi vientre, hasta antes de que naciera ya me estaba haciendo pasar por estos martirios matutinos.

De pronto pensé en mi progenitor, en que ya no recibía mensajes suyos felicitándome o diciendo que estaba cerca, que podíamos vernos en cuanto yo quisiera, por su parte al menos su hostigamiento no parecía acoso comparado con los mensajes de Ivan, del que tampoco sabía casi nada, esos si eran intimidantes e incluso llegaban al grado de morbosos y soeces. ¿Qué pensaría Richard que su princesa vaya a ser madre tan joven? ¿Él hubiera estado de acuerdo? ¿Me hubiera dado la espalda como la familia de mi madre cuando ella se entero que esperaba a Logan? ¿O me hubiera dado el apoyo que ahora necesitaba más que antes?

-Tienes que comer. Anda. Levántate, Julietha. Ahora son dos los qué hay que cuidar.-me instó mi madre dándome una mano para ayudarme a levantarme. Y Santiago se fue con el vaso ya sin contenido alguno.

-Yo quiero el que tiene más panqueques.-chilló corriendo por el pasillo y luego escuchéis vidrio rompiéndose.-No pasó nada...au.-escuche que musitó a lo lejos pero creo que era mi imaginación.

-Voy a verlo.-aviso mi madre antes de salir enfurecida del baño.-¡Santiago, ¿cuantas veces te he dicho que no corras descalza?! ¿Eres sordo o retrasado que no me entiendes? ¿En qué idiomas necesitas que te hable, niño? Ya está agrandado y no aprendes. Ya pareces bruto...

Seguí sus pasos, oyendo cómo pretendía a mi hermano, me pareció que se excedió y más viendo como Santiago se retorcía mientras mi madre examinaba su mano. Los cristales rotos en el suelo a un lado y los gritos de mi madre mientras se lo llevaba a tirones a la cocina.

Contigo hasta el infinito (INFINITO #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora