Capítulo 65

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~ Julietha ~
Fin al legado

Bostecé contestando mi celular sin leer el nombre del contacto primero.

—Cariño, ¿donde tienes el celular?—me reclamo Elliot entre preocupado, celoso y autoritario—No logro contactarte desde hace días. Estoy en el hotel Parks. ¿Quieres venir para conversar? Lo necesitamos.

Dejé de abrir la tapa del helado que acababa de llegar por delivery y me quedé congelada sin saber cómo responder adecuadamente. No esperaba oír a Elliot, ni ahora ni después. Había desaparecido durante cinco maravillosos días y volver a mi realidad de esa forma me dejó shockeada. Iba a hablar pero continuó pidiendo una explicación sin dejarme espacio para dar una réplica.

Sentí el aliento en mi piel de alguien que se asomó con la única autoridad que a mí me gustaba y toleraba. Aarón me abrazó por la espalda besando mi nuca, hurgando con su nariz entre mi cabello y escabullendo sus manos por mis muslos, siempre era buen momento para estar juntos pero justo ese fue la excepción con Elliot al teléfono, me maldije por no ponerme ropa interior al sentir que sus dedos siguieron ascendieron tomando un desvío como todas las mañanas.

Casi dejo caer el celular apoyando mi cabeza en su hombro para sentir hasta la mínima vibración que me provocaba su roce. Se aprovechó de eso dejando suaves besos en mi cuello. Aún me tomó de la cintura para quitar el teléfono de mi oído, ponerlo en altavoz pero desactivando el audio. Los reclamos de Elliot se oían de fondo mientras me daba vuelta entre sus brazos besándome.

—Déjame colgarle.—me detuve entre jadeos y Aarón rió porque entendía la situación, quién estaba al otro lado de la línea no me importaba.

Pude agarrar el celular y revertir sus acciones, dejando que terminara su cháchara de brazos cruzados. Aarón me analizó, yo parecía muy pequeña entre sus brazos que me apresaban contra la isla.

—¿Ya, Elliot?—le pregunté porque no tenía cuando acabar y me estresé.—Estoy más que bien, el foráneo en una nueva ciudad eres tú, no yo. Y si no respondo es porque no quiero hablar contigo, diste una impresión con la amigos y familia. Hablaremos cuando sea el momento, pero por ahora no quiero verte.

Aarón se inclinó sobre el bote de helado, iba sim camiseta por la vida y se dirigió hasta el cajón por una cuchara.

—Julietha, escucha cómo me hablas. Cálmate que yo no tuve la culpa que la sarta de salvajes de tus amigos se vayan contra uno de mis invitados.—farfulló exasperado, yo pertenecía a ese grupo de salvajes y por fin se estaba dando cuenta.—Sandoval solo intento ser amable, además es socio de Olivia...

Volteé los ojos, no le colgaba por respeto y porque era capaz de mandar a alguien a investigar mi dirección y venir a hacer un escándalo aquí sacándome a rastras. Tenias que seguir sus órdenes para estar bien con él, no podías desafiar a Elliot porque no conocía la palabra perder o ceder. Te acoplabas a su orden o te sacaba de su vida...a menos que como sea quisiera acoplarte.

Aarón llegó lamiendo la cuchara, arrugó el ceño ya que no podía ser oyente de la conversación con el francés. Me tendió la cuchara caminando hasta mi lado, se sentó en un taburete con las piernas separadas y yo me coloqué en medio con mi cuchara y mi bote de helado.

—Cuelga, pelirroja.—me susurró la mala influencia de Aarón, yo reí en silencio negando.

—Lo...—mi voz se quedó a medias al sentir el aliento de Aarón por mi cuello—Lo lamento, Elliot.—mordió el lóbulo de mi oreja, besó mi tatuaje paseando su tacto por mis piernas—No puedo hablar ahora.

—¿Todo bien?—me preguntó el castaño con su acento francés muy marcado y teñido por la preocupación de pronto ya que parecía soplar las palabras.

Contigo hasta el infinito (INFINITO #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora