~ Julietha ~
La verdad—Hace un tiempo te comenté que se vería muy bien un porche trasero. O como una estructura con sombra para colocar una hamaca o un sillón de mimbre.—musité imaginándomelo en mi mente y dibujándolo con mis manos.
Aarón rió por mis locuras pero no me bajó de mi nube. Alcé un poco mi barbilla para ver su reacción, desde que nos despertamos llevábamos casi toda la mañana acostados en la cama, tenía un brazo dejando de mis hombros con él me rodeaba y al distraerse hablando me rozaba la piel con la yema de sus dedos o los enrollaba en mechones de mi cabello.
—Sonaba bien. ¿Algo más?—consultó y yo traté de pensar que más podría añadirle a esa casa.
—Mmm.—siempre dejábamos algo por fuera, nada en nuestras conversaciones se cerraba por completo.—Sería bueno agregar una buhardilla, un espacio para mí.
—Podrías pintar en el porche.—me dijo y yo alcé una ceja.
—Soy un caos cuando pinto. Mancho el suelo, mis manos, hasta mi cara. Lo terminaría ensuciando por completo.—farfullé en desacuerdo.
—Tienes un buen punto. Entonces tú querrías añadirle una buhardilla, un porche y una hamaca.
—O sillones de mimbre.—le advertí.—Creo que también cambiaría la baranda de las escaleras.
Alzó una ceja confuso, pensó que no me gustaban y yo no solía ser tan exquisita en cuanto a gustos, pero no era por eso. Y se lo expliqué inconsciente de mis propias palabras.
—No queremos compartir esta casa con nadie. Y esta más que bien, amor. Pero imagínate el día que hagas todas esas remodelaciones antes de tener un bebé, esas barandas son muy peligrosas. Para nosotros me parecen perfectas, pero para nuestros hijos no me gustan nada.
«Nuestros hijos.» «Tener un bebé.» era una de las primeras veces que mencionaba esos términos refiriéndome a un posible embarazo futuro. La sonrisa de Aarón fue progresiva y no opinó nada al respecto ni me hizo burla como sopesaba un poco que lo haría.
—Se cambian entonces.—avisó.—Tengo los planos de esta casa en el apartamento, si hay más cambios internos se podría ver con ellos en mano.
—¿No te lo has tomado en serio, verdad?—rodé viéndolo sorprendida por la severidad con la que habló una segunda vez del mismo tema, ya antes me preguntado.
—¿Creíste que era broma cuando te pregunté que querías reformar si pudieras?—me miró altanero como si no pudiera creer que pensara ello.
—Pues sí. Lo que te dije no es mentira pero la casa por ahora está bien. Y no quiero que nadie venga para hacerle nada. Tal vez en un tiempo más.—le pedí apoyando mis manos y encima de ellas mi barbilla.
—De acuerdo.
Nos sorprendió mi celular resonando por trigésima vez. Solté un resoplido. Aquel era el sonido de otra llamada perdida. Había hablado ya con todos, y respondido con ánimo sus mensajes en el grupo de WhatsApp de los chicos, así que no me molesté en ver de quién más se trataba. Había agradecido demasiados saludos por el día de hoy.
—Soy capaz de apagarlo.—musité girando por completo y hundiendo mi rostro en la almohada, otra notificación sonó y gruñí.
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Contigo hasta el infinito (INFINITO #2)
RomanceUna parte de ella se rompió hace tres años y él es quien conserva los pequeños trozos que le hacen falta. Reconstruirse no fue un camino fácil y los muros de hielo congelaron su corazón, su vida había dado una vuelta completa, sus sueños se estaban...